Nuevo milagro de la diplomacia China en Medio Oriente

La firma de la Declaración de Beijing es una hazaña diplomática. Tras el acercamiento entre Hamas y Al Fatah, China tiene más planes para convertirse en el gran jugador por la paz. El rechazo de Estados Unidos e Israel.

28 de julio, 2024 | 00.05

Ha comenzado el ciclo en que la Pax Sínica desplaza a la Pax Norteamericana del siglo XX. Este 23 de julio se firmó, en la capital china, un pacto de dimensiones históricas. Hamas y Al Fatah, los dos movimientos más importantes de la resistencia palestina, enfrentados durante más de 15 años, firmaron, junto a otras doce facciones, la “Declaración de Beijing”, un acuerdo por el que se comprometen a establecer “un gobierno interino de reconciliación” en la Franja de Gaza después de la guerra.

A esta hazaña diplomática debe sumarse otra: el pasado 10 de marzo, también con la intermediación del gobierno de Xi Jinping, Irán y Arabia Saudita pusieron fin a una rivalidad que, hasta entonces, parecía irreversible. Por si hubiera dudas, durante la firma del acuerdo palestino, el canciller Wang Yi, explicó el rol que China busca jugar en el futuro tablero mundial: “desempeñar un papel constructivo en la salvaguardia de la paz y la estabilidad en Oriente Medio”. 

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El crecimiento diplomático de China es sorprendente. Allí donde Washington ya no consigue formalizar compromisos y pierde influencia, Beijing logra acercar posiciones y –en terminología china- “crear oportunidades”. El caso de Arabia Saudita es un ejemplo. En 2024, Riad minimizó fuertemente su (hasta entonces) sólida alianza con la Casa Blanca, abandonó el petrodólar y se sumó a los BRICS plus. El actual acuerdo de “unidad nacional palestina” puede tener consecuencias igualmente cruciales para Israel, los vecinos árabes y la geopolítica global.

Los objetivos de Hamas y Fatah han sido los mismos pero sus criterios sobre cómo lograrlo, opuestos. Hasta ahora las disensiones eran tan profundas que era imposible pensar en un acercamiento.

Enemigos íntimos

Hamas es el acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica. Surgió durante la “primera intifada” de diciembre de 1987, un histórico levantamiento palestino contra la ocupación y militarización de Israel en Gaza, Cisjordania y los “territorios ocupados”, eufemismo con el que se nombra el robo de tierras palestinas por parte de los israelíes. Hamas es la rama palestina de los Hermanos Musulmanes de Egipto. Son religiosos, seguidores de la línea sunita del Islam. Durante la Guerra Fría, EEUU financió movimientos religiosos musulmanes (Hermanos Musulmanes o Al Qaeda de Bin Laden), con el objetivo de dividir y debilitar las organizaciones laicas de origen musulmán que, en aquel período, lideraban no sólo la lucha antiimperialista (como el egipcio Gamal Abdel Nasser) sino también contra la ocupación de Israel (como Fatah, del palestino Yasser Arafat). Hamas buscó conseguir sus objetivos a través de la lucha armada. No reconoció el Estado de Israel hasta 2017, cuando firmó un documento aceptando las fronteras que existían antes de la Guerra de 1967.

Al Fatah, acrónimo del Movimiento de Liberación Nacional Palestino, fue fundado en 1958 por uno de los líderes más importantes del siglo XX, Yasser Arafat, y otros militantes. Es el principal componente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y la Autoridad Palestina. Es laico. En un comienzo se oponía a la existencia del Estado de Israel y usó la vía armada, pero a partir de 1980 se abrió al diálogo diplomático y, en 1988, aceptó la Resolución 242 de Naciones Unidas que establece los límites de los dos estados –israelí y palestino- como estaban en 1967, antes de la Guerra de los Seis Días, tras la cual Israel ocupó la península de Sinaí, Cisjordania, Jerusalén Este, Gaza y parte de los Altos del Golán, triplicando su tamaño.

Las tensiones y las disputas por los espacios de poder entre Fatah y Hamas se intensificaron tras la (rara) muerte de Arafat, en 2004. El líder enfermó en Cisjordania, fue trasladado a Francia, donde falleció sin que se le practicara la autopsia. En 2012, un informe del Hospital Universitario de Lausana (Suiza) afirma haber encontrado rastros de material radioactivo “polonio 210” en su ropa. Sucedió a Arafat. el actual presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, un dirigente que carece del carisma y la determinación de su antecesor.

El quiebre total entre Hamas y Fatah se produjo en 2006. Por la política de ocupación de tierra palestinas por parte de Israel, Gaza y Cisjordania están separadas por una franja de 93 kilómetros de tierra. Su comunicación e interacción es imposible. En 2005, el premier israelí Ariel Sharon ordenó el retiro de sus tropas de Gaza. Los palestinos llamaron entonces a elecciones y ganó holgadamente Hamas. Fatah no reconoció el triunfo y se desencadenó una espiral ascendente de violencia entre ellos que terminó con la salida de Fatah de la franja. Hubo varios intentos de reconciliación pero ninguno prosperó.

Rechazo de Israel y EEUU

La “Declaración de Beijing” expresa tres importantes puntos en común: 1) establecer un Estado palestino en las tierras que Israel capturó en la Guerra de los Seis Días de 1967, con Jerusalén Este como capital; 2) rechazar los intentos de desplazar a los palestinos de sus territorios y 3) condenar los asentamientos construidos por Israel en Cisjordania y Jerusalén Este, contrarios al Derecho Internacional. 

El otro tema crucial -según destacó el canciller chino Wang Yi junto a los firmantes de Hamas, Mussa Abu Marzouk; de Fatah, el vicepresidente del Comité Central, Mahmud Aloul y los emisarios de los otros 12 grupos palestinos- fue “el acuerdo para formar un gobierno interino de reconciliación nacional en la Gaza de posguerra”, Para China, son los propios palestinos quienes deben administrar Palestina”, pero “no puede lograrse sin el apoyo de la comunidad internacional”. En la reunión hubo también representantes de Rusia, Egipto -habitual mediador entre Hamas e Israel- y Argelia.

El contrataque de Israel y EEUU fue inmediato. El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, escribió en su cuenta X: “Hamas y Fatah han firmado un acuerdo en China de cara a un control conjunto de Gaza después de la guerra. En lugar de rechazar el terrorismo, Mahmud Abbas (actual presidente de la Autoridad Palestina) abraza a los asesinos y violadores de Hamas, y descubre así su verdadera cara”. Y agregó: “Esto no sucederá, porque el poder de Hamas será aplastado, Abbas observará Gaza de lejos y la seguridad de Israel seguirá estando únicamente en manos de Israel”.

Para el Departamento de Estado de EEUU, “Hamas tiene las manos manchadas de sangre de civiles inocentes, tanto israelíes como palestinos. Por eso, cuando nos fijamos en la gobernanza de Gaza tras el conflicto, queremos ver a la Autoridad Palestina gobernando una Gaza y Cisjordania unificadas. Pero no apoyamos un rol para Hamas”.

La ONU, en cambio, mostró mayor apertura. En rueda de prensa, el vocero de Antonio Guterres aseguró que “el secretario general alienta a todas las facciones a superar sus diferencias a través del diálogo y las insta a dar seguimiento a los compromisos asumidos en Beijing. La unidad palestina es crucial para la paz y la seguridad y para promover las aspiraciones del pueblo palestino a la libre determinación”.

Planes también para Ucrania

China tiene más planes para convertirse en el gran jugador por la paz. A fines de mayo el presidente Xi Jinping propuso convocar una conferencia de paz ampliada para acabar con las matanzas en Gaza. “La guerra no debe continuar indefinidamente. La justicia no debe estar ausente para siempre”, afirmó en un discurso donde destacó la importancia –entre otras cosas por el petróleo- de un buen vínculo entre China y los países árabes. Xi subrayó que su país “apoya firmemente la creación de un Estado palestino independiente” y “la plena incorporación de Palestina a la ONU”.

En cuanto al conflicto en Ucrania, China también está muy activa. El 8 de julio, Xi se reunión con el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, para hablar del tema y unos días después, el canciller Wang recibió en Beijing a su homólogo ucraniano Dmitri Kuleba. “Debemos evitar la competencia entre planes de paz. Es muy importante que Kiev y Beijing lleven a cabo un diálogo directo”, advirtió Kuleba.

El viernes el canciller de Ucrania aseguró haber “recibido una señal clara de que China no busca una solución temporal, ni un alto el fuego temporal, sino que trabaja en una solución permanente y estratégica”.  Otro punto muy importante para Ucrania, para China (por Taiwán) y también para Argentina (por las Islas Malvinas) se tocó en ese encuentro. Se trata de la “integridad territorial”. Según Kuleba su par chino le dijo de forma “clara y repetida” que China considera como temas insoslayables la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.