La masiva ofensiva militar israelí sobre el campo de refugiados de Jenin, que comenzó el lunes y fue la más importante en 20 años, empezó a replegarse este martes a la noche, luego que las autoridades palestinas informaran sobre al menos 11 muertos y decenas de heridos, incluso tres cuando fue atacado el hospital de la zona. Mientras aún continuaban los ataques y persecuciones a grupos armados en esa ciudad palestina en la ocupada Cisjordania, no muy lejos de allí pero en territorio israelí, un militante del movimiento islamista Hamas chocó con una camioneta a varias personas y luego apuñaló a otras. En total, al menos ocho israelíes resultaron heridos en ese atentado en Tel Aviv.
La avanzada militar israelí fue tan grande y sobre una zona tan densamente poblada que el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, le advirtió al Gobierno de Benjamin Netanyahu que "la violencia solo engendra más violencia". "Las matanzas, las agresiones y la destrucción de la propiedad deben detenerse", reclamó, haciéndose eco de un temor que sobrevuela la región desde que comenzó la escalada de violencia el año pasado con avances de colonos israelíes sobre tierras palestinas ocupadas y símbolos religiosos, y atentados esporádicos de palestinos contra israelíes.
Jenin es un histórico bastión de la resistencia a la ocupación militar israelí, que ya lleva más de 50 años, y se supone que la Autoridad Nacional Palestina, el gobierno palestino creado por los truncos acuerdos de paz de los años 90s, tiene control administrativo y de seguridad sobre las principales ciudades de Cisjordania. Sin embargo, las fuerzas de ocupación volvieron a demostrar que no cumplen ni siquiera esas reglas que firmaron hace 30 años y que suelen reivindicar en los foros internacionales para justificar la continuidad de la ocupación militar.
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Hace tiempo que Israel denuncia que está creciendo una resistencia armada en lugares como Jenin en Cisjordania, pese a que no existen evidencias de una organización significativa como sí existió hace 20 años y que tuvo su máxima expresión durante la Segunda Intifada. La nueva ofensiva de este lunes -apenas semanas de la de junio que terminó con siete palestinos muertos dentro del campo de refugiados de Jenin- fue descrita por Tel Aviv como "una amplia operación antiterrorista" y, según un comunicado del Ejército de ocupación, atacó una planta de producción de armas y de almacenamiento de artefactos explosivos. "La ciudad de Yenín y el campo de Yenín son actualmente una zona de combates", agregó el texto.
Según la ONU, los bombardeos con drones y la avanzada con vehículos blindados sobre las calles del campo de refugiados ubicado en la ciudad forzaron ya a unos 3.000 palestinos a abandonar sus casas, otra vez. En total, se estiman que son 500 familias.
Al caer la noche, el primer ministro israelí Netanyahu volvió a defender la ofensiva militar sobre esa zona densamente poblada de civiles y adelantó que estaba por terminar. "En estos momentos estamos completando la misión y puedo decirles que la exhaustiva operación en Jenin no es algo de una sola vez", afirmó durante una visita a un puesto de seguridad israelí en las afueras de esa ciudad palestina. "Continuaremos todo el tiempo que sea necesario para terminar con el terrorismo", agregó.
Efecto cadena
Mientras en la región y el mundo crecía el temor a una mayor escalada de la violencia, en Tel Aviv un militante de Hamas hería a ocho israelíes civiles. El palestino chocó con una camioneta a varias personas en una parada de colectivos de la ciudad israelí de Tel Aviv y luego se bajó y apuñaló a algunas de ellas, antes de ser abatido, informaron autoridades. Hamas y otros grupos armados palestinos elogiaron el ataque y dijeron que fue en respuesta a la mayor incursión militar en casi 20 años lanzada por Israel en los territorios que ocupa a Palestina en la región de Cisjordania.
La Policía dijo que el atentado vespertino en Tel Aviv ocurrió en una parada de colectivos frente a un centro comercial del norte de la ciudad y que un civil armado logró "neutralizar" al agresor, una fórmula que las autoridades israelíes usan para indicar que el atacante cayó muerto. Las autoridades dijeron también que siete personas resultaron heridas, cuatro de ellas en estado "serio a moderado" y tres "moderado a bueno".
Hamas dijo que el agresor era uno de sus miembros, pero no dijo si había mandado a cometer el ataque, como suele hacer, o si había actuado por cuenta propia. Medios publicaron imágenes de cámaras de seguridad en las que se ve el momento en que el hombre estrella la camioneta contra los transeúntes, luego baja del vehículo y empieza a perseguir y a apuñalar a varias de las personas. Un video subido a redes sociales mostró a un hombre con un casco de motociclista que efectúa varios tiros al palestino con un pistola, y que también le arrebata de una patada un cuchillo que llevaba en su manos.
El servicio de seguridad interna de Israel, el Shin Bet, identificó al autor del ataque como un palestino oriundo de Cisjordania.