En medio de un mundo ya convulsionado por la guerra en Ucrania, la tensión entre China y Estados Unidos no afloja, todo lo contrario; con la llegada de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a Asia, el cruce de amenazas se intensificó. Luego que el propio presidente Joe Biden dijera públicamente que no creía que un viaje a Taiwán "era una buena idea en este momento" y que la funcionaria quitara a la isla de la lista oficial de la gira, un medio estadounidense y otro taiwanés publicaron este lunes que mañana martes aterrizará de sorpresa, lo que desató nuevamente la ira de Beijing.
"Si la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, visita Taiwán, China tomará contramedidas firmes y decididas para defender su soberanía e integridad territorial", dijo el vocero del Ministerio de Relacionas Exteriores Zhao Lijian, sin detallar cuáles, según Télam. El Gobierno chino, que reclama la soberanía de la isla, ya había advertido que percibe el potencial viaje oficial de la funcionaria como una amenaza. Si se concreta, "amenazaría seriamente la paz y la estabilidad" del estrecho de Taiwán, había amenazado la Cancillería de la potencia asiática.
El principal diario estatal en inglés de China que suele funcionar como vocero del Gobierno para el exterior, The Global Times, fue aún más categórico en una columna de opinión de su antiguo editor general, Hu Xijin: "Si se atreve a parar en Taiwán, sería el momento para encender el barril de pólvora que es la situación del Estrecho de Taiwán." Y, finalmente, poco después, la vicecanciller Hua Chunying, recordó en Twitter que cuando Estados Unidos y China establecieron relaciones diplomáticas en 1978, Washington reconoció al "Gobierno de la República Popular de China como el único Gobierno legal de China", es decir, una declaración clara de no reconocimiento al reclamo de Taiwán como el gobierno legítimo chino. Además, el acuerdo establecía que Estados Unidos solo mantendría "relaciones culturales, comerciales y no oficiales con el pueblo de Taiwán".
La última vez que un funcionario de alto nivel estadounidense visitó oficialmente a isla fue hace 25 años, cuando el entonces presidente de la Cámara baja del Congreso federal, el republicano Newt Gingrich, viajó en 1997.
"¿La Cámara de Representantes no es parte del Gobierno de Estados Unidos o Estados Unidos tiene más que un Gobierno? La visita de la líder número tres (en la sucesión presidencial) a Taiwán en un avión militar podría ser tomada como no oficial?", escribió Hua y agregó: "El Gobierno de Estados Unidos debe honrar sus compromisos tanto en lo verbal como en la práctica. Sino, el Gobierno de Estados Unidos debe asumir la responsabilidad y las consecuencias de cualquiera de sus actos que, bajo cualquier pretexto, violen los comunicados chinos-estadounidenses" de 1978.
Primera parada: Singapur
Ni desde Washington ni desde la comitiva de Pelosi confirmaron las versiones periodísticas de la estadounidense CNN y la taiwanesa TVBS. Solo se limitaron a informar que Pelosi se reunió con con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, quien abogó por la estabilidad del vínculo entre Washington y Beijing: "El primer ministro Lee destacó la importancia de que haya una relación estable entre Estados Unidos y China para la paz y la seguridad regional", según un comunicado oficial citado por la agencia de noticias AFP.
Antes de partir de la capital estadounidense, la oficina de Pelosi había informado que la gira incluiría paradas en Singapur, Malasia, Corea del Sur y Japón. "El viaje se centrará en la seguridad mutua, la asociación económica y la gobernanza democrática en la región del Indo-Pacífico", había anunciado. Pero, con los rumores sobre una posible visita a Taiwán y la respuesta de China, el Gobierno estadounidense alertó este lunes que la situación internacional podría escalar pronto. China "parece estar tomando posiciones para dar potencialmente un paso más en los próximos días", advirtió ante la prensa el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
Taiwán, en el corazón de la confrontación bilateral
La isla es uno de los mayores motivos de fricción entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con China. Beijing reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas.
Sin embargo, el juego de alianzas no es tan simple. En el plano diplomático, Washington reconoce a China y no a Taiwán, pero respalda políticamente al gobierno taiwanés y se opone a un cambio por la fuerza en el estatuto de la isla. En este marco político-legal, los políticos estadounidenses suelen visitar discretamente Taiwán y no suelen ser funcionarios de las primeras líneas de los tres poderes.