El presidente chino, Xi Jinping, se reunirá el jueves con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, con la guerra de Ucrania y los proyectos de infraestructuras como temas prioritarios en la tercera escala de su primera gira europea en cinco años.
Xi, que llegó a Budapest a última hora del miércoles, puede esperar una calurosa bienvenida en un país que es un socio importante en comercio e inversión, en contraste con otras naciones de la UE que se plantean diversificarse de China y depender menos de la segunda economía mundial.
Xi ha "desarrollado profundas amistades" con políticos húngaros y Hungría era "el objetivo número uno en la región de Europa central y oriental para la inversión china", escribió Xi el miércoles en el diario progubernamental Magyar Nemzet.
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Xi llegó a Hungría tras visitar Francia y Serbia. En París, el presidente Emmanuel Macron y la jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, le presionaron para que garantice un comercio más equilibrado con Europa y utilice su influencia sobre Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania.
Ucrania también ocupará un lugar destacado en la agenda de las conversaciones de Budapest, según dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Peter Szijjarto, en una reunión informativa celebrada a principios de semana.
También se espera que Hungría y China, que celebran su 75º aniversario de relaciones diplomáticas, firmen entre 16 y 18 nuevos acuerdos de cooperación, uno de los cuales podría ser un proyecto de infraestructuras a gran escala dentro del enorme proyecto chino "Belt and Road", añadió el ministro.
Al igual que Serbia, Hungría es partidaria de esta Iniciativa china, un ambicioso plan lanzado por Xi hace una década con la esperanza de construir redes globales de infraestructuras y energía que conecten Asia con África y Europa.
La relación va más allá del comercio y la inversión, ya que China ofreció en febrero a Hungría cooperación en materia de seguridad pública y aplicación de la ley.
Orban empezó a trabajar para acercar su país a Pekín nada más llegar al poder en 2010. Las cálidas relaciones políticas se convirtieron en inversiones aproximadamente una década después, cuando los fabricantes de baterías y vehículos eléctricos empezaron a llevar la producción a Hungría.
Uno de los mayores inversores, CATL, está construyendo una planta de baterías de 7.300 millones de euros (7.860 millones de dólares) en Debrecen, mientras que el fabricante chino de vehículos eléctricos BYD anunció a finales del año pasado que estaba construyendo su primera planta europea en el sur de Szeged.
China trajo primero la producción de baterías a Europa para ahorrarse los gastos de envío, ya que, eran tan pesadas que tenía sentido trasladar la producción junto a las fábricas de automóviles de empresas como Daimler y BMW, según explicó Tamas Matura, profesor adjunto de la Universidad Corvinus.
El siguiente paso es producir vehículos eléctricos chinos en Hungría, ya que, los planes proteccionistas de la UE amenazan cada vez más su expansión, añadió.
"Éstos podrían afectarles mucho menos si ya están establecidos y producen dentro de la UE."
Con información de Reuters