El Tribunal Supremo de Israel dictaminó el martes que el Estado debe empezar a reclutar en el ejército a los judíos ultraortodoxos de los seminarios, un decreto que podría dividir a la coalición de Gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu.
El Gobierno de Netanyahu se apoya en dos partidos ultraortodoxos que consideran que la exención del servicio militar obligatorio es clave para mantener a sus electores en los seminarios religiosos y alejados de un ejército multicultural que podría poner a prueba sus costumbres conservadoras.
Los líderes de estos partidos se declararon decepcionados por la decisión, pero no amenazaron de inmediato al Gobierno.
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Sin embargo, la perspectiva de que el ejército, respaldado por el ministro de Defensa, Yoav Gallant, comience a reclutar a los estudiantes de los seminarios podría abrir grietas en la cada vez más frágil coalición de Netanyahu.
La renuncia al reclutamiento de los ultraortodoxos se ha convertido en un tema especialmente candente en un momento en que las fuerzas armadas israelíes están desbordadas por una guerra de varios frentes contra Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano.
"En el punto álgido de una guerra difícil, la carga de la desigualdad es más aguda que nunca", dijo el fallo unánime del tribunal.
La mayoría de los israelíes judíos están obligados por ley a servir en el ejército a partir de los 18 años, durante tres años los hombres y dos las mujeres. Los miembros del 21% de la minoría árabe de Israel están exentos, aunque algunos prestan servicio, y los seminaristas judíos ultraortodoxos también han estado exentos en gran medida durante décadas.
La ley que regula la exención de los seminaristas expiró el año pasado, pero el Gobierno siguió permitiendo que no prestaran servicio. El Tribunal Supremo dictaminó que, a falta de una nueva base jurídica para la exención, el Estado debe reclutarlos. La sentencia también prohibió a los seminarios recibir subvenciones estatales si los becarios evitan el servicio sin aplazamientos o exenciones.
Con una nueva ley sobre el tema debatiéndose ahora en el Parlamento, el ministro de Educación, Yoav Kisch, del Partido Likud de Netanyahu, expresó su esperanza de que se pudiera llegar a un acuerdo sobre un compromiso.
"No en una guerra civil, no en una lucha que desgarrará a la sociedad israelí en medio de una dura guerra. Es posible hacerlo juntos", dijo Kisch.
Con información de Reuters