Los residentes palestinos de los barrios orientales de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, huyeron de sus casas el martes ante el avance de los tanques israelíes en la zona, después de que Israel ordenó la evacuación de la población.
Los tanques penetraron en la localidad de Bani Suhaila, en Jan Yunis, y varios distritos cercanos fueron bombardeados por segundo día consecutivo, lo que obligó a decenas de miles de civiles a buscar refugio en otros lugares.
Israel declaró que su acción -la última de una serie de grandes ataques en las últimas semanas en zonas de Gaza en las que hacía tiempo que afirmaba haber erradicado a Hamás- pretendía impedir que los combatientes del grupo militante se reagruparan.
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Las autoridades sanitarias de Gaza afirmaron que, desde el lunes, los ataques militares israelíes habían causado la muerte de al menos 80 palestinos en la zona de Jan Yunis, que se sumaban a los más de 39.000 muertos en casi 10 meses de guerra, según cifras de las autoridades de Gaza.
El Ejército israelí dijo que Hamás y otros grupos utilizaban esas zonas para reanudar los ataques, incluido el lanzamiento de cohetes.
Muchas de las familias recién desplazadas dijeron que habían tenido que pasar la noche en la calle mientras buscaban en vano un espacio, ya que el oeste de Jan Yunis y las zonas centrales de Gaza estaban abarrotadas. Algunos de ellos dijeron que tuvieron que huir bajo el fuego israelí.
"Para nosotros, lo más básico de nuestras vidas no está disponible", dijo una mujer, Ibtihal Al-Breim, a Reuters en Jan Yunis. "Las necesidades básicas (como) el agua que teníamos que acarrear, la electricidad, por supuesto, está cortada, la comida está cortada, por no hablar de los precios caros, y no hay trabajo".
"Y de repente te dicen que ahora tienes que irte. Sin previo aviso, de repente empezaron a caer cohetes sobre nosotros. Tuvimos que marcharnos y yo no tenía intención de hacerlo, pero entonces aparecieron cuadricópteros y aviones, vimos los tanques con nuestros propios ojos", añadió.
Funcionarios de la ONU describieron el martes escenas de desesperación mientras los ataques aéreos israelíes golpeaban la zona.
"La situación es imposible", dijo la agencia de la ONU para los refugiados palestinos UNRWA en X. En una publicación posterior, aseguró que no había ningún lugar seguro al que ir en Gaza.
"La gente está agotada por los continuos desplazamientos y las condiciones inhabitables, y está atrapada en zonas cada vez más pequeñas y superpobladas", afirmó.
El Ejército israelí declaró que decenas de militantes habían muerto en Jan Yunis a manos de sus tanques y aviones de guerra o en combates cuerpo a cuerpo. También se destruyeron depósitos de armas y túneles utilizados por los militantes.
Según los médicos palestinos, una persona murió el martes en un ataque aéreo israelí en la zona. El Ministerio de Salud de Gaza no distingue entre combatientes y no combatientes. Las autoridades sanitarias han afirmado que la mayoría de los muertos han sido civiles.
Los residentes de Jan Yunis dijeron que los tanques permanecían estacionados en el interior de Bani Suhaila, al este del centro de Jan Yunis. Se vio a soldados buscando en el cementerio principal de la ciudad, mientras que otros ocupaban tejados de edificios altos, disparando sus armas hacia las zonas occidentales de vez en cuando, dijeron los residentes.
En el campo de Bureij, en el centro de la Franja de Gaza, donde murieron seis palestinos por un ataque aéreo israelí contra una casa, algunos residentes dijeron que habían recibido llamadas de agentes de seguridad israelíes ordenándoles que abandonaran sus hogares. Algunas familias se dirigieron hacia el campo de Nuseirat, al oeste.
Más tarde, el martes, los residentes dijeron que las fuerzas israelíes habían volado varias casas en Ráfah, donde Israel dijo que su operación desde mayo tenía como objetivo desmantelar los últimos batallones de Hamás.
ESPERANZAS DE ALTO EL FUEGO
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que se encuentra en Washington esta semana, dijo a las familias de los rehenes retenidos en Gaza que podría estar cerca un acuerdo que garantice su liberación.
Los combatientes de Hamás desencadenaron la guerra el 7 de octubre al irrumpir en el sur de Israel, matando a 1.200 personas y capturando a 250, según los recuentos israelíes. Hamás y otros militantes aún retienen a 120 rehenes; Israel cree que alrededor de un tercio de ellos han muerto.
Netanyahu se encontraba en Washington y se espera que se reúna con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a finales de esta semana, tras pronunciar un discurso ante el Congreso. El lunes se dirigió a las familias de los rehenes en la capital estadounidense: "Las condiciones (para un acuerdo) sin duda están madurando. Es una buena señal".
Meses de esfuerzos mediados por Egipto y Qatar para alcanzar un alto el fuego cobraron impulso en las últimas semanas bajo una propuesta esbozada por Biden en mayo.
"Desgraciadamente, no se producirá de golpe; habrá etapas. Sin embargo, creo que podemos avanzar en el acuerdo", declaró Netanyahu.
Sami Abu Zuhri, alto cargo de Hamás, dijo a Reuters que no había nada nuevo en la postura de Netanyahu.
"Netanyahu sigue dando largas y envía delegaciones sólo para calmar la ira de las familias de los cautivos israelíes", afirmó.
Un equipo negociador israelí tiene previsto reanudar el jueves las conversaciones que incluirían la liberación de rehenes a cambio de prisioneros palestinos detenidos en cárceles israelíes. Según dos fuentes de seguridad egipcias, Israel informó a Egipto de que una delegación israelí llegaría a El Cairo el miércoles por la noche.
Con información de Reuters