Ismail Haniye, el dirigente de Hamás asesinado en Irán, era la imagen dura de la diplomacia internacional del grupo palestino mientras la guerra hacía estragos en Gaza, donde tres de sus hijos murieron en un ataque aéreo israelí.
Pero a pesar de la retórica, muchos diplomáticos lo consideraban un moderado en comparación con los miembros más radicales del grupo respaldado por Irán dentro de Gaza.
Nombrado máximo responsable de Hamás en 2017, Haniye se movía entre Turquía y Doha, la capital de Qatar, escapando a las restricciones de viaje de la bloqueada Franja de Gaza y permitiéndole actuar como negociador en las conversaciones de alto el fuego o hablar con Irán, aliado de Hamás.
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"Todos los acuerdos de normalización que ustedes (los Estados árabes) firmaron (con Israel) no pondrán fin a este conflicto", declaró Haniye en la televisión qatarí Al Jazeera poco después de que combatientes de Hamás lanzaran el ataque del 7 de octubre, que mató a 1.200 personas en Israel, según los recuentos israelíes, y se llevó a otras 250 aproximadamente para retenerlas como rehenes en Gaza, uno de los lugares más densamente poblados del planeta.
La respuesta israelí al ataque ha sido una campaña militar que ha matado hasta ahora a más de 39.000 personas dentro de Gaza y bombardeado gran parte del enclave hasta convertirlo en escombros, según las autoridades sanitarias del territorio.
En mayo, la fiscalía de la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de detención contra tres dirigentes de Hamás, entre ellos Haniye, así como contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra. Los dirigentes israelíes y palestinos han rechazado las acusaciones.
HIJOS ASESINADOS EN ATAQUE AÉREO
La carta fundacional de Hamás de 1988 pedía la destrucción de Israel, aunque sus dirigentes han ofrecido en ocasiones una tregua a largo plazo con Israel a cambio de un Estado palestino viable en todo el territorio palestino ocupado por Israel en la guerra de 1967. Israel lo considera una treta.
Hamás también envió atacantes suicidas a Israel en las décadas de 1990 y 2000.
Tres de los hijos de Haniye —Hazem, Amir y Mohammad— murieron el 10 de abril cuando un ataque aéreo israelí alcanzó el automóvil que conducían, según Hamás. Haniye también perdió a cuatro de sus nietos, tres niñas y un niño, en el ataque, según Hamás.
Haniye había negado las afirmaciones israelíes de que sus hijos eran combatientes del grupo y dijo que "los intereses del pueblo palestino están por encima de todo" cuando se le preguntó si su muerte afectaría a las conversaciones de tregua.
"Todo nuestro pueblo y todas las familias de los habitantes de Gaza han pagado un alto precio con la sangre de sus hijos y yo soy uno de ellos", declaró, añadiendo que al menos 60 miembros de su familia murieron en la guerra.
Sin embargo, a pesar de su lenguaje duro en público, los diplomáticos y funcionarios árabes le consideraban relativamente pragmático en comparación con las voces más duras dentro de Gaza, donde el ala militar de Hamás planeó el ataque del 7 de octubre.
Mientras decía a los militares israelíes que se encontrarían "ahogados en las arenas de Gaza", él y su predecesor como dirigente de Hamás, Jaled Meshaal, habían viajado por la región para mantener conversaciones sobre un acuerdo de alto el fuego con Israel mediado por Qatar que incluiría el intercambio de rehenes por palestinos en cárceles israelíes, así como más ayuda para Gaza.
Israel considera a todos los dirigentes de Hamás como "terroristas" y ha acusado a Haniye, Meshaal y otros de seguir "manejando los hilos de la organización terrorista Hamás".
Pero no está claro cuánto sabía Haniye de antemano sobre el asalto del 7 de octubre. El plan, elaborado por el consejo militar de Hamás en Gaza, era un secreto tan bien guardado que algunos cargos de Hamás parecían sorprendidos por su calendario y escala.
Sin embargo, Haniye, musulmán suní, tuvo mucho que ver en el desarrollo de la capacidad combativa de Hamás, en parte fomentando los lazos con Irán, musulmán chií, que no oculta su apoyo al grupo.
Durante la década en que Haniye fue el máximo dirigente de Hamás en Gaza, Israel acusó a su equipo dirigente de ayudar a desviar ayuda humanitaria al ala militar del grupo. Hamás lo negó.
DIPLOMACIA ITINERANTE
Cuando abandonó Gaza en 2017, Haniye fue sucedido por Yahya Sinwar, un radical que pasó más de dos décadas en cárceles israelíes y a quien Haniye había acogido de vuelta a Gaza en 2011 tras un intercambio de prisioneros.
"Haniye lidera la batalla política de Hamás con los Gobiernos árabes", afirmó antes de su muerte Adeeb Ziadeh, especialista en asuntos palestinos de la Universidad de Qatar, quien añadió que mantenía estrechos vínculos con figuras de línea más dura del grupo y del ala militar.
"Él es el frente político y diplomático de Hamás", afirmó Ziadeh.
Haniye y Meshaal se habían reunido con autoridades en Egipto, que también ha desempeñado un papel de mediación en las conversaciones de alto el fuego. Haniye viajó a principios de noviembre a Teherán para reunirse con el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, según informaron medios de comunicación estatales iraníes.
Tres altos cargos declararon a Reuters que Jamenei había dicho al dirigente de Hamás en esa reunión que Irán no entraría en la guerra si no se le había informado de ella con antelación. Hamás no respondió a las peticiones de comentarios antes de que Reuters publicara su artículo y luego emitió un desmentido tras su publicación.
De joven, Haniye fue estudiante activista en la Universidad Islámica de la ciudad de Gaza. Se unió a Hamás cuando se creó en la Primera Intifada (levantamiento) palestina en 1987. Fue detenido y deportado brevemente.
Haniye se convirtió en protegido del fundador de Hamás, el jeque Ahmad Yasin, que, al igual que la familia de Haniye, era un refugiado del pueblo de Al Jura, cerca de Ascalón. En 1994, dijo a Reuters que Yassin era un modelo para los jóvenes palestinos: "Aprendimos de él el amor al Islam y el sacrificio por este Islam y a no arrodillarnos ante estos tiranos y déspotas".
En 2003 ya era un ayudante de confianza de Yassin, fotografiado en su casa de Gaza sosteniendo un teléfono junto al oído del fundador de Hamás, casi completamente paralizado, para que pudiera participar en una conversación. Yassin fue asesinado por Israel en 2004.
Haniye fue uno de los primeros defensores de la entrada de Hamás en política. En 1994 dijo que formar un partido político "permitiría a Hamás hacer frente a los nuevos acontecimientos".
La dirección de Hamás lo rechazó en un principio, pero más tarde lo aprobó y Haniye se convirtió en primer ministro palestino después de que el grupo ganara las elecciones parlamentarias palestinas en 2006, un año después de que el ejército israelí se retirara de Gaza.
El grupo tomó el control de Gaza en 2007.
En 2012, cuando los periodistas de Reuters le preguntaron si Hamás había abandonado la lucha armada, Haniye respondió "por supuesto que no" y afirmó que la resistencia continuaría "en todas sus formas: resistencia popular, resistencia política, diplomática y militar".
(Reporte adicional de Nidal al-Mughrabi; edición de William Maclean y Miral Fahmy; editado en español por Anxo Fariñas Torres)