La oficina presidencial de la República Dominicana anunció el miércoles un plan "inmediato" para deportar hasta 10.000 inmigrantes a la semana, mientras el país caribeño intensifica la vigilancia fronteriza con su vecino Haití, afectado por el conflicto.
El anuncio no especificó si el plan se centrará en los haitianos, pero ellos han constituido la gran mayoría de los deportados.
De aplicarse, el plan supondría un aumento significativo de las deportaciones, después de que el año pasado más de 200.000 inmigrantes haitianos fueron devueltos a la fuerza, según datos de la ONU.
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En su declaración, la oficina del presidente señaló el lento progreso y los "limitados" resultados de una misión de seguridad respaldada por la ONU y enviada para ayudar a la policía haitiana a retomar el control de la capital frente a la creciente presencia de bandas armadas.
"Ante esta realidad, nos vemos obligados a actuar de manera decidida y responsable para garantizar la seguridad y estabilidad de nuestro país", dijo en el comunicado el portavoz presidencial Homero Figueroa.
Naciones Unidas ha pedido en repetidas ocasiones a los países de la región, entre ellos República Dominicana y Estados Unidos, que detengan las deportaciones a Haití, donde se ha disparado el hambre, que afecta ya a casi la mitad de la población, de unos 11 millones de habitantes.
El número de haitianos desplazados internamente casi se ha duplicado en seis meses, superando los 700.000, a medida que las bandas se expanden por las zonas próximas a la capital.
La República Dominicana, que comparte la isla de La Española con Haití, representó el 96% de los haitianos deportados el año pasado.
Con información de Reuters