Un grupo de países afectados por conflictos está ejerciendo presión en la COP29 para que se duplique, hasta alcanzar los más de 20.000 millones de dólares al año, la ayuda financiera destinada a combatir las catástrofes naturales y las crisis de seguridad a las que se enfrentan sus poblaciones, según se desprende de una carta a la que tuvo acceso Reuters.
El grupo es uno de los varios que están presionando en las conversaciones sobre el clima que se celebran esta semana en Azerbaiyán para conseguir fondos que permitan prepararse mejor para los impactos de las condiciones meteorológicas extremas, mientras los países asistentes tratan de acordar un nuevo objetivo anual de financiación.
Los países insulares, por ejemplo, sostienen que el cambio climático amenaza su propia existencia a medida que sube el nivel de los mares, mientras que las naciones con selvas tropicales dicen que necesitan más dinero para proteger sus grandes sumideros de carbono.
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Los países sumidos en conflictos y sus secuelas afirman que han tenido dificultades para acceder a la inversión privada, ya que se les considera demasiado arriesgados. Eso significa que los fondos de la ONU son aún más críticos para sus poblaciones, muchas de las cuales se han visto desplazadas por la guerra y los sucesos meteorológicos.
Como respuesta, la Presidencia azerbaiyana de la COP29 lanzará el viernes una nueva "Red de países vulnerables al clima", que incluye a varios países que pertenecen al G7+, un grupo intergubernamental de países frágiles, que fue el primero en enviar el llamamiento.
El objetivo de la red es abogar en favor del grupo ante las instituciones de financiación para el clima, aumentar la capacidad de los Estados miembros para que puedan absorber más financiación y crear plataformas nacionales para que los inversores puedan encontrar más fácilmente proyectos de alto impacto en los que invertir, afirmó el grupo de reflexión ODI Global, que ayudó a los países a crear la red.
Burundi, Chad, Irak, Sierra Leona, Somalia, Timor Oriental y Yemen ya se han unido a la iniciativa, pero los 20 miembros del G7+ han sido invitados.
"Mi esperanza es que se cree una plataforma real para los países necesitados", dijo Abdullahi Khalif, negociador jefe para el clima de Somalia, al margen de las conversaciones de Bakú.
El mes pasado el G7+ envió también una carta a las Naciones Unidas, al Grupo del Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y las presidencias de la COP en la que pidió más apoyo.
En ella, el grupo exigía un compromiso explícito en cualquier acuerdo final sobre financiación en la COP29 que duplicara la financiación para ayudarles a adaptarse al cambio climático hasta al menos 20.000 millones de dólares anuales para 2026.
Mientras que 45 de los países menos desarrollados del mundo tienen su propio grupo de negociación de la ONU, que incluye a algunos de los países del G7+, los Estados afectados por conflictos se enfrentan a retos distintos, dijeron los defensores.
"Una situación de inundaciones en Sudán del Sur o Somalia provoca más catástrofes que en cualquier otro país en desarrollo", afirmó Habib Mayar, secretario general adjunto del G7+, que ayudó a coordinar la carta.
Un niño nacido en Sudán del Sur, sumido en la guerra desde 2013, tenía 38 veces más probabilidades en 2022 de verse desplazado internamente por desastres relacionados con el cambio climático que un niño europeo o norteamericano, según datos de UNICEF.
Sin embargo, los países afectados por conflictos solo recibieron 8.400 millones de dólares en fondos para el clima en 2022, aproximadamente una cuarta parte de lo necesario, según un análisis de 2024 de ODI Global.
"Está claro que los fondos climáticos no están haciendo lo suficiente para apoyar a las personas más vulnerables al clima del mundo", dijo Mauricio Vázquez, jefe de política de riesgos globales y resiliencia de ODI Global.
Con información de Reuters