"Las deseadas", cuatro mujeres que se abisman a ellas mismas

14 de septiembre, 2023 | 13.10

Elizabeth Cancino es la autora y directora de "Las deseadas", obra que se puede ver los viernes a las 23.15 en Timbre 4 (Boedo 640) y en la que aparecen "distintas, diversas, y muchas veces contradictorias cuestiones que nos atraviesan a las mujeres" según detalla.

Interpretada por Lucía Alazraqui, Jazmín Broitman, Lilian Cancino y Florencia Mouriño, la obra va narrando, a través de una propuesta teatral que combina el relato, la confesión y la venganza, el tránsito de tres mujeres internadas y una asistente en unos denominados Baños de Oriente a donde fueron con la promesa de sanar de distintas heridas que sacan a luz conflictos que las atraviesan.

Cancino señaló en una charla con Télam que "la clave es acercarnos a través de historias, de sucesos, de acontecimientos y de anécdotas a las complejas vivencias que nos tocan por nuestra condición y por el entramado social en el que jugamos un rol a pesar de que no se nos dé la gana".

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T: ¿Qué significa el rol?

Elizabeth Cancino: Ese rol existe y ahí nos movemos. Luchamos, cierto, nos revelamos, por supuesto, pero también lo ejercemos, porque a veces no queda otra, porque no siempre se trata exclusivamente del género. sino de una cuestión de clase, de imposiciones religiosas o sencillamente culturales. En la obra todo esto aparece con humor, con ironía, con poesía.

T: Al mismo tiempo, en la construcción teatral conviven también distintos registros, desde lo policial, a lo musical o lo biográfico, ¿cómo fue el armado de estos materiales diversos?

EC: Fue una búsqueda… La necesidad de expresión propia es el comienzo de todo y luego de la existencia del texto el trabajo con las actrices permitió que la historia encuentre sus claves para ser contada como una sola entidad. Desprejuiciadamente, por puro instinto y persiguiendo una visión llegamos al musical, por ejemplo. En el texto apenas decía en esa escena: "Rojo, burdel, sangre", y quedó abierta a ser encontrada. Trabajando con las actrices empezó a surgir la idea del musical como solución estética a un policial porque necesitábamos ese distanciamiento.

T: ¿Cómo fue la dirección actoral en un trabajo en que las actrices están siempre a público en una suerte de frente a frente que le da una particular dramaticidad al momento escénico?

EC: Las actrices son una delicia, cada una muy distinta de la otra, cada una propone desde una clave actoral y estética particular. La construcción de toda la obra representó un desafío desde la dirección porque trabajamos con un material que no tiene la organicidad de una escena donde lo vincular o la interacción entre personajes va llevando lo que ocurre. Acá me interesaba y hoy me impacta al ver la obra, que precisamente fueran estos personajes femeninos los que tuvieran la mayor jerarquía. Es impactante tenerlas frente a frente, despojadas, con la tremenda fuerza, carisma y también la tremenda vulnerabilidad y dramatismo que cada personaje va proponiendo. Así también es impactante escuchar a una mujer, a un otro, cualquiera sea, en su descarnada honestidad, en su cruda verdad. No fue fácil dirigirlas bajo esta premisa.

T: ¿De dónde surgen los materiales que utilizaste para construir esta ficción?

EC: Las historias me pasaron todas a mí y, al mismo tiempo, no me pasó ninguna. Me pasó porque hay cosas que efectivamente están puestas en la obra que vivencié… otras, ni de cerca. Sin embargo, siempre fui observadora, y por mi personalidad, porque me importa también, y mucho, me llegan historias. La compañera de trabajo que un día entre un break y el otro te desarmó con un relato… la mamá del cole que a las 8 de la mañana, enloquecida, te pidió un favor y sin darte cuenta te enteraste del "plot twist" más loco de su vida. Historias vividas por amigas, por familiares, por desconocidas. Y es cada vez más… viene como una oleada… y es una de las razones que me llevan a realizar "Las deseadas": nuestras historias deben ser contadas, por nosotras. Es fundamental que pongamos nuestra narrativa a dialogar con las narrativas existentes y las nuevas, y mientras más alto gritemos lo que vivimos, mejor. Calladas nunca más.

Con información de Télam

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