El 24 de junio es una fecha trágica para el tango porque remite de forma inevitable a la temprana muerte del cantor Carlos Gardel en un trágico accidente de avión en Colombia. Pero los amantes de la música popular no salen de su asombro por la frase premonitoria que expresó el Zorzal Criollo durante la última presentación que brindó en público antes de pasar a la inmortalidad.
Durante la primera mitad de 1935, Carlos Gardel emprendió una gira que lo llevaría por varios países de América, como Puerto Rico, Venezuela, Colombia, Panamá, Cuba, México y Colombia. Lo que nadie se esperaba es que el icónico artista estaba dando sus últimos conciertos. Tampoco lo imaginaban las cerca de 10.000 personas que se acercaron al aeropuerto de Bogotá para recibirlo el 14 de junio.
El furor por el aterrizaje del Morocho del Abasto fue enorme en Colombia, tal y como sucedía en los otros países que visitaba luego de su consagración en París y Nueva York con sus películas. La euforia de los colombianos quedó marcada cuando el avión estaba a punto de aterrizar y una multitud tiró el vallado y se metió en la pista de aterrizaje, obligando al piloto a realizar una maniobra para evitar lo que hubiese sido una tragedia.
Desde que llegó a Bogotá, el cantor de tango se presentó de manera casi diaria ante su público y siempre con el auditorio lleno. En este tramo de su gira, se presentaba en los teatros de la cadena “Cine Colombia”, con la que tenía un vínculo de exclusividad. La rutina era siempre la misma: primero se proyectaba una de sus películas y luego era el turno del Zorzal, quien deleitaba con sus versos a los colombianos.
Las últimas palabras premonitorias de Carlos Gardel a su público en Colombia
Lamentablemente, el domingo 23 de junio de 1935, Carlos Gardel brindó lo que sería el último recital de su corta vida. Fue en los estudios de la emisora radial “La voz de la Victor”, donde la gente desbordó el recinto y las inmediaciones de la plaza Bolívar, donde se habían colocado altoparlantes. Algunos de los tangos que cantó fueron “Cuesta abajo”, “Insomnio”, “El carretero” y “No te engañes corazón”.
Según cuentan Osvaldo y Julián Barsky en “Gardel: la biografía”, ya era el cierre del show cuando el Zorzal expresó: “Antes de cantar mi última canción, quiero decir que he sentido grandes emociones en Colombia. Gracias por tanta amabilidad. Encuentro en las sonrisas de los niños, las miradas de las mujeres y la bondad de los colombianos un cariñoso afecto para mí”.
En ese mismo discurso de agradecimiento, Carlos Gardel ponía en duda un futuro regreso: “Me voy con la impresión de quedarme dentro del corazón de los bogotanos. Voy a ver a mi vieja, pronto. No sé si volveré, porque el hombre propone y Dios dispone. Pero es tal el encanto de esta tierra que me recibió y me despide como si fuera su hijo propio, que no puedo decirles adiós, sino hasta siempre”.
Esas serían las últimas palabras en público del ídolo popular, quien cerró el recital cantando el tango “Tomo y obligo”. Unas pocas horas después, se subiría a un avión junto a Alfredo Le Pera y otras personas más para continuar la gira por la ciudad de Cali. Tras hacer una escala en el aeropuerto de Medellín, el avión volvió a remontar vuelo con tanta mala fortuna que el piloto perdió su control y terminó estrellándose contra otro aeroplano que se encontraba en la pista.