"Carne argentina" , educación sentimental masculina y control social en la sociedad digital

19 de marzo, 2023 | 14.04

"Carne argentina (Preludio para un cyborg de las pampas)", de Patricio Suárez, llegará este jueves a las 21 a la sala porteña El Galpón Guevara para proponer una reflexión cruda sobre el sistema económico y social actual, desde una puesta “muy dinámica y con un fuerte impacto visual y estético”, contó el director y dramaturgo.

La pieza de Suárez -formado con Ricardo Bartís, Pompeyo Audivert, Mariana Obersztern, Emilio García Wehbi y Mauricio Kartún, entre otros- combina elementos de la danza, el teatro físico y las artes visuales.

“Por un lado investiga la mixtura de lenguajes, y al mismo tiempo, propone una reflexión sobre la educación sentimental masculina, el colapso del modelo urbano capitalista, y la relación actual entre vida, tecnología y precariedad”, indicó a Télam el director, dramaturgo, perfomer, músico y docente.

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Se trata de un reestreno de “Carne argentina”, que tendrá funciones desde el 23 de marzo, y se podrá ver todos los jueves de marzo y abril a las 21 en la sala porteña ubicada en Guevara 326, protagonizada por Ramiro Cortez, Mateo De Urquiza, Gastón Gatti y Javier Murphy Figueroa, quienes interpretan a seres post-humanos, formados por materia viva, basura y dispositivos electrónicos

Télam: ¿Cuál es la propuesta de "Carne argentina"?

Patricio Suárez: El intenso despliegue físico de los bailarines, la proyección de las pantallas, la utilización de objetos y materiales reciclados, y los efectos envolventes del diseño lumínico y sonoro, nos hace viajar entre espacios rurales, basureros, parques vespertinos y revueltas callejeras. Este hilvanado de episodios gira en torno a la pregunta sobre qué modos de vida deseamos construir en un planeta herido; ciertas características del neoliberalismo, como la competencia individualista, la violencia y el fetichismo de la mercancía; y las tensiones éticas del arte independiente, que oscila entre el acomodamiento y la protesta.

T: La obra habla, entre otros temas, sobre la construcción simbólica de las masculinidades en el mundo actual, ¿Cómo llevas esos imaginarios a escena?

PS: De forma bastante directa, hay una serie de escenas que presentan desde el humor, algunas facetas de la educación sentimental de los varoncitos, y el proceso de construcción de los cuerpos “viriles”: la competencia absurda y la demostración de fuerza como foco identitario, la violencia, la negación de la vulnerabilidad, el ocultamiento de la fragilidad e incluso de la impotencia. Y, por otro lado, de forma más abstracta, aparece otro nivel ligado a lo pre-humano, en el que cierta potencia física mamífera y sin rostro, sin determinaciones simbólicas tan rígidas, toma características más difusas, y hace que el campo emocional de esos cuerpos se vuelva más indeterminado y ambiguo. Por último, aparecen cuestiones ligadas a la violencia policial, que sigue siendo un problema gravísimo para los pibes más humildes quienes la sufren a diario, y que en mi caso, ha sido una experiencia cotidiana en mi adolescencia que dejó una marca indeleble y cierto resentimiento hacia las fuerzas de seguridad.

Con información de Télam