La pandemia generó una caída en el empleo que se compara con las bajas de 2002 generadas en la crisis del comienzo del siglo. Sin embargo, las medidas que tomó el Gobierno, como el DNU anti-despidos y el programa de asistencia al trabajo y la producción (ATP), mitigaron el desastroso efecto que se podría haber generado sobre el mercado laboral.
En el cuarto mes del año, el Ministerio de Trabajo reveló que empleo formal en el sector privado tuvo la mayor caída en 18 años: disminuyó 0,6%. “Esta situación respondió a la importante contracción de la actividad económica. En abril la construcción cayó 75,6% y la industria, 33,5%. De hecho, de acuerdo con el INDEC, dos tercios de las empresas industriales no pudieron operar con normalidad durante ese mes”, señaló un informe de la Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETYD) de la Universidad Nacional de San Martín.
La caída del empleo formal en abril fue apenas superior a la de marzo, cuando se redujo 0,5%. La comparación es importante porque, mientras que durante marzo el aislamiento social ocupó sólo un tercio de los días hábiles, en abril se extendió durante todo el mes. "La prohibición de despidos y el pago del salario complementario por el Estado podrían explicar que la situación en abril no haya sido aún más crítica", explicó el reporte.
De acuerdo a una proyección de El Destape en base a los datos oficiales, desde el comienzo de la pandemia se perdieron cerca de 100.000 empleos registrados en empresas privadas entre marzo y abril. En concreto, fueron 48.000 en marzo y un estimado de 52.000 en abril.
La caída del empleo no estuvo ocasionada por un aumento en los despidos. Por el contrario, los despidos mostraron en abril el valor más bajo desde, al menos, principios de 2005 (cuando el Ministerio de Trabajo comenzó a relevar el dato).
Las suspensiones se constituyeron como la válvula de escape de las empresas que se vieron imposibilitadas de afrontar el pago de la totalidad de la masa salarial. Cerca de 450.000 trabajadores fueron suspendidos durante el mes de abril.
“El principal determinante de la contracción del mercado laboral fue la reducción en las contrataciones de trabajadores para cubrir la importante cantidad de puestos vacantes que todos los meses se producen por renuncias, jubilaciones, finalización de contrato. La tasa de entrada (que mide justamente el nivel de las contrataciones) alcanzó el valor más bajo desde, al menos, septiembre de 2001”, concluyó el documento.
Cómo le fue al mundo
En Estados Unidos, la semana pasada se sumaron 1,9 millones de personas a las filas de descoupados que piden subsidios por desempleo. Son 42 millones las personas que perdieron su puesto de trabajo desde el comienzo de la pandemia.
Además, de febrero a abril, en Brasil se perdieron 4,9 millones de puestos de trabajo, lo que elevó la tasa de desempleo al 12,6%, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas. En tanto, hubo 5 millones de "desalentados", es decir, personas que dejaron de buscar trabajo por algún motivo, las cuales no ingresan al rango de desocupación.
En Chile, el banco JP Morgan aclaró que el indicador oficial subestimó la destrucción de empleo con el 9% que le atribuyó al período enero-abril. La entidad internacional sostuvo que "en comparación con el mismo período de 2019, un poco menos del 20% de los trabajos perdidos aparecen como desempleados. Las personas restantes emigraron de la fuerza laboral activa, explicando así la caída en la tasa de participación y empleo".