La decisión de subir la tasa de interés para que le gane a la inflación que comenzó a analizar el equipo económico en las últimas horas surgió a partir de una "recomendación" lanzada por el Fondo Monetario, aunque en el Gobierno sostienen que ya estaba en estudio. El objetivo es otorgar rendimientos positivos reales para captar ahorro y reducir la presión sobre la dolarización minorista. Según pudo saber El Destape de fuentes oficiales, el incremento no será pronunciado para evitar congelar el consumo y la inversión, para lo cual continuarán los planes de crédito subsidiado que existen hasta el momento.
El aumento sería del orden de los cinco puntos porcentuales, llevando la tasa nominal anual al 43 por ciento. Con este nivel, la tasa de interés efectiva, que surge de la renovación periódica de los depósitos a 60 días de plazo durante un año, alcanzaría a un 51 por ciento real, lo que permitiría empardar al menos la inflación.
Todavía resta definir el momento en que se iniciará el movimiento de tasas, aunque desde el Ministerio de Economía ya vienen llevando a cabo pequeños ajustes en las tasas de interés para su colocación de letras del Tesoro, con lo cual absorber una mayor liquidez del sistema financiero y ampliar los plazos de vencimiento.
En el Gobierno descartaron que se aplica subas excesivas para ganarle a la inflación, una política que aplicó el macrismo. Cambiemos dejó el Gobierno con tasa de interés del 65 por ciento, luego de tocar un techo de 75 por ciento anual, lo que derivó en el congelamiento del consumo, la inversión y, por ende, de la actividad económica. Las fuentes consultadas dentro del equipo económica insisten en que será "un ajuste menor para mantenerse en la zona neutral".
Cómo será la suba
La tasa de interés se mantiene hace casi dos años en niveles del 38 por ciento en términos nominales, lo que se eleva a un 45 por ciento en el rendimiento efectiva, el cual surge de renovar los depósitos durante todo el ejercicio anual. "Esa es la tasa que se está mirando", reconocieron a este medio. Según sostienen, un incremento de res o cinco en la tasa nominal no alteraría la ecuación financiera, dado que se mantendría en un rango aceptable, quedando en línea con los niveles de inflación actuales. "Eso no te va a frenar ni el consumo ni la inversión, pero va a desalentar mucho la dolarización de carteras o los pesos sueltos que hay hoy y presionan por todos lados", explicaron desde el equipo económico a este medio.
El Ministerio de Economía ya viene subiendo la tasa de corte de sus colocaciones y se espera que el Banco Central haga un ajuste que no supere el rendimiento del Tesoro para evitar competir con ese financiamiento público. En los últimos meses, la Secretaría de Finanzas subió la tasa de interés máxima de las letras con vencimiento corto sin precio mínimo, incluidas las letra indexadas. La última colocación del Tesoro para bonos ajustado por Badlar fue de 45,5 por ciento nominal.
Desde el BCRA se intentó redirigir los depósitos de las Letras de Liquidez (leliq) a los bonos del Tesoro, con un resultado mediocre, y en el Gobierno sostienen que, con independencia de lo que diga el FMI, sostener tasas negativas induce adelanto de importaciones atraso de liquidaciones y dolarización vía mercado de capitales. También rechazan que impacte en consumo e inversión si se mantienen las tasas subsidiadas, como las que existen actualmente.
A quiénes beneficia
En el 2020 se destinaron 100.000 millones de pesos en créditos directos y subsidios de tasa para ayudar a cientos de compañías en el contexto crítico de la pandemia, mientras que para este año los préstamos directos a empresas, principalmente enfocados en micro, pequeñas y medianas, ya superó los 77.000 millones de pesos.
El stock de las financiaciones a PyMEs representaron el 22 por ciento del total de préstamos en pesos al sector privado en octubre. Esto implicó un aumento de 10 puntos porcentuales respecto de la participación que tenían en marzo de 2020.
Un aumento de la tasa de interés rectora del sistema implicará mayores desembolsos en subsidios para mantener los planes de crédito. Al respecto, en el Gobierno sostienen que el impacto es menor, porque habría una compensación entre lo que se paga actualmente en leliq para absorber pesos de los bancos y los mayores subsidios para aspirar los pesos directamente del público.