Por culpa de las sanciones impuestas por las potencias occidentales, Rusia puede entrar en default con sus acreedores pero sin consecuencias tan graves como la mayoría de los países que pasaron por esa situación. La nación europea debe US$ 20.000 millones al extranjero, mientras que cuenta con US$ 640.000 millones en sus reservas. Sin embargo, Estados Unidos y sus socios europeos desconectaron del sistema interbancario SWIFT a siete bancos rusos, lo que dificulta las transferencias internacionales en divisas.
Rusia entrará en cesación de pagos si no abona el vencimiento de 117 millones de intereses de deuda previsto para el miércoles en moneda estadounidense. En realidad, si los paga tendrá un periodo de gracia de 30 días antes de caer formalmente en default.
El gobierno habilitó el giro de los pagos en rublos, aunque no todos los prospecto de los títulos públicos prevén esto. Si este fuera el caso, sería la primera vez que Rusia declara un default desde 1998.
A comienzos de mes, el gobierno ruso prohibió que los emisores de deuda rusa, ya sea soberana o corporativa, paguen intereses a inversores extranjeros. El Banco Central explicó que los emisores pueden decidir pagar los cupones, pero los depositarios de los valores no harán efectivo el pago. En ese sentido, las dos principales cámaras de compensación del mundo, Euroclear y Clearstream, dejaron de operar con deuda rusa.
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Por su parte, la calificadora de riesgos Moody's y la agencia Morgan Stanley Capital Internacional (MSCI) colocaron a Rusia en el último escalafón de sus calificaciones como "Mercado aislado", no apto para realizar inversiones ni comprar deuda. Mientras que la agencia de calificación Fitch revisó a la baja dos veces en una semana la nota de la deuda rusa, una decisión que significa que el riesgo de un impago de la deuda soberana es "inminente".
Varios bancos rusos han sido vetados de la red de pagos internacionales SWIFT tras la guerra en Ucrania, lo que dificulta sus esfuerzos por mover dinero fuera de Rusia. JPMorgan estima que tenía unos USD 40.000 millones de dólares de deuda en moneda extranjera a finales del año pasado, de los que aproximadamente la mitad estaban en manos de inversores extranjeros. En tanto, las reservas de divisas del banco central de Moscú ascienden a US$ 640.000 millones.