El Gobierno cosechó el 93,55% de las adhesiones al canje de deuda, un porcentaje histórico. Con esto, se activaron las cláusulas de acción colectiva para forzar al 99% a aceptar la reestructuración, lo que le permite al Estado el ahorro de U$S 37.000 millones en capital e intereses por los próximos diez años. Una vez claro este punto, cualquier obsesionado con cifras redondas preguntará: ¿por qué no se acordó con el 100%?
Un grupo minúsculo no aceptó su ingreso al canje principalmente por problemas logísticos. Esto no significa que hayan rechazado la oferta, sino que no la avalaron explícitamente. El Ministerio de Economía no se rindió con estos tenedores, sino que ahora se ocuparán de encontrarlos y convencerlos.
Se trata de bonistas minoritarios dispersos e imposibles de identificar, probablemente europeos que, en conjunto, retienen U$S 653 millones de los U$S 65.000 millones reestructurados. “La dispersión de los tenedores originarios de estos bonos es un desafío que conocíamos de antemano”, explicaron a El Destape desde el Palacio de Hacienda.
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El porcentaje no restructurado se compone de aquellas series correspondientes a los contratos 2005, para los que no se alcanzaron las cláusulas anti-buitre. En este caso se precisaba acumular el 85% del total de los bonos con esa identiture (conseguido) pero también el 66% por serie (requisito no alcanzado). Por eso quedaron afuera.
A comienzos del proceso de la operación de deuda, antes de formalizar la primera propuesta en abril, Economía contrató a un agente de información para mapear al universo de tenedores de los títulos elegibles. Los resultados del sondeo, incompletos por supuesto, sugirieron a los funcionarios que el universo de inversores minoristas era muy limitado.
“Conociendo los antecedentes supusimos, sin poder dimensionar su cuantía con precisión, que los tenedores minoristas se encontraban en las series correspondientes al canje de 2010”, reconocieron, con certeza, desde el ministerio, dado que esa operación utilizó el mismo identiture que en 2005 y había elevado el nivel de aceptación del 76% al 92%.
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El proceso de registro frente a la comisión de valores estadounidense (SEC) se organizó partir de una opción disponible para algunos países que permite abordar el registro de bonos a ser ofrecidos sin enfocarse en los términos específicos de la oferta. Esta facilidad, denominada shelf, posibilitó avanzar paralelamente el proceso en la SEC mientas Argentina definía la estructura de la propuesta.
La operatoria registral en Reino Unido no tiene un equivalente al shelf para soberanos ajenos a la Unión Europea. En esas jurisdicciones la propuesta se hubiese iniciado recién a partir de la formulación de una operación concreta, lo que hubiese demandado mucho más tiempo.
Por lo tanto, si se hubiese registrado la oferta en Europa facilitando la adhesión minorista, los tiempos hubieran resultado incompatibles con la restauración de la sostenibilidad de la deuda bajo ley externa. Para estos instrumentos, Economía buscará en los próximos días diseñar una estrategia específica en lugar de dejarlos a su suerte, para preservar la integralidad del enfoque de conseguir deuda sostenible.
No obstante esto, el ministro de Economía, Martín Guzmán, ya puede dar vuelta la página, puesto que el 99% alcanzado permite salir del default. Más aún porque los bonos no canjeados no poseen cláusulas de default cruzadas con los nuevos títulos públicos que serán entregados el 4 de septiembre.