La región tiene el 60% de los recursos mundiales de litio y concentra el 52% de las reservas (recursos con factibilidad de extracción), localizadas principalmente en Chile (41%) y Argentina (10%). Ambos países junto con Australia y China representan más del 96% de la producción global, según datos difundidos por la CEPAL. El organismo advirtió que las perspectivas para América Latina son prometedoras, sin embargo, sería necesario avanzar en un mayor desarrollo productivo e integración regional.
“El litio es uno de los elementos fundamentales para la transición energética porque es un insumo, hasta ahora, insustituible para la producción de baterías de iones de litio, una tecnología clave para la descarbonización del transporte y el almacenamiento de energía generada a partir de fuentes renovables”, señaló organismo en la presentación del documento Extracción e industrialización del litio. Oportunidades y desafíos para América Latina y el Caribe, dado a conocer este jueves ante los medios de prensa.
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Las estimaciones son contundentes, la actual demanda de litio podría cuadruplicarse para 2040 en un escenario donde, además, los precios del mineral se multiplicaron casi nueve veces entre 2021 y 2022. “Las posibilidades más inmediatas para la región son las que se originan en las actividades de extracción y refinamiento del litio que incluyen crecimiento de las exportaciones, generación de empleo, incremento de la recaudación fiscal y creación de eslabonamientos productivos aguas arriba, es decir, los que se refieren a los insumos y equipos que se necesitan para la exploración y explotación del litio”, advirtió la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
Recurso estratégico regional
“América Latina es un actor global privilegiado en torno al litio y está llamado a serlo aún más, pero su desempeño actual está muy por debajo de ese potencial”, indicó el secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar, en la presentación del informe sobre el desarrollo y desafíos en la producción de este mineral. En ese sentido el documento al que accedió este medio señala que si bien la región es un actor clave al poseer el 52% de las reservas globales, su participación en la producción mundial es de alrededor del 31% desde 2017.
“La naturaleza estratégica del litio radica en sus posibilidades de contribuir al desarrollo económico de los países. Se ha consolidado como uno de los minerales críticos de la transición energética, en particular porque constituye un insumo para la producción de las baterías de iones de litio utilizadas para la electromovilidad. América Latina y el Caribe, especialmente la región del triángulo del litio (Argentina, Bolivia y Chile) es rica en este recurso”, detalló el texto y agregó que Brasil, México y Perú tienen depósitos pero son menos extensos.
Un punto clave del informe profundiza en la necesidad de considerar que “los países con yacimientos tienen además el reto de desarrollar capacidades productivas y tecnológicas asociadas con su extracción, que plantea la necesidad de una agenda de desarrollo productivo en torno al litio”. Asimismo, se subrayó que el crecimiento de la demanda explica, en gran medida, el aumento exponencial de los precios del litio y otros minerales en los últimos años. "Los precios del litio se multiplicaron casi nueve veces entre 2021 y 2022 vinculado a que actores como China, Estados Unidos y la Unión Europea lideran la electromovilidad y cuentan con una serie de políticas que buscan asegurar el suministro de minerales considerados críticos para la transición energética”.
La participación relativa de los países fue cambiando a lo largo del tiempo. Durante la década de 2000 Chile tuvo una participación promedio del 40% en la producción mundial, mientras que la de Australia se mantuvo en torno al 23%. En esa década aparecieron China y Argentina, cuyas participaciones, en promedio, se ubicaron en torno al 15% y el 9%, respectivamente. En la década de 2010, el liderazgo cambió y la participación de Chile cayó al 31%, mientras que la de Australia aumentó al 44%. Entre 2015 y 2021, cuando comienza a registrarse un marcado aumento de la demanda y, consecuentemente, de los precios la brecha entre los dos países se amplió y en 2018 los máximos alcanzados fueron del 60,2% para Australia y del 19% para Chile.
Mercado mundial
Desde la CEPAL señalaron ante la prensa que la “ventana de oportunidad” que representa el litio para la región abre un panorama más que favorable pero “con plazos difíciles de definir, podría ser de dos o tres décadas”.
En este esquema se proyecta un importante crecimiento de la demanda global de minerales. Litio, grafito, cobalto, níquel, manganeso y tierras raras concentran la atención “por riesgos de suministro insuficiente”. Sobre el lito puntualmente, la demanda actual podría multiplicarse por 42 veces en 2040, de acuerdo con el escenario de desarrollo sostenible de la Agencia Internacional de Energía. “El crecimiento exponencial de la demanda mundial de litio se explica, principalmente, por las transformaciones que ha desencadenado el proceso de transición energética en marcha en todo el mundo. Entre los compromisos asumidos para limitar el calentamiento global se encuentran los dirigidos a reducir sustancialmente el uso de los combustibles fósiles, extender la electrificación, mejorar la eficiencia energética y utilizar combustibles alternativos”, detalló la investigación.
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En el esquema global por una parte “se encuentra un grupo de países productores de litio y compuestos de litio, entre los que están la Argentina y Chile” y por otra, “hay un grupo de países, localizados principalmente en Asia, que se han especializado en actividades de producción de precursores, celdas y baterías de iones de litio. China es el único país que tiene una posición de liderazgo a lo largo de la cadena de valor en los distintos segmentos, con la excepción de la producción de litio, donde es el tercer productor mundial”. En esa línea, el informé precisó que más del 75% de la capacidad de producción de celdas de batería se encontraba en 2020 distribuida entre siete grandes empresas, coreanas (LG Chem, Samsung SDI y SK Innovation), chinas (BYD, Contemporary Amperex Technology Co. Limited, Guoxuan High-tech) y japonesa (Panasonic).
Por su parte, el precio del litio mantiene una fuerte tendencia al alza a nivel global. “El precio no solo se multiplicó casi nueve veces, sino que no se observa un descenso significativo, como en el de los otros minerales. En este caso se conjugan, por una parte, el importante incremento de las ventas de vehículos eléctricos en 2021 y la primera parte de 2022, y, por la otra, las expectativas en torno a la capacidad de respuesta de la oferta, que en el pasado no ha logrado responder en tiempo y forma con aumentos de capacidad”, explicó el organismo regional.
Desafíos productivos
Por el elevado nivel de recursos de litio América Latina y el Caribe tiene un gran potencial para convertirse en un actor clave en la industria mundial de este recurso. Sin embargo, “su desempeño actual se encuentra muy por debajo de ese potencial, como refleja el volumen relativamente pequeño de producción de materias primas y compuestos de litio y el elevado nivel de concentración geográfica de dicha producción en Chile y la Argentina”, alertó el documento Extracción e industrialización del litio de CEPAL.
Si bien el panorama es prometedor, la participación regional podría caer en términos relativos. Mientras que en 2021 un 37% del litio consumido a nivel mundial provino de América Latina, se espera que esta cifra se ubique en un 32% hacia 2030. Esto debido a que aparece en escena además el desarrollo de tecnologías alternativas de baterías, menos intensivas en litio o que no utilizan este mineral, una posible mayor oferta de litio por nuevos proyectos de exploración y explotación en otras regiones del mundo y el desarrollo de la industria de reciclaje de baterías de litio en China y la Unión Europea.
Actualmente los proyectos en construcción de la región se concentran en Argentina (salares) ocho proyectos, en Bolivia (salar) un proyecto que sería el primero a entrar en operación, Chile (salar) un proyecto de ampliación), en Brasil (roca) dos proyectos y en México (arcilla) un proyecto que sería también el primero en entrar en operación.
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En relación, las dificultades de la región para acompañar el acelerado crecimiento de la demanda de litio se explican por una combinación de factores, entre los que se destacan “las dificultades que han tenido los países sudamericanos con yacimientos en salmueras para responder con rapidez a la mayor demanda de litio por la complejidad de la composición química de los salares. Los tiempos de desarrollo de las operaciones en salares son más extensos que los que necesita el mineral de roca. Cada uno de los salares es distinto en lo que respecta a concentraciones de litio e impurezas. En consecuencia, los procesos de extracción deben diseñarse y ajustarse de manera particular para cada uno de los diferentes salares”.
En cuanto a las oportunidades regionales, la CEPAL destacó las posibilidades de “mejorar y desarrollar capacidades para la agregación de valor y para participar en la cadena de valor de las baterías de iones de litio”, lo que trae como desafíos “mayor financiamiento para acceder a las tecnologías, fomento de un mercado regional de vehículos eléctricos y/o almacenamiento estacionario que traccione la industria de celdas de baterías de iones de litio, y respuesta a la creciente demanda de sostenibilidad social y ambiental en la minería”.
Finalmente se resaltó la necesidad una agenda regional en común que sostenga “la cooperación e integración regional con intercambio de conocimientos, prácticas y experiencias en las regulaciones, y fortalecimiento de la posición de la región frente a la demanda de los países industrializados”, así como “adecuar los regímenes fiscales para asegurar mayor recaudación, progresividad y equidad en la tributación, y mejorar las capacidades de los Estados para fiscalizar y evitar o reducir la elusión y evasión fiscal sumado a una mejor distribución y uso de las rentas económicas para la creación de capacidades e infraestructuras tecno-productivas para la agregación de valor”.