Economía de campaña: De la suba salarial a la reactivación

Con impulsos a la suba salarial y el dólar bajo control, el gobierno se apunta para el despegue de la economía, por fuera del rebote estadístico y luego de un semestre sin mayores resultados a la vista.    

05 de julio, 2021 | 05.00

La evidencia estadística arrojada en la semana por el Indec, no hizo más que confirmar un hecho sobre el que el gobierno ya había tomado nota, como lo es la necesidad de impulsar los ingresos de las mayorías como vía de reactivación de la Economía. De hecho, el impulsó que el gobierno está efectuando para subir el techo de las paritarias, es la respuesta a una realidad que el Indec puso de manifiesto días atrás, cuando señaló que para su última medición, tanto salarios como actividad había retrocedido en abril. Así, el Estimador mensual de actividad (EMAE) cayó 1,2 puntos en la medición desestacionalizada frente a marzo, mientras que luego de mantenerse sin subas reales, los salarios perdieron su carrera por primera mes en el año contra la inflación, pues su suba del 3,2 por ciento fue casi un punto menor que la inflación de ese mes, del 4,1 por ciento, lo que precipitó que en el primer cuatrimestre la suba salarial del 16,8 por ciento perdiera contra una inflación del 17,6, algo que probablemente vuelva a suceder en mayo o junio donde el índice inflacionario apuntó otros 3,3 puntos y se proyectan otros 3,5 para el mes pasado.   

La ecuación de disminución del poder adquisitivo y caída de la economía experimentada en abril, no debería sorprender en un país cuya actividad se explica en un 70 por ciento por el consumo interno, por lo que no es casualidad el firme cambió de actitud del gobierno en relación al techo paritario: mientras que a comienzos de año pugnaba por que no supere en uno o dos puntos a la inflación erróneamente proyectada del 29 por ciento, como vía de contención de la misma inflación, desde que el sector encabezado por Cristina Kirchner y Sergio Massa resolvieron modificar este rumbo y cerrar en un 40 por ciento la paritaria de los empleados legislativos, no dejaron de cerrarse acuerdos por encima de ese guarismo, como Bancarios (45), Camioneros (45), Encargados de Edificios (44,8), Anses (45,5), o Pami (43), a la espera de un despegue en el consumo interno y mejoras en la recaudación por fuera del boom agroexportador.

Reactivación, por fuera del rebote 

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La evidencia de las últimas dos décadas resulta concluyente: aquellos gobiernos que impulsaron una disminución en el ingreso real de los trabajadores y jubilados, como la primera Alianza entre el Frepaso y la UCR y la segunda alianza entre el Pro y la UCR, llevaron al país a una caída de su Producto, mientras que quienes lo impulsaron, como los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, favorecieron un crecimiento de la actividad. Esta premisa de suba de los ingresos, que marcó los escasos meses pre pandémicos del actual Frente, se intenta volver a poner en práctica este año, hasta el momento sin resultados. De hecho, el propio EMAE señaló que el nivel de actividad “interanual” pre pandemia, es decir comparado con abril de 2019, aún se encuentra 4 puntos por debajo.

La pérdida del primer semestre en el objetivo de que salarios le ganen a la inflación como vía de reactivación, convive además con los interrogantes que se producen respecto al segundo. Esto es así porque, fuera de los gremios que han logrado durante los últimos años igualar o superar los índices inflacionarios, como los citados anteriormente, permanecen otros sin capacidad de mayor acción frente a eventuales reaperturas paritarias, por no hacer referencia a cerca del 40 por ciento del total de los trabajadores, que se encuentran en empleos sin derechos laborales. Esta disparidad, de hecho, se vio en el primer cuatrimestre, donde los empleos registrados del sector privado subieron 19,1 por ciento y los estatales un 16,2  por ciento, pero los no registrados solo el 11,4.

Frente a este escenario, resulta altamente probable que el gobierno profundice anuncios de lo que se conoce como “suba de salario indirecto”, como lo fue el virtual congelamiento tarifario frente a las iniciales expectativas oficiales de actualizarlos en línea con la inflación, el Programa Repro II para sostener el empleo y parte del poder adquisitivo de 622.000 trabajadores durante mayo, el aumento de la tarjeta Alimentar, el flamante bono de 6.500 pesos al personal sanitario,  o incluso planes como “Ahora 30” de tasa subsidiada para el consumo.

Posiblemente, el elemento más positivo de todo esto, es que el habitual riesgo de que los pesos resultantes de las subas salariales, directas o indirectas, acaben en una corrida que desestabilice el valor del dólar, están prácticamente descartadas, debido al fuerte ingreso de dólares producto del fuerte incremento en el precio de las materias primas, pues según informó la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), en los primeros seis meses del año se sumarán más de 16.659 millones de dólares, lo cual representó el mejor primer semestre de la historia, con una suba del 79 por ciento interanual, permitiéndole al BCRA acumular 3.000 millones de dólares de reservas líquidas para enfrentar futuras corridas. A esto se suma un panorama despejado de vencimientos de deuda, gracias a la exitosa reestructuración de bonistas privados, el puente logrado con el Club de París, y la ya anunciada imposibilidad de abonar los vencimientos del FMI, luego que durante el macrismo se fugará su préstamo completo sin solución de sustentabilidad.  

Este último cuadro parece brindar un terreno fértil para impulsar una suba del salario real con traslado al consumo y la reactivación por fuera del rebote estadístico. La incógnita hoy es, si, pasado ya un semestre, con la variante Delta por delante, y de cara a las elecciones, los tiempos serán suficientes para afianzar el programa original del gobierno.- 

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Julián Blejmar

Graduado en Comunicación y Economía por la Universidad de Buenos Aires y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Desarrolló su labor como periodista económico en las publicaciones Página/12, Miradas al Sur, Forbes, y como columnista económico en los noticieros del canal CN23. Autor del libro “José Ber Gelbard”, Universidad de General Sarmiento, 2019.