Después de más de un año de continuas negociaciones, el gobierno de la provincia de Buenos Aires reestructuró una de las deudas sub-soberanas más complejas y delicadas. Con un 98% de aceptación entre los acreedores, Axel Kicillof pudo dejar atrás un capítulo que lo siguió desde el inicio de su gestión. Después de todo, consiguió nuevos términos para pagar lo que calificó como un “festival de deuda” generado por su antecesora, María Eugenia Vidal.
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Este resultado le otorga un alivio financiero de aproximadamente 4.600 millones de dólares hasta 2027, triplica los plazos de repago y reduce permanentemente el costo de la deuda en bonos bajo legislación extranjera. “El ciclo de endeudamiento que se llevó adelante durante los cuatro años anteriores representa el más ruinoso que se haya visto”, subrayó el gobernador hoy en conferencia de prensa.
El peso de la deuda sobre los recursos corrientes netos de coparticipación subió al 74,2% en 2019.
Es que la actual precandidata a diputada por la Ciudad de Buenos Aires cuadriplicó el pasivo de los bonaerenses, lo extranjerizó y achicó los plazos de devolución. Bajo la lógica de financiarse internacionalmente por la conveniencia temporal de la tasa, no diferenció bonos en pesos con dólares ni puso en consideración la dificultad que implica hacerse de los verdes. Todo esto en tan solo un mandato, lo que generó consecuencias gravísimas para el Estado de la Provincia.
Como fichas de dominó, tras el default de la deuda nacional generada por Macri, varias de las provinciales que se habían incrementado a ritmos galopantes cayeron inmediatamente detrás en 2019. Así sucedió con la de PBA y Kicillof asumió en ese estado de situación. Pese a que Vidal no había formalizado la cesación de pagos, las cuentas no cerraban y los mercados estaban al tanto de que el dinero prestado a Cambiemos no se reinvirtió en una economía que estaba en condiciones de devolverlos.
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Los números de la Provincia
Medido en dólares, el stock de deuda pública de la provincia pasó de 9.362 millones de dólares a 10.913 millones de dólares de 2015 a 2019. Sin embargo, esto puede aparentar engañoso puesto que estuvo explicado por un aumento del pasivo en divisas. De hecho, si se la compara en pesos, la deuda se multiplicó por cinco producto de las devaluaciones de 2018 y 2019. La Buenos Aires de Vidal quedó con el mayor nivel de endeudamiento en bonos internacionales del país, al pasar de 59.061 millones de pesos en 2015 a 327.93 millones de pesos en 2019, con una suba del 454,8%. Esto resulta sumamente clave en el análisis, dado que las provincias recaudan pesos, no dólares.
En concreto, las obligaciones totales en divisas emitidas por la Provincia crecieron un 68% entre fines de 2015 y 2019, al pasar de 5.420 millones a 9.134 millones de dólares. Además, el peso de la deuda en moneda extranjera creció hasta alcanzar el 83,7% del total en 2019, contra el 57,9% en 2015 lo que implicó un crecimiento de 25,8 puntos porcentuales. En tanto, los títulos en manos de bonistas internacionales también crecieron al pasar del 35% en 2012 hasta el 68,9% en 2019.
En cuanto al perfil, el 76% de los vencimientos para 2020-2023 correspondía a la contraída entre 2016 y 2019. Es decir que además del crecimiento de la denominada moneda extranjera, los plazos cortos de convirtieron a esa deuda en “explosiva”, como calificó el informe que presentó el ministro de Hacienda bonaerense, Pablo López. Es que el 68% de los vencimientos de deuda para el lapso 2020-2023 implicaba el desembolso de dólares, en un contexto en el que Cambiemos dejó el gobierno con escasez de reservas en el Banco Central.
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“Impagable” fue un calificativo común entre funcionarios de la gestión del Frente de Todos respecto a la herencia que dejó Vidal. Al asumir, Kicillof debía afrontar vencimientos de deuda sustancialmente mayores que la gestión anterior al inicio de su mandato: el 94% del total de la recibida en 2019 vencía entre 2020 y 2024.
Con el crecimiento de la deuda en moneda extranjera y el acortamiento de plazos, la deuda se volvió insostenible. De hecho, el peso de la deuda sobre los recursos corrientes netos de coparticipación subió 23% en cuatro años al pasar del 51% en 2015 a 74,2% en 2019.
Para poner en contraste, la gestión de Vidal subió un 122% los pagos en servicios de deuda medidos en millones de pesos. En tanto, redujo en su mandato un 18,7% la inversión en educación, un 24,7% en seguridad y un 8,4% en Salud.
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Vidal se intenta desligar de su gestión
En una entrevista al canal La Nación +, Vidal pidió hablar de "el tema deuda que le preocupa tanto al Frente de Todos". Allí lanzó que: "Alberto Fernández lleva en este año y medio un endeudamiento de 30 mil millones de dólares. Se está endeudando por año más rápido que Mauricio Macri. Son datos, son hechos, que sigan hablando".
En principio, el mercado de deuda internacional se encuentra cerrado para Argentina desde el mega crédito del FMI que Cambiemos no evaluó cómo devolver. En 2019 el país ya había ingresado al default y los grifos de dólares terminaron de cerrarse. Por esto, el pasivo en monda dólares, que aumentó en 100.000 millones durante el macrismo, sólo subió en 5.000 millones con la gestión de Alberto Fernández, un monto cuasi nulo.
Por lo tanto, el monto al que refiere la exgobernadora devenida en postulante por la Ciudad consiste de los bonos en pesos que tomaron el Tesoro Nacional y el Banco Central para financiar el funcionamiento del Estado y, principalmente, la bola de nieve de títulos públicos recibida del macrismo. Esto con el agregado de que se trata de deuda denominada en billetes de libre emisión por el país, que recauda a través de los impuestos y que no depende del humor del comercio internacional como los verdes del BCRA. En síntesis, nada tiene que ver un empréstito en moneda extranjera con modalidades de financiamiento en la plaza local.