Ajuste 2021, ¿mito o realidad?: los datos de la ejecución presupuestaria

La polémica por el presunto ajuste del 2021 y las ejecuciones en el último lustro.

23 de diciembre, 2021 | 00.05

“El año pasado, con ocasión de presentarse (el presupuesto) se estableció que el déficit fiscal iba a ser del 4,5% del PBI”. Así comenzó el más comentado párrafo de la muy comentada carta que CFK publicó en septiembre, en el cual agregó que “A agosto de este año, el déficit acumulado ejecutado en este año era del 2,1% del PBI. Faltan ejecutar, según la previsión presupuestaria, 2,4% del PBI”.

Es por eso que resulta interesante observar que sucedió finalmente con la ejecución del presupuesto, a solo un mes de terminar el año, y en base a los datos recientemente difundidos por la cartera de Economía y la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). En efecto, de acuerdo a los resultados fiscales presentados por el primero de estos organismos, al mes de noviembre se sostenía un déficit primario del 2,1 por ciento del PBI, (911.298 millones de pesos), y uno financiero de 3,7 puntos (1.579.888 millones). E incluso si se excluyeran dos ingresos extraordinarios, uno de los cuales es mérito de la decisión política del gobierno, como lo es el Aporte Solidario a las Grandes Fortunas, y otro vinculado al aporte que hizo el FMI a los países por la situación de pandemia, el  déficit primario no se hubiera extendido más allá de 2,4 por ciento del PBI, con lo que también se hubiera reducido sustancialmente en relación al año pasado, cuando alcanzó un 6,5 por ciento a nivel primario (y un 8,5 al sumar el financiero).

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

Lo cierto es que para llegar a estos resultados de reducción del déficit, incidieron dos cuestiones. La primera de ellas fue una mayor recaudación, producto de la reactivación económica y del incremento global en el precio de las materias primas, que de acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) llevó a que los ingresos crezcan un 23,7 por ciento en términos reales interanuales. La segunda, menos auspiciosa, fue un ajuste en el gasto corriente de un 5,7 por ciento interanual real, básicamente debido a dos partidas, las de Transferencia a las provincias y las de Prestaciones sociales, que, al deflactarlas con la inflación se redujeron en un 24,4 y 12,2 por ciento en términos reales, de acuerdo a la misma Oficina. 

Qué sucedió en los últimos cinco años

Lo cierto es que la comparación entre 2020 y 2021, posee dos problemas, que son a nivel global. El primero de ellos es la misma pandemia, que con sus diferentes olas de contagio y muertes, produjo un marcado desequilibrio en las finanzas nacionales. De esta forma, un alto déficit no necesariamente podía responder a un gasto expansivo, sino a un marcado descenso en la recaudación producto del confinamiento, mientras que la reducción del mismo podía deberse al sentido inverso, antes que a la decisión política de reactivar la economía.

El segundo inconveniente, propio de la Argentina, es que para ambos años existió un estrecho margen de maniobra, producto del estado en que dejó la economía la alianza Cambiemos, esto es en default y con los mercados de crédito internacionales cerrados,  todo lo cual limitó enormemente la posibilidad de desarrollar un gasto expansivo sin que ello repercutiera en mayores índices de inflación.

En este sentido, cobra relevancia un informe de la Universidad Nacional de Cuyo, que evalúa como evolucionaron los ingresos y egresos del Estado nacional en los últimos cinco años. 

Así, es posible observar que en el acumulado hasta octubre del presente año, sufriendo incluso una segunda ola para marzo, los ingresos sobre porcentaje del PBI igualaron al acumulado a octubre de 2019, fueron incluso superiores al acumulado hasta octubre de 2018, y quedaron debajo en 0,3 puntos porcentuales hasta el acumulado de noviembre de 2017, cuando el país experimentaba un crecimiento derivado del inicio del mega endeudamiento.  

En tanto, el gasto fue menor al del pandémico 2020, así como al de 2017, cuando la Argentina gozaba de pleno financiamiento, pero superior al de 2018 y 2019.

Con todo, siendo que estos guarismos están expresados como porcentaje del PBI, resulta aún más esclarecedor analizar, en precios constantes de 2018, que sucedió con los ingresos y egresos primarios.

Lo que puede observarse, en cuanto a los recursos, es que hasta octubre del presente año, aún con la segunda ola de pandemia, los mismos habían superado y prácticamente empardado los de 2019 y 2018 respectivamente, mientras que los gastos a octubre de 2021 fueron lógicamente menores al pandémico 2020, pero mayores al 2019, en tanto que frente a 2018 su descenso se explicó fundamentalmente por el menor pago de intereses.

MÁS INFO
Julián Blejmar

Graduado en Comunicación y Economía por la Universidad de Buenos Aires y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Desarrolló su labor como periodista económico en las publicaciones Página/12, Miradas al Sur, Forbes, y como columnista económico en los noticieros del canal CN23. Autor del libro “José Ber Gelbard”, Universidad de General Sarmiento, 2019.