El aumento pronunciado del precio de los alimentos sigue siendo un problema sin resolver para el Gobierno. En mayo, los aceites, las carnes y el pan lideraron los incrementos del mes. Paradójicamente, estos tres productos de consumo elemental están regulados de alguna forma por el Gobierno a través de distintos esquemas de intervención, pero los efectos no son los deseados.
Aunque las cifras hablen de una leve desaceleración en promedio, la suba del precio de los alimentos se mantuvo en niveles altos durante mayo y podría superar el 5%. Al observar lo sucedido en el mes, elementos clave en la mesa de los argentinos se incrementaron por encima de la media y preocupa el dato inflacionario que difundirá el Indec. De acuerdo a la consultora LCG, los aceites aumentaron 7,5%, las carnes 6,4%, y los productos de panificación, cereales y pastas crecieron 6,2%.
Si se extiende el análisis a todo 2022, el balance es mucho peor. Según lo informado por la organización Consumidores Libres, el kilo de pan avanzó un 45,8% y la harina de trigo un 47%; la botella de litro y medio de aceite cocinero girasol subió un 20% y las carnes se incrementaron un 18,6%.
La carne sigue subiendo
El último informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) reveló que el precio promedio de las exportaciones de carne bovina de abril resultó moderada a significativamente superior, (+9,4%), con relación al registrado en marzo. Como consecuencia de la tendencia significativamente positiva de los precios, que tuvieron una variación del 54,6% al comparar los meses de abril de 2021 y 2022, se produjo una suba del 42,8% en el valor obtenido, que resultó de signo contrario con relación a una moderada contracción interanual, del (-7,7%), en los volúmenes exportados.
Al mismo tiempo, la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados estimó que los argentinos consumen apenas 46,5 kilos por habitante por año. Esta nueva cifra es la más baja en la historia y anota un retroceso de alrededor del 30% en 15 años.
Se disparan los precios agropecuarios
De acuerdo al último documento difundido por Bolsa de Cereales de Buenos Aires, los precios del trigo mostraron incrementos por encima del resto de las materias primas (52% interanual). La mayor parte del aumento del cereal se registra tras el inicio de la guerra en la región del Mar Negro entre Rusia y Ucrania, debido a la incertidumbre generalizada con respecto a la oferta global.
En relación con la pre-campaña pasada, los precios a cosecha en Argentina mostraron el mismo comportamiento. Mientras el trigo aumentó 48%, la cebada cervecera 48%, la cebada forrajera 47%, el girasol 35%, el maíz subió 26% y la soja 23%.
"Los bajos niveles de stocks, la invasión de Rusia a Ucrania, las complicaciones climáticas y el retorno del COVID interrumpiendo las cadenas de suministros han provocado un nuevo impulso en los precios internacionales de los granos e insumos a niveles históricamente elevados, junto a un alto grado de volatilidad. Sobre este escenario, las expectativas de una oferta menor junto a una demanda sostenida, ponen en riesgo la seguridad alimentaria mundial, y generan incentivos para que los gobiernos restrinjan el comercio internacional generando mayor tensión sobre los mercados y precios", destacó el documento.
No funcionan los controles del Gobierno
Tanto los aceites, como las carnes y el trigo están regulados por distintos esquemas de protección al consumo por parte del Gobierno. Sin embargo, de momento no hubo resultados positivos.
Más allá del acuerdo de precios cerrado por el la Secretaría de Comercio y el Ministerio de Agricultura con los frigoríficos exportadores que vuelcan 6.000 toneladas a valores subsidiados, no hubo un golpe de efecto sobre los niveles de consumo. Las limitaciones a las exportaciones a través de cupos tampoco sirvieron para controlar los precios que pagan los consumidores en el mercado interno.
Al mismo tiempo, el fideicomiso para el aceite ideado como compensador entre el productor y el exportador con la meta de frenar aumentos en las góndolas tampoco fue efectivo. En ese mismo sentido, el fideicomiso para el trigo recién comenzaría a aplicarse ante una demora que llevó meses.
Incluso el presidente Alberto Fernández se refirió al conflicto y llegó a responsabilizar a las cerealeras por “dilatar” la implementación del fideicomiso de trigo, que permitiría aliviar el valor de la harina para la industria. El Fondo Estabilizador del Trigo Argentino se dispuso mediante el Decreto 132/2022 del 19 de marzo pasado, luego del aumento sostenido del precio de los alimentos como el trigo, el maíz, el girasol y sus derivados a partir del inicio de la guerra en Ucrania.
La medida establece un mecanismo compensador en el precio de compra de las bolsas de harina de trigo a los productores locales, para evitar que ese precio se traslade al consumidor final. Sin embargo, a partir del anuncio se sucedieron semanas de negociación con las empresas partícipes del mercado para afinar los detalles de implementación. Mientras tanto, el costo de los productos derivados no paró de aumentar.
Sobre esta problemática, la secretaría de Comercio Interior, que ahora conduce Guillermo Hang, reconoció la posibilidad de revisar los formatos de fideicomiso para el aceite y el trigo. El funcionario recibió a representantes de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) y de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera (CIARA) y les prometió que se analizarán "alternativas superadoras" al esquema de subsidios cruzados entre exportadores y la industria local.
"Nos juntamos con el nuevo secretario de Comercio a modo de presentación y nos causó buena impresión", afirmó Diego Cifarelli, presidente de la FAIM al término de la reunión en declaraciones a la prensa. Y agregó: "Nos dijo que por ahora continuaban las herramientas pero que mientras tanto se van a ir evaluando otras superadoras".
Aún así, el secretario de Comercio les pidió que mientras se analizan alternativas a los fideicomisos se necesita que continúen con los molinos que quieran asistir al mismo.