El Gobierno enfrenta esta semana un nuevo vencimiento de deuda por $5,1 billones y el mercado está pendiente de cuánto logrará renovar después de las dificultades que tuvo en la última licitación que obligó al Tesoro a monetizar $ 2,3 billones que tenía como depósitos inmovilizados en el Banco Central.
El Tesoro tiene por ahora resto para cubrir parte de los vencimientos que no puede renovar, con un saldo positivo de $ 14,5 billones en el BCRA, pero cada peso que no renueva se convierte en emisión monetaria y presiona al único objetivo que tiene la gestión de Javier Milei y Luis Caputo: bajar la inflación al nivel del paso devaluatorio de 2% mensual, para frenar la apreciación del dólar y la pérdida de reservas internacionales.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El Ministerio de Economía adjudicó la baja renovación de deuda de septiembre, cuando vencieron $ 15,1 billones, a la expansión del crédito privado que obliga a los bancos a deshacerse de títulos públicos para convertirlos en préstamos a empresas y personas.
MÁS INFO
Pero esa expansión del crédito, que por ahora se limita a recuperar los niveles que tenía en diciembre del año pasado, esconde también dos realidades: mientras las familias se endeudan para sostener niveles de consumo a través de créditos personales y con la tarjeta de crédito, se armó un rulo financiero que permite tomar fondos de una entidad financiera y comprar bonos del Tesoro y hacerse del diferencial de tasas.
Ese rulo que financia el Tesoro es el que está en parte explicando por qué baja la exposición de los bancos al sector público en una porción mayor a la que cae la renovación de deuda. Los bancos dejaron de comprar en forma directa y ahora se hace a través de agentes financieros. El banco de inversión CMF advirtió esta semana que “dado el aumento del crédito al sector privado, no debiera sorprender que el rollover vuelva a estar por debajo del 100%”.
La entidad señaló que la curva de tasas de LECAPs, el título que está colocando el Tesoro, que incluye la capitalización de los intereses para evitar ser considerados en el superávit financiero, “ viene ajustando a la baja, dada la mejora de expectativas a la espera del quiebre del 4% de inflación mensual en septiembre”. “En caso de convalidarse una baja sustancial en la dinámica inflacionaria, es probable que los rendimientos continúen ajustando. Dado esto y la tenencia de pesos del Tesoro en el BCRA, no vemos al Gobierno pagando premio en la licitación”, afirmó.
La inflación informada este lunes por la Ciudad de Buenos Aires volvió a empezar con cuatro en septiembre y con una inflación núcleo todavía elevada de 3,9%. Aunque viene en tendencia declinante después del pico de 5,1% en julio y el 4,2% de agosto. A nivel nacional, el consenso de las consultoras privadas ubicó el IPC en torno de 3,5% lo que le permitiría al Gobierno quebrar el piso de 4% que se viene sosteniendo en los últimos meses y podría convertirse en el primer mes de tasa positiva para las colocaciones en bonos del Tesoro. En cambio, los plazos fijos todavía se mantienen con tasas negativas, incluso con rendimientos por debajo de 3% mensual.
La renovación de deuda en pesos va paralela a las dudas que genera los vencimientos en divisas que se acumulan el próximo año y que el mercado mantiene en perspectiva de default. Un informe de la calificadora internacional Moody’s advirtió hoy que “los riesgos macroeconómicos siguen siendo agudos” y estimó que recién hacia fines del próximo año comenzará a recuperarse la calidad crediticia, empezando por las empresas no financieras y los gobiernos provinciales y municipales.
“Argentina está experimentando una recuperación económica gradual y la inflación está retrocediendo, y ciertos cambios regulatorios favorecerá a las empresas eléctricas, de servicios públicos y de petróleo y gas”, sostuvo en su informe.
También advirtió que “el riesgo sistémico seguirá siendo elevado para los gobiernos provinciales y municipales argentinos en medio de la economía en problemas, las incertidumbres políticas y la escasez de moneda extranjera”. Como pronóstico, consideró que el cepo se levantará en etapas entre lo que resta de este año y el próximo “a medida que las reservas dejen de disminuir”.