De Mendiguren: "Sin moneda no se puede financiar a largo plazo como lo hace el mundo"

El titular del BICE explica cuál es el plan para potenciar a las pymes para que exporten y se genere ingreso de divisas. En diálogo con El Destape, destacó el intereses del sector por invertir: "el banco recibía 15 llamados por día y ahora está en 1200". 

13 de septiembre, 2020 | 00.05

El presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), José Ignacio de Mendiguren, aseguró que "sin moneda no se puede financiar a largo plazo como lo hace el mundo". En diálogo con El Destape, ratificó que "lo que la Argentina necesita hoy son dólares". Es por eso que la entidad está llevando a cabo un trabajo con pequeñas y medianas empresas exportadoras que dejaron de vender al exterior con el macrismo o durante la pandemia para que vuelvan a hacerlos. Aseguró que hay demanda privada por créditos de largo plazo para producir, incluso en plena pandemia. "Llegamos a un banco que tenia un call-center que recibía 15 llamados por día y ahora está en 1200", afirmó Mendiguren. 

El funcionario brindó una charla con este medio en la previa a un encuentro virtual que mantuvo con referentes de la Juventud de Cambiemos desde su casa en al campo. "Vamos a ver si los convenzo. Tal vez me, terminan convenciendo a mí", ironizó De Mendiguren. El BICE actualmente tiene un cartera de 300 millones de dólares para comenzar la rueda de crédito a las pymes, pero será parte el mega paquete de estímulo financiero que lanzó el Gobierno la semana pasada por 455.000 millones de pesos. "Argentina requiere de un cambio estructural. El problema concreto del país es económico, no financiero", aseguró el directivo, quien insistió en la necesidad en la generación genuina de divisas para sortear la restricción externa. 

-El Gobierno anunció un paquete de medidas para asistir al sector productivo a través de líneas de crédito. ¿Cómo jugará el BICE en este plan?
-Cualquier bien de capital que se financia por un banco de desarrollo en el mundo tiene como mínimo un plazo en la vida útil del bien. Si se va a amortizar en diez años, se paga en diez años. Si se tarda un año en instalar la máquina, se tiene un año de gracia. La idea es que la máquina se pague a sí misma. Acá eso es imposible. Quien toma el crédito pagó la máquina, entre derechos de importación e IVA, antes de que se la instalaran. Sin moneda no se puede financiar a largo plazo como lo hace el mundo. Para que haya inversión se necesita estabilidad macroeconómica. Todo está relacionado con el largo plazo. Si logramos parte de los 455.000 millones de pesos que se va a disponer para subsidiar la tasa se puede potenciar mucho el crédito a largo plazo y a una tasa competitiva. 

-¿Entonces no se puede prestar a largo plazo hasta que se estabilice la economía o se plantea dos fases de financiamiento?
-Uno no puede esperar a eso. Hay que ir actuando ya, como lo estamos haciendo. La primera etapa, durante la crisis, es cubrir las necesidades que tiene el mercado. Lo que la Argentina necesita hoy son dólares. Queremos enfocarnos en el comercio exterior. A todas las pymes que tuvieron experiencia exportadora y dejaron de hacerlo, por alguna razón, se las está asistiendo. Hay una experiencia de vender afuera que se puede aprovechar y estamos trabajando sobre ellas. También hay que generar sinergias con el esquema de Sociedades de Garantía Recíproca para facilitar el acceso de financiamiento a capital de trabajo. 

-¿Ya se está trabajando en eso?
-En el tema pymes estamos trabajando en financiamiento conjunto con los bancos del interior, como Chaco, Chubut, Mendoza y La Pampa, entre otros. Por ejemplo, Mendoza. Nosotros fondeamos al banco y la entidad subsidia puntos de tasa por los créditos que otorga a las pymes de la provincia y así se obtiene una tasa competitiva y plazos. Eso es lo que necesita la inversión. También nos interesa la posibilidad de especializar al banco para lo que viene por delante. Crear instrumentos de financiamiento, el armado de fideicomisos, paquetes de leasing y para equipamiento, cheques electrónicos, financiamiento bursátil.

-¿Con el cierre del canje de deuda mejoraron las condiciones de financiamiento en el mercado doméstico?
-Nosotros nos fondeamos la semana pasada al 22% anual y la tasa anterior estaba arriba de los 30 puntos. También hay lineas de crédito de inversión que la llevamos al 19% anual, en sintonía con la del 18% de Banco Nación. Lo más importante del banco es prepararse. Estamos también interesados en trabajar en conjunto con el Banco Nación, que tiene la ventaja de las 700 sucursales en todo el país. El BICE tiene más agilidad para el análisis de los proyectos. Estamos viendo como articulamos mejor para administrar la capacidad de fondeo.

-Hay un cambio de estrategia hacia el ahorro interno. ¿Alcanza para resolver, al menos en el corto plazo, la falta de dólares proveniente del financiamiento externo?
-El cambio tiene que ser estructural. El problema concreto de la Argentina es económico, no financiero. La estructura productiva de la Argentina es incapaz de generar los dólares necesarios para su evolución entonces entra en crisis permanente su restricción externa; un viejo problema nuestro. Lo que queremos hacer nosotros es aportar a ese cambio estructural. Hay 1400 empresas nacionales que son proveedoras de lo que es el proyecto de hidrocarburos y gas, minería. Eso hoy está todo parado. Vaca Muerta puede generar proveedores locales y permanentes,  pero eso lleva tiempo y financiamiento. Lo que tenemos que impulsar es la transformación productiva para que lo que hoy se importa se empiece a producir acá. 

-A ocho meses de hacerse cargo de BICE, ¿cómo encontró la entidad?
-Encontré un banco que estaba prácticamente paralizado desde las PASO. No se otorgaban créditos. Prácticamente sin actividad y la poca que había muy concentrada en grandes proyectos, los de Participación Público-Privada (PPP). Estaban allí con un equipo muy grande y muy dedicado a eso. La idea ahora no es tener un banco de primer piso sino también tener un acercamiento al sector productivo y mayor movimiento con empresas, por lo cual abrimos líneas de capital de trabajo, que nunca habíamos tenido. Es toda una experiencia para el banco, porque empezamos a fortalecer mucho lo que tiene que ver con leasing (alquiler con derecho a compra) o factoring (adelanto de cobros a un negocio), que las empresas lo necesitan mucho y cada vez va a hacer más falta. La Argentina está con problemas de financiamiento hace años y en la mitad nos agarró la pandemia, con lo que implica  en materia de logística.

-¿La pandemia implicó una vuelta de tuerca extra en el negocio?
-No. Todo lo contrario. Ahora es más necesario. En realidad, es la estructura lo que hay que acomodar. Hay que recordar que recibimos un banco que tenia un call-center que recibía 15 llamados por día y ahora está en 1200, con lo cual la estructura cruje por todos lados. Lo importante es que sea un banco público de inversión productiva. La intención es desarrollar la política que a grandes rasgos ya hace el mundo. El Banco de Desarrollo de Brasil (BNDS), con aporte del Estado, financia 4 puntos del Producto en inversión, mientras que todo su sistema financiero lo hace en 13 o 14 puntos. Alemania financia 14,5 puntos del PIB y la banca de  desarrollo de Japón tiene más fondos que el Banco Mundial. 

-¿Busca competir con la banca comercial?
-Tener la posibilidad de competir con un banco comercial sin tener los negocios que tienen estos es muy difícil. Me refiero a cuentas corrientes a tasa cero, cuentas sueldos, tarjetas de crédito. La tasa es un promedio y nosotros no tenemos esa parte del negocio bancario para compensar la baja tasa de los créditos a la inversión. No tenemos depósitos ni tarjetas

-¿Cómo se financiará la institución para la post pandemia?
-Tenemos los fondos por fideicomisos, pero que deben ser remunerados a tasas de mercado. También emitimos obligaciones negociables, recibimos fondeo del exterior del BID o del Banco de China e Inglaterra. Cuando el financiamiento es en dólares,  en este momento, solo se puede destinar a operaciones de sector vinculado al comercio exterior, por la moneda. Pero el comercio exterior estuvo bastante castigado en los últimos años.