La Reserva Federal (FED) de los Estados Unidos comenzará hoy su reunión monetaria correspondiente al mes de enero, y los resultados de la misma podrían dirimir el año que tendrá la economía global.
La reunión del Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) comenzará esta tarde y finalizará mañana, cuando el presidente de la FED, Jerome Powell, realice una conferencia de prensa.
Frente al repunte en la inflación estadounidense se espera que la FED refuerce su viraje de los últimos meses en cuanto a su política monetaria.
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Las causas de la inflación se atribuyen desde problemas de índole global como las disrupciones en las cadenas de suministro y la suba de commodities como las energéticas, las metalíferas y las alimenticias, a otros más locales como los estímulos de la propia FED que podrían haber impulsado la demanda de los consumidores a un nivel que la oferta no pudo abastecer debido a los motivos señalados.
"Lo que tenemos ahora es un desajuste entre la oferta y la demanda, con una muy fuerte demanda en áreas donde la oferta se encuentra constreñida, particularmente en los bienes como los autos", manifestó Powell a mediados de este mes frente al Senado como parte de su proceso de reconfirmación por cuatro años más al frente de la institución, apoyado tanto por sectores de los republicanos como de los demócratas.
En diciembre pasado la inflación en los Estados Unidos fue del 7% interanual, la mayor cifra desde junio de 1982 y dos décimas superior a la del mes anterior.
El repunte de la inflación fue acelerándose desde principios de 2021, a través de una escalada progresiva que superó el 2% anual en marzo, el 4% en abril, el 5% en mayo y el 6% en octubre.
Una consecuencia del aumento de precios es la contracción del poder adquisitivo, pese al incremento de los salarios: según un reporte publicado este mes por el Departamento del Trabajo, los ingresos horarios (ajustados por inflación) cayeron en promedio 2,4% anual en diciembre.
Se estima que la FED anuncie mañana que en marzo, luego de la finalización anticipada de su programa de compra de activos tóxicos (cuyas sumas ya comenzaron a reducirse desde noviembre), realizará su primer incremento en su tasa de interés de referencia desde 2018, luego de situarla a niveles cercanos a cero al comenzar la pandemia de Coronavirus con el fin de estimular al consumo.
Una suba en las tasas, al promover el ahorro y encarecer el crédito, permitiría calmar la demanda de los consumidores y reducir la cantidad de circulante, una táctica que suele utilizarse en escenarios de alta inflación.
La suba en los precios aceleró los planes de la entidad monetaria pues, a mediados del año pasado cuando la inflación aún en la narrativa de la FED era considerada como transitoria, se estimaba que los incrementos en las tasas ocurrirían luego de mitades de 2022.
Ahora, el mercado y entidades financieras como Goldman Sachs descuentan, al menos, cuatro incrementos en la tasa durante este año, cuando la FED, a diciembre, preveía sólo tres subas.
Por su parte, de acuerdo con economistas consultados por la agencia AFP, se espera un incremento en las tasas de 25 puntos porcentuales para marzo, aunque algunos de ellos arriesgan subas de hasta 50 puntos.
A todo esto, se suma la posibilidad de que la FED, como dejó entrever en sus minutas de diciembre, reduzca el tamaño de su balance de activos, el cual se duplicó durante la pandemia, alcanzando compras mensuales de alrededor de US$ 120 mil millones con el fin de sostener a la economía durante la crisis sanitaria.
El cambio en la política tiene el apoyo del presidente estadounidense Joe Biden, cuya popularidad, entre otros motivos, resultó afectada por la propia inflación: según una encuesta de CBS News, dos tercios de los estadounidenses no creen que el mandatario esté haciendo lo suficiente para enfrentar la problemática.
Biden afirmó la semana pasada en una conferencia de prensa desarrollada al cumplirse su primer año en la Casa Blanca, que con la solidez que presenta la economía y el ritmo de los incrementos de los precios, es necesario recalibrar el apoyo que ahora es necesario.
La FED tendrá el desafío de solucionar el sobrecalentamiento de la economía estadounidense buscando reducir la inflación de nuevo a su meta del 2% sin provocar, al mismo tiempo, una recesión en la economía estadounidense, aún afectada por los rebrotes de coronavirus.
Las bolsas globales, en las ultimas semanas, se desplomaron ante el temor de una política demasiado agresiva, junto con la problemática de Ómicron y el temor a una escalada en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
En Wall Street, tanto el Nasdaq como el S&P 500 registraron sus peores semanas desde marzo del 2020.
En el caso especifico del Nasdaq, afectado por la venta de los papeles tecnológicos (los más vulnerables frente a una suba en las tasas de interés), la corrección desde noviembre fue del 14%.
Por su parte, diversas instituciones advirtieron por las consecuencias que podría causar una suba en las tasas de interés de Estados Unidos.
La directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, advirtió el pasado viernes, en un discurso ante el Foro Económico de Davos, sobre el impacto negativo que podría tener una eventual suba de las tasas en los países con niveles altos de deuda nominada en dólares.
El FMI, a través de su informe de Perspectivas Económicas Globales, precisó hoy que una política menos acomodaticia en los Estados Unidos podría presionar las divisas de los países en desarrollo y emergentes, encareciendo el crédito global.
Con información de Télam