La suba de la tasa de interés ya frenó el crédito y amenaza al crecimiento

Los préstamos al sector privado a precios constantes volvieron a contraerse en abril, acumulando su tercer mes consecutivo de contracción para empresas y familias.

10 de mayo, 2022 | 00.05

La suba de tasas de interés para reducir la demanda de dólares comienza a enfriar unos de los principales motores del crecimiento económico, el crédito a las empresas y las familias. En lo que va del año, el Banco Central incrementó en cuatro oportunidades la tasa de interés para llevarla, como se acordó con el FMI, a niveles que le ganen a la inflación. A la espera de la cifra de precios minoristas de abril, en el mercado descuentan una nueva suba, pero la caída del crédito es la otra punta de la sábana corta que le pone un límite a la estrategia. 

"Los préstamos al sector privado a precios constantes volvieron a contraerse en abril, acumulando su tercer mes consecutivo de contracción. A nivel de líneas (crediticias), todas aportaron negativamente en el cuarto mes del año, con excepción de los préstamos con garantía prendaria", detalló el último Informe Monetario de abril que difundió el Central con datos hasta el 6 de mayo.

El acuerdo con el FMI contempla que el dólar tiene que mantener el nivel de competitividad de enero de este año, para lo cual debe acompañar la suba de precios internos con incrementos en el tipo de cambio. Para evitar que esto provoque una mayor demanda de divisas como atesoramiento, el país también se comprometió a mantener las tasas de interés del sistema por encima de ambos. 

Cuatro subas para tres bajas

En abril, tras conocerse el alza de 6,7 por ciento en los precios minoristas de marzo, volvió a elevar las tasas de interés de referencia, tratándose de la cuarta suba del año. Para absorber circulante de los bancos, el Central elevó la tasa efectiva anual al 58,7 por ciento; para plazos fijos hasta diez millones de pesos a 30 días la subió al 57,1 por ciento anual y para el resto de los depósitos a plazo el sector privado la tasa real quedó en 54,1 por ciento. La inflación interanual en marzo había sido de 55,1 por ciento.

La regla, pese a una inflación que no desacelera, parece haber funcionado para reducir la liquidez del sistema y captar depósitos, lo que le restó cierta presión al dólar. "Los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado registraron en abril una tasa de expansión en términos reales (1,2 por ciento) respecto a marzo y, de este modo, permanecieron en torno a los registros máximos de las últimas décadas a precios constantes. En términos del PIB, el guarismo de abril se mantuvo en 6,4 por ciento, un registro que también se ubica en máximos de los últimos años", señala el informe del BCRA.

La contracara es un encarecimiento del crédito para el sector privado, tanto empresas como familias, lo que impacta en la inversión interna y el consumo. En abril, los préstamos en pesos al sector privado medidos en términos reales y sin estacionalidad, registraron "una nueva contracción mensual (-0,6 por ciento)", según el informe monetario. En los últimos doce meses los préstamos en pesos acumularon una contracción a precios constantes de 0,2 por ciento. 

Las líneas con destino principalmente comercial tuvieron una caída de 0,4 por ciento a precios constantes, con una alza de 8,6 por ciento por encima del registro de un año atrás. "Esta dinámica resultó homogénea por tipo de financiación. En efecto, el financiamiento otorgado mediante adelantos en cuenta corriente registró una contracción mensual de 0,3 por ciento a precios constantes, mientras que los documentos presentaron una merma de 0,4 por ciento en términos reales.

Mipymes y hogares perjudicados

Según el Banco Central, por tipo de deudor, la disminución mensual del crédito comercial, a precios constantes y sin estacionalidad, obedeció tanto al comportamiento del segmento mipyme como al de grandes empresas. No obstante, por fuera de las líneas oficial para financiar proyectos de inversión productiva -a través de la cual se desembolsaron dos billones de pesos-, el acceso al crédito para las pymes es mucho más complejo que para grandes compañías, que pueden acceder a otras fuentes.

El titular de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), Leo Bilanski, señaló a este medio que el alto nivel de utilización de la capacidad instalada de pymes, de entre 65 por ciento y hasta casi un 100 por ciento, responde a que muchas empresas no acceden al financiamiento o están muy endeudadas. La producción de la industria manufacturera pyme subió 8,5 por ciento interanual en marzo, medida a precios constantes. El uso de la capacidad instalada se ubicó en promedio en 71,6 por ciento, 1,6 puntos por encima de febrero, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Una encuesta de ENAC dio cuenta también del desconocimiento o problemas para cumplir los requisitos de acceso a estos programas oficiales y el bajo nivel de financiamiento. Dos de cada diez pymes no tienen conocimiento de los planes de asistencia y casi la mitad (46 por ciento) no recurre a créditos, reveló la ENAC. Sólo un 34,7 por ciento tramita créditos. De las que tomaron crédito, un 14 por ciento lo hizo para invertir y un 10 para reponer capital de trabajo. 

La suba de tasas también frena el consumo interno. Las financiaciones instrumentadas con tarjetas de crédito se ubicaron en abril un 11,7 por ciento debajo de igual mes del año pasado, según el BCRA. Los préstamos personales cayeron 2 por ciento con respecto a abril de 2021. En este caso los costos que se cobran se tornan inaccesibles para las familias. La tasa de interés correspondiente a los préstamos personales ascendió en abril a 58 por ciento anual nominal, con un costo efectivo de 76,3 por ciento promedio.