Las empresas inmobiliarias chinas, en medio de una crisis sin precedentes, perdieron en el último año un total de US$ 90.000 millones en valor de mercado.
Las firmas del sector, cuyo caso más emblemático fue la debacle de Evergrande el año pasado, han sufrido una caída de US$ 90.000 millones en acciones y bonos en dólares, según la agencia Bloomberg, de la mano de una burbuja inmobiliaria y una crisis de deuda que no parece tener final a la vista,
Según los datos recabados, de los US$ 90.000 millones, US$ 55.000 millones corresponden a la cotización de sus acciones en la bolsa, mientras que US$ 35.000 millones a bonos en dólares.
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En tanto, las ventas de los 100 principales desarrollares cayeron 39,7% anual en julio, según datos compilados por China Real Estate Information, con los valores de las propiedades retrocediendo de forma consecutiva en los últimos diez meses.
Los bonos de deuda, considerados como chatarra por su nivel de riesgo, ahora pagan un interés récord de casi el 26%.
El pesimismo en el sector el de peor rendimiento en toda la economía china en lo que va del año con una contracción de 7% anual en el segundo trimestre- se ha intensificado luego de que Beijing fijara que la prioridad sería proteger a los dueños de las casas y no a los constructores, además de verse afectado por la política cero Covid del Gobierno que deprimió la demanda.
A estas dificultades se suman, a largo plazo, una población envejecida, una economía ralentizada y un cambio en la política gubernamental que busca considerar a los inmuebles como bienes públicos y no como una modalidad de especulación.
El objetivo de las ultimas medidas de rescate es salvar al mercado de prioridades y la confianza de los hogares, y no a los desarrolladores, enfatizó el economista Gary Ng, pese a que la industria inmobiliaria que incluye la construcción, las ventas y servicios relacionados- representa casi un quinto del Producto Bruto chino, y que el 70% de los ahorros de la clase media se conecta a la misma.
En tanto, en las últimas semanas, entre los consumidores se afianza un movimiento de boicot organizado en plataformas sociales como WeChat y Douyin (el TikTok local) para evadir los pagos de las hipotecas, especialmente en los casos donde sus hogares quedaron a medio hacer.
Las protestas, que atravesaron 320 proyectos en 100 ciudades, son una rareza en un país donde el disenso no suele ser bienvenido.
Como respuesta, los reguladores estatales temerosos de que el impacto pueda afectar a todo el sistema financiero- pidieron a los bancos en reuniones de emergencia acelerar los empréstitos a los desarrolladores para que completen sus proyectos sin finalizar, y no descartaron embargar sus terrenos sin desarrollar para poder financiar las obras pendientes, lo cual podría derrumbar una posible fuente de activos en aquellas firmas que intentan reestructurar sus deudas..
Asimismo, el Gobierno intensificó su firmeza este año para limitar la expansión de deuda de las firmas, con el objetivo de evitar nuevamente impagos como el de Evergrande.
A largo plazo va a haber un cambio en el modelo del mercado de propiedades chino. La industria podría ser más dominada por el Estado, de manera tal que se controlen los precios de las propiedades, en línea con el objetivo chino de lograr la estabilidad social y combatir la inequidad, estimó Andrew Chan, analista de crédito.
Con información de Télam