A través de la difusión de un documento interno, el FMI volvió a reconocer que buena parte de la inflación está explicada por las ganancias empresarias. La curiosidad de la reafirmación reside en que hace un puñado de semanas, la vicepresidenta Cristina Kirchner había citado otro informe del organismo que se expresó en el mismo sentido.
Frederik Toscani es economista en el Departamento de Europa del FMI, tiene a cargo la zona euro y sostuvo que las ganancias corporativas representan el 45% de los aumentos de precios desde principios de 2022. Hace un mes, el organismo liderado por Kristalina Georgieva había publicado un artículo que reconoce la presión de los trabajadores para recuperar poder adquisitivo, lo cual pone en escena el debate por la redistribución del ingreso.
En una entrevista con el podcast oficial del Fondo, Toscani explicó: "Entre las ganancias y el trabajo, sabemos que a las ganancias les ha ido relativamente mejor que al trabajo. Los salarios nominales han ido en aumento, pero los salarios reales, el poder adquisitivo se ha erosionado. Por otro lado, si hacemos un ejercicio similar y tratamos de tener una idea de las ganancias reales, en realidad no se han erosionado. Así que podemos decir que relativamente hasta ahora las ganancias han hecho mejor que salarios".
Según su mirada, "parece razonable suponer que la participación de las ganancias corporativas se normalizaría a los promedios de 2015-19 durante los próximos seis trimestres más o menos" y lo que resulta entonces es que "el crecimiento de los salarios nominales en torno al 4,5% será consistente con eso". Pero agregó: "Si la participación en las ganancias no se normalizara, puede ver que no dejaría mucho espacio para que los salarios nominales crezcan y recuperen algunas de esas pérdidas de salarios reales".
El documento del FMI que citó Cristina
Niels-Jakob Hansen, Frederik Toscani, y Jing Zhou -tres economistas del Fondo- afirmaron que el “aumento de los beneficios empresariales explica casi la mitad del incremento de la inflación en Europa en los dos últimos años, ya que las empresas subieron los precios más de lo que lo hicieron los costos de la energía importada”. El año pasado, Cristina señaló: “Está más que claro que estamos ante un fenómeno de inflación por oferta y no por demanda”, y continuó: “Las empresas alimentarias han aumentado muy fuerte sus márgenes de rentabilidad”.
Según el documento, los trabajadores "están presionando por aumentos salariales para recuperar el poder adquisitivo perdido", por lo cual "es posible que las empresas deban aceptar una participación de ganancias más pequeña si la inflación se mantiene en el camino para alcanzar el objetivo del 2 por ciento del Banco Central Europeo en 2025, como se proyecta en nuestro Informe mundial más reciente".
La semana pasada, el Banco Central Europeo dispuso una nueva suba de sus tasas de interés de referencia, ubicándolas en los mayores niveles de su historia, un día después de que la Reserva Federal estadounidense (FED) resolviera elevar la suya. Se trata del mayor nivel de tasas en más de dos décadas, igualando el máximo histórico alcanzado entre octubre de 2000 y mayo de 2001.
Según el artículo, la inflación más alta hasta ahora refleja principalmente mayores ganancias y precios de importación, con ganancias que representan el 45 por ciento de los aumentos de precios desde el comienzo de 2022. Eso es "según nuestro nuevo documento, que desglosa la inflación, medida por el deflactor del consumo, en costes laborales, costes de importación, impuestos y beneficios", explicó el FMI. Los costos de importación representaron alrededor del 40 por ciento de la inflación, mientras que los costos laborales representaron el 25 por ciento. Los impuestos "tuvieron un ligero impacto deflacionario".
Para bajar el análisis a nivel local, en 2016 la distribución del ingreso heredado del gobierno de Cristina era de un 51,8 por ciento para los trabajadores y un 40,2 para los empresarios. En 2021 los asalariados solo se quedaron con el 43,1 por ciento y los empresarios lograron capturar el 47 por ciento. La consecuencia fue que los trabajadores perdieron 7,7 billones de pesos en ese periodo, el equivalente a 26 mil millones de dólares a cotización CCL. Solo entre 2020 y 2021 el excedente empresario subió de 15,3 billones de pesos a 18,3 billones.
Para el Fondo, hasta ahora las empresas europeas "han estado más protegidas que los trabajadores del impacto adverso de los costos". Las ganancias (ajustadas por la inflación) estuvieron aproximadamente un 1% por encima de su nivel previo a la pandemia en el primer trimestre de este año. Mientras tanto, la compensación de los empleados (también ajustada) estuvo un 2% por debajo de la tendencia.