El Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (Indec), bajo la conducción de Marco Lavagna dentro de la administración de Javier Milei, modificará en breve la metodología utilizada para medir la variación de precios al consumidor en todo el país. La decisión se enmarca dentro de un proceso que arrancó en la presidencia de Macri, cuyo objetivo era la actualización de la encuesta de consumos en los hogares que permitiera establecer una nueva ponderación para la medición de la inflación. Pero de fondo existe algo más. Los actuales ponderadores de la canasta básica que mide el Indec tienen un punto de contacto cada vez más lejano con la realidad.
“El nuevo IPC actualizará la canasta, tendrá alrededor de 500.000 precios (el índice actual tiene 320.000) con 24.000 informantes. Estamos en las pruebas finales. Tenemos que tener cuidado en cuándo hacemos los cambios para que esto se entienda bien", sostuvo Lavagna durante una entrevista radial.
Según pudo saber El Destape, la metodología incluye un cambio en la estructura de la muestra y en la ponderación de los bienes y servicios que se incluyen, ante la actualización de Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHO); actualmente se utiliza un insumo de 2004 que será reemplazado por la encuesta realizada en 2017.
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Ponderaciones vs Realidad
La variación de precios se mide en base a índices, como una buena parte de las variables macroeconómicas. En la construcción del mismo intervienen dos elementos básicos, los precios y la canasta de bienes; en tanto que sus resultados son esenciales para medir el “costo de vida” de la población.
Lo que sucede en la actualidad es que dentro del índice vigente, el consumo de electricidad pesa 1,03% dentro del total de los precios relevados y el gas 1,51%, mientras que el azúcar pesa 1,01%, cuando en la actualidad poseen una mayor relevancia dentro de la estructura de costos de las familias.
La estructura de ponderadores está diseñada en base a una canasta relevada hace 19 años, cuando el patrón de consumo de las familias era muy distinto. En la metodología aplicada para elaborar la canasta de bienes del IPC, base diciembre de 2016 y vigente en 2024, el Indec señala: “La elaboración de esta canasta implica una clasificación de los bienes y servicios de consumo, la selección de los que son representativos para el análisis de la evolución de los precios al consumidor y la asignación de ponderaciones a cada uno de ellos. La importancia de cada agrupamiento de bienes y servicios se obtiene a partir de encuestas a los hogares. En el IPC base diciembre 2016 se utilizan los resultados de la ENGHo (Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares) referida a período octubre de 2004-diciembre de 2005”.
Justamente, las categorías que más suben en la actualidad (los servicios públicos) son las que pesan menos en esa estructura. Esta razón explica por qué muchas personas perciben que el impacto del incremento de precios en su costo de vida es superior a lo que informa Indec.
Antecedentes
En 2016, la administración Macri tomó la decisión de no suspender los relevamientos de precios que se hacían a nivel provincial, aun cuando no convergían en un indicador nacional o regional. Por entonces, las autoridades nacionales avanzaron con determinados ajustes metodológicos en función del objetivo de construcción de un IPC de cobertura nacional.
El Indec impulsó distintos proyectos de construcción de un IPC nacional. En el año 2005 comenzó la publicación del Índice de Precios al Consumidor Nacional – Primera Etapa, con la participación de 8 jurisdicciones: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Tucumán, San Luis y Catamarca.
Este programa, a su vez, contemplaba un plan de incorporación futura para el resto de las provincias. Este proyecto quedó trunco en el año 2008, bajo la excusa de las intervenciones de las manos mágica de Guillermo Moreno.
El segundo proyecto data del año 2013, con la publicación del denominado IPCNu, el cual sería discontinuado en noviembre de 2015, previo al cierre del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Según indicaron a El Destape desde el Indec, la actual conducción del organismo lanzará la nueva metodología luego de afinar cada uno de los procedimientos con el objetivo de evitar cualquier tipo de suspicacias sobre el IPC. “Como resultado final, vas a tener una serie que se va a poder comparar entre sí, más allá de los cambios metodológicos para garantizar la comparabilidad en el tiempo”, indicaron desde el Indec.
Los datos claves
Los aspectos claves de la Encuesta Nacional de Gastos en los Hogares se actualizaron en 2017. Este trabajo será la base para la nueva metodología que se adoptará en el IPC. Sus principales conclusiones fueron las siguientes.
* La brecha entre el ingreso per cápita familiar (IPCF) medio nacional y los regionales es de -40,5% para los hogares del Noreste (NEA) y de -32,1% y -18,9% para los de Noroeste (NOA) y Cuyo, respectivamente. En la región Patagonia, los ingresos medios por integrante del hogar son un 26,8% más alto que la media para el total nacional.
* Las regiones con mayores IPCF registran una menor proporción del gasto de consumo destinado a Alimentos y bebidas no alcohólicas. En las regiones de menores ingresos con respecto a la media nacional se incrementa la proporción del gasto de consumo destinado a esta división.
* Los hogares del primer quintil del IPCF destinan una mayor proporción del gasto a la adquisición de Alimentos y bebidas no alcohólicas (34,5%). En cambio, en los hogares del quinto quintil disminuye el porcentaje del gasto en dicha categoría (15,7%).
* Entre los perceptores pertenecientes al primer quintil de IPCF del hogar, los ingresos no laborales representan el 31,9% del ingreso total individual. Este número desciende al 21,7% para aquellas personas ubicadas en el quinto quintil.
* Las ramas en donde se registran los mayores ingresos en la ocupación principal son las de Actividades financieras, seguros e inmobiliarias, Actividades profesionales, científicas y técnicas e Información y comunicación. Por su parte, las ramas con menores ingresos en la ocupación principal son Servicio doméstico, Alojamiento y servicios de comida y Construcción.
* En todo el país, la mayor proporción de ingresos no laborales proviene de las jubilaciones y pensiones (73,5%), seguido por las transferencias entre hogares (7,5%), las pensiones no contributivas (5,7%), las rentas (5,6%) y la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo (5,4%).