En 2024, cayó el consumo de vino en el país por la crisis económica

Según datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), la merma interanual fue de 1,9% en comparación al mismo período del 2023.

27 de marzo, 2025 | 18.25
En 2024, cayó el consumo de vino en el país por la crisis económica En 2024, cayó el consumo de vino en el país por la crisis económica

El escenario de la industria vitivinícola de la región de Cuyo continúa resintiéndose ante la falta de ventas en el mercado interno. A esto se suma la cantidad de impuestos que pesan sobre las pequeñas y medianas empresas productoras de vinos.

Según datos publicados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), durante los primeros nueve meses de 2024 los argentinos consumieron 12 litros de vino per cápita, lo que representa una caída del 1,9% en comparación al mismo período del 2023, cuando se contabilizaron 12,24 litros por cada argentino. Se estima que ese número será menor en 2025 dada la mencionada baja generalizada del consumo que ya traduce en magras ventas en lo que va del año.

La región cuyana, con la provincia de Mendoza a la cabeza, se encuentra atravesando una compleja situación en su principal industria, como lo es la vitivinicultura. Como el resto de las economías regionales, sufre por la caída del consumo como consecuencia de la baja del poder adquisitivo de los argentinos. En ese sentido, al no resultar el vino un producto de primera necesidad –como la carne y la leche, que también han disminuido su demanda-, más aún se percibe el menor consumo.

“Al haberse derogado el marco legal que protegía los abusos de posición dominante, como lo era la ley que no permitía vender sin contratos escritos, hoy vemos al sector habiendo entregado sus uvas sin precio ni forma de pago establecido. Ante esto, el Gobierno provincial no hace absolutamente nada”, sostuvo el diputado provincial Jorge Difonso, de La Unión Mendocina, frente opositor al gobierno de Alfredo Cornejo.

Además del consumo, existen otras situaciones que complican directamente a la producción de vino. ”Las pymes agroindustriales siguen sufriendo una presión tributaria extrema, que acompañada del aumento en los costos (incluso en dólares) en lo que respecta a tarifas e insumos, dejan sin margen de rentabilidad o con rentabilidad negativa a los eslabones más débiles de la cadena. En ese escenario, los productores y pymes resultan los más afectados”, manifestó el diputado Difonso.

El sector también se ve afectado por la apertura de las importaciones; así, los precios terminan fijándose de acuerdo a la alternativa de importar vino, sobre todo de Chile, incluso en Mendoza. Esos vinos tienen un valor por debajo de los costos del productor y por lo tanto, valen menos.

"Hay productores que están arrancando la viña por falta de rentabilidad. Lo vemos con el tomate, que viene de afuera, al igual que la uva. Notamos desde el comienzo del gobierno de Alfredo Cornejo que apunta a cambiar la matriz productiva de la provincia, con su proyecto de minería a gran escala. Entonces, la producción de vinos queda última en la lista. Esto implica que no hay regulación sobre los productos que entran, tampoco incentivos para la producción local y, además, los caminos rurales están desastrosos. Quienes no tienen espalda económica para tantas complicaciones externas, van a desaparecer como productores vitícolas", concluyó el legislador provincial