La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticó este jueves una mayor recesión para este año en la Argentina, con una caída de la actividad del 3,3%, y una menor inflación, con una variación anual del 208,1%. El pronóstico coincide con la llegada de la canciller, Diana Mondino, a Francia, donde justamente iniciará tratativas para ingresar al bloque geopolítico.
Las previsiones significan una profundización de la contracción económica respecto al último reporte del organismo, difundido en febrero, que preveía una caída del producto del 2,3%. Mientras que representan una mejora en la perspectiva inflacionaria, ya que en el segundo mes del año, la OCDE estimaba una aceleración de los precios del 250,6% anual.
El nuevo informe detalló que "se espera que el PIB se contraiga un 3,3% en 2024, antes de crecer un 2,7% en 2025". El año pasado, la contracción alcanzó el 1,6%. Al respecto, el organismo sostuvo que "la actividad se contrajo un 1,4% en el cuarto trimestre de 2023, a pesar de una fuerte recuperación de la producción agrícola".
En este sentido, detalló que "la industria, la construcción, las ventas minoristas, la intermediación financiera y los servicios públicos fueron los sectores más afectados por el ajuste fiscal y la erosión de los ingresos reales que siguió a la devaluación del 54% de la moneda y al pico de inflación posterior en diciembre". Además, puntualizó que "la desaceleración continuó en enero de 2024 con una contracción del 4.3% en comparación con el mismo período del año anterior".
Consumo, exportaciones, importaciones e inversión
En este marco, la OCDE advirtió que "el entorno doméstico desafiante pesará sobre la actividad durante la mayor parte de 2024", indicando que "la disminución de los ingresos reales afectará al consumo privado y la incertidumbre sobre el ritmo de las reformas frenará la inversión privada" y agregó que "se espera que el consumo y la inversión pública disminuyan en medio de ambiciosos planes de consolidación fiscal".
Asimismo, estimó que "el levantamiento gradual de las restricciones a las importaciones y los controles cambiarios impulsará eventualmente la recuperación de la demanda interna, particularmente en 2025". Sostuvo que "la demanda reprimida resultante de estas restricciones mantendrá las importaciones fuertes, mientras que las exportaciones continuarán su robusta recuperación".
La organización evaluó que "el ajuste continuo pondrá a la economía en una base más sólida, sustentando una recuperación gradual a finales de 2024 y en 2025", en tanto que "un entorno empresarial más favorable ayudará a sostener la recuperación de la inversión privada, mientras que una inflación más baja e ingresos reales gradualmente crecientes fortalecerán el consumo privado", mientras que "una política fiscal más estricta y el fin del financiamiento monetario apoyarán nuevas disminuciones en la inflación" y "el saldo de la cuenta corriente mejorará progresivamente a medida que se recuperen las exportaciones".
Sin embargo, alertó por las complicaciones que puede atravesar el país en este proceso, al señalar que "los riesgos en torno a este escenario siguen siendo sustanciales". Y manifestó que "las reservas extranjeras bajas, las estrictas restricciones cambiarias y la alta inflación proporcionan un telón de fondo volátil contra el cual las depreciaciones de divisas repentinas y la lenta desinflación podrían desencadenar una recesión prolongada. La implementación lenta de las reformas retrasaría la recuperación".