Congelamiento del Salario Mínimo: cuánta comida se podía comprar hace un año y cuánta ahora

Contra un año atrás, se deterioró el poder de compra sobre todos los productos de la canasta básica medidos bajo los ingresos de la remuneración básica. Con este nivel de inflación, la sana alimentación es una hazaña.

20 de enero, 2024 | 00.05

El gobierno de Javier Milei aclaró, en la previa de la marcha del 24 de enero que prepara la Confederación General del Trabajo, que no habrá una convocatoria al Consejo Nacional del Salario hasta que “se calmen los ánimos”. Mientras tanto, quienes lo reciben están cada vez más expuestos al riesgo alimentario. Con el techo de los 156 mil pesos, la inflación galopante del 25 % en apenas un mes y destinando cada vez más parte de su salario a la compra de alimentos, ¿cuánto tienen que gastar las personas para alcanzar las calorías mínimas diarias?.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece un aporte calórico para el adulto sano de de 2.000 a 2.500 calorías diarias para el hombre y de 1.500 a 2.000 para la mujer. Los últimos registros que se tienen del consumo medio de los argentinos, por otro lado y que corresponden a una medición de 2022, establecen en 1.881 calorías el consumo mínimo y 2.441 calorías el promedio. En 2018, los argentinos consumían 3.307 por día. Pero si hoy un argentino que cobra el salario mínimo quisiera incorporar en el mes apenas 2000 calorías por dia, en base a un plan nutricional básico, debería destinar cerca del 63,85% de sus ingresos solamente a la compra de alimentos.

Tal como contó El Destape, los alimentos son los que están impulsando el alza inflacionaria. En lo que va de enero, aumentaron más del 10%, con incrementos muy superiores en azúcar, bebidas y lácteos.

Cuánta comida podías comprar en diciembre de 2022 y cuánta en 2023

De acuerdo a un relevamiento propio en base a datos de Indec, el poder de compra del salario mínimo sobre los productos de la canasta básica se desplomó. El golpe de la última devaluación fue brutal.

  • Pan francés tipo flauta: se podían comprar 128 kilos en diciembre de 2022. En diciembre de 2023 se derrumbó a 101 kilos.
  • Harina de trigo común 000: 424 kilos en diciembre de 2022. Ahora son 317 kilos
  • Arroz blanco simple: 338 kilos de arroz en diciembre de 2022. Se redujo a 100 kilos en la actualidad.
  • Fideos secos tipo guisero 500 gramos: 324 paquetes en diciembre de 2022. Ahora apenas 157 paquetes.
  • Asado: 49 kilos en diciembre de 2022. Ahora cayó a 30 kilos.
  • Carne picada común: 88 kilos en diciembre de 2022 y 49 kilos en el mismo mes de 2023.
  • Pollo entero por kilo: 141 en diciembre de 2022. Apenas 94 kilos en diciembre de 2023.
  • Filet de merluza fresco: 48 kilos en diciembre de 2022 y 42 en la actualidad.  
  • Aceite de girasol botella de 1,5 litros: 79 botellas en diciembre de 2022 y 78 botellas ahora.
  • Leche fresca entera en sachet por litro: 286 sachets en diciembre de 2022 contra 254 sachets en la actualidad.
  • Queso cremoso: 44 kilos en diciembre de 2022. En el mismo mes de 2023 se comprimió a 39 kilos.
  • Manteca 200 gramos: se podían comprar 144 en diciembre de 2022 y ahora son 117.
  • Yogur firme: De 257 envases en diciembre de 2022 a 200 en 2023.
  • Huevos de gallina por docena: 150 en diciembre de 2022. Solo 96 en el mismo mes del año pasado. 
  • Azúcar: 246 kilos en diciembre de 2022. Se derrumbó a 119 a fines de 2023.
  • Yerba mate 500 gramos: 164 paquetes en diciembre de 2022. Ahora se pueden comprar 111.
  • Café molido 500 gramos: 58 envases en diciembre de 2022 y 49 en diciembre de 2023.

Ignacio Porras, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, advirtió que “cuando la economía aprieta y uno se va empobreciendo, destina cada vez mayor porcentaje de sus ingresos a la alimentación” porque comer es una necesidad relacionada con la supervivencia. “Primero se suprimen bienes personales, después se cambian las marcas, hasta que se ve sumamente apretado por la situación y empieza a restar comidas del día”, agregó. 

Y entonces se empieza a ver afectada la alimentación. “Lo que se nota, sobre todo, son cambios en la calidad.  Las calorías se alcanzan a expensas de harinas, aceites y cereales feculentos. Se inclinan a preparaciones "rendidoras" : guisos principalmente, donde fideos, arroz, papa pasan a ser la base. El riesgo es una dieta desequilibrada, donde abundan los hidratos de carbono y las grasas y baja el consumo de proteínas y de frutas y vegetales (fuente de vitaminas, minerales y fibra)”, remarcó Porras. 

El nutricionista confeccionó para El Destape un plan básico alimentario en base a 2000 calorías para hacer el cálculo de consumo calórico diario. Allí se establece que por día un argentino debería incorporar una taza de leche, un huevo, un trozo de queso de horma pequeña o dos cucharadas de queso untable, una pata muslo o bife del tamaño de la mano, dos vegetales A  (hojas verdes, zapallito, coles, berenjena, tomate, etc), dos vegetales B (zanahoria, cebolla, zapallo, etc), dos vegetales C  (papa, batata, choclo), 3 frutas, y pocillo y medio de cereales y legumbres, cuatro unidades de pan integral, siete unidades de almendras y dos cucharadas postre de aceite. 

De acuerdo a la FAO, en Argentina se comen 110.55 kg de carne por persona al año y 302.91 gramos al día. El plan de Porras indica que los argentinos deben comer al menos 150 gramos de carne (1 pata o muslo o 1 bife) por día. De acuerdo a los datos de la canasta básica, en diciembre de 2022 se podía comprar 141 pollos enteros con 156 mil pesos, pero hoy alcanza para apenas 94 pollos ($ 1.652 c/u) y 30 asados ($ 5.195 c/u). 

Hoy, llegar a las 2.000 calorías con una dieta nutritiva implica gastar aproximadamente $ 3.320 por día, que equivaldría por mes a $ 99.600 (63, 85 % del salario mínimo), tomando como referencia un plan de alimentación básica.

"La inseguridad alimentaria moderada es preocupante. Para las personas que padecen una inseguridad alimentaria moderada, el acceso a los alimentos es incierto. Puede que tengan que sacrificar otras necesidades básicas sólo para poder comer. Cuando comen, puede ser lo que está más fácilmente disponible o lo más barato, que puede no ser el alimento más nutritivo. El aumento de la obesidad y otras formas de malnutrición es en parte resultado de este fenómeno", evaluó Porras.