Comienza la estrategia del Gobierno para reducir la presión sobre el dólar: de qué trata

La apuesta es enfocarse en la brecha de precios que existe entre el tipo de cambio oficial y los valores en los que operan empresas y financieras a través del mercado. Se iniciará este martes cuando comiencen a negociarse en Nueva York los bonos reestructurados.

07 de septiembre, 2020 | 16.04

Esta semana se pondrá a prueba la estrategia conjunta entre el Ministerio de Economía y el Banco Central para desarticular, al menos en el corto plazo, la presión devaluacionista. La apuesta es enfocarse en la brecha de precios que existe entre el tipo de cambio oficial y los valores en los que operan empresas y financieras a través del mercado, lo que, aseguran fuentes oficiales, reduciría la tensión cambiaria. La herramienta serán los nuevos bonos nacidos del canje, que este lunes comenzaron a cotizar en la Bolsa porteña. Tras el cierre de la reestructuración de la deuda en dólares, la jugada que plantea el Gobierno es bajar el precio en pesos de los bonos utilizando hasta unos 15.000 millones de dólares que el Central detenta en bonos reestructurados a los que sumarán las tenencias por hasta 9000 millones en la cartera del fondo de garantías de la Anses.  

En las últimas semanas creció el debate respecto de las alternativas que podría utilizar el Gobierno para morigerar las tensiones sobre el tipo de cambio. El problema va desde el aumento constante y espiralizado de la demanda para ahorro minorista hasta las operaciones especulativas a través de bonos o acciones que amplían el diferencial de precios. En lo que va del año, el stock de reservas se contrajo en 2222 millones de dólares hasta el viernes pasado, mientras que la divisa mantuvo correcciones por encima de la inflación y en sintonía con el rendimiento que hoy ofrece un plazo fijo (para una colocación minorista a plazo al 30,06 por ciento de tasa de interés anual, el acumulado a agosto asciende a un rendimiento de 22 por ciento).

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La política que deberá aplicar la dupla BCRA-Economía buscará abarcar ambos problemas para lo cual se requiere de ofrecer activos en pesos que tienten a no dolarizar sus ahorros y reducir las expectativas de devaluación interviniendo en el mercado de títulos públicos. "Está claro que lo que se quiere estabilizar el mercado de cambios, desalentar el ahorro en divisas y desactivar una brecha que es muy nociva. Todo eso sin pensar en una devaluación del peso, como algunos están impulsando y que la historia demostró no dar ningún resultado para la economía argentina", resumió una alta fuente oficial en diálogo con El Destape.  

La estrategia

Para el equipo económico que lidera el ministro Martín Guzmán la presión sobre el dólar responde a expectativas pero, particularmente, a movimientos especulativos y presiones de sectores que se verían beneficiados por una mayor devaluación del peso. Las cifras oficiales dan cuenta de que el tipo de cambio real está en sus mayores niveles de competitividad respecto a sus principales socios y mantuvo un diferencial positivo respecto de los aumentos de precios. En lo que va del año el tipo de cambio oficial aumentó en un 25,2 por ciento, mientras que la inflación (resta confirmar el dato de agosto) rondaría entre 18,7 y 19 por ciento desde enero. 

La estrategia será utilizar las tenencias de títulos en el sector público para bajar los precios del denominado "contado con liquidación" y "dólar MEP. Estas operaciones consisten en comprar un bono en el mercado local y venderlo en el exterior. Para realizar este arbitraje el bono tiene que tener cotización en el país y en otra plaza financiera internacional. En el mercado local los bonos (incluso los que cotizan en dólares) se adquieren en pesos y en el exterior (por ejemplo, Nueva York) se venden en dólares. De esta manera, un inversor dolariza su cartera con esta simple operación. Si se realiza de manera contraria permite ingresar los dólares al país sin pasar por el mercado de cambios. La operación es legal, pero su uso como reemplazo del mercado de cambios, no.

La importancia de cerrar con los acreedores privados con deuda bajo legislación extranjera radica también en la posibilidad de intervenir en este mercado. Sólo este tipo de bonos cotizan tanto en Argentina como, obviamente, en el exterior (en los mercados usualmente registrados). Se estima que los bonos que más se utilizarán para el contado con liquidación serán los bonos 2030 y 2035, por ser los que más tiene el sector público; básicamente la Anses y el BCRA.

El precio del contado con liqui surge entonces de dividir el costo de un bonos en pesos en el país y su precio en dólares. Se puede intervenir sobre esta ecuación de distintas maneras, desde el aspecto legal y normativo hasta operando directamente en el mercado. Una primera modificación fue ampliar los plazos obligados en los cuales quien compra un bono en pesos debe tenerlo en su cuenta antes de venderlo en el exterior para evitar lo que se denomina dólar "cable" (comprar y vender en simultáneo y libre de riesgo). Al imponerse un plazo mínimo de tenencia se incrementa el costo de oportunidad de esa operación ya que en el transcurso de las horas impuestas para rematar el título el precio del bono puede subir o bajar afectando el resultado.

La segunda parte de la estrategia que comenzará este martes será bajarle el precio de los bonos en el mercado local (en pesos) para reducir el precio resultado de dólar bursátil. Esto debería arrastrar otras cotizaciones paralelas. 

Los nuevos títulos comenzaron a operar este lunes en Buenos Aires, pero no lo hicieron en Estados Unidos por el feriado allí del Día del Trabajo. "Recién van a tener volumen mañana para que se empiece a reflejar el movimiento de pinzas que hará Economía y la entidad monetaria que conduce Miguel Pesce. El Central se quedó con un stock importante de bonos reestructurados que se estima entre 13.500 y 15.000 millones de dólares, mientras que la caja de la Anses recibió otros 9000 millones, que podrán venderse en el mercado local para bajar el precio en pesos.