La pandemia dejó en evidencia la escasa inclusión financiera en el país, que se refleja en el escaso uso de medios electrónicos y en las consecuentes largas colas en los cajeros automáticos para hacerse del efectivo a toda hora. Esta situación es reflejo de los altos niveles de informalidad que tiene la Argentina; también revelados por el COVID-19 y la implementación de medidas de aislamiento preventivo para prevenir la propagación. El Banco Central redactó una serie de consejos para ampliar el uso de medios electrónicos de pagos y así evitar operar con efectivo.
"La pandemia de COVID-1919 podría ser un cambio de juego para los servicios financieros digitales. Los hogares de bajos ingresos y las pequeñas empresas pueden beneficiarse enormemente de los avances en dinero móvil, servicios de tecnología financiera y banca en línea segura durante el período de aislamiento social preventivo y obligatorio", destaca el informe que difundió la semana pasada el Fondo Monetario Internacional. Como política pública también permite que el uso extensivo de servicios financieros digitales impulsar el crecimiento económico.
El cambio hacia los servicios financieros digitales venía colaborando en el mundo en la inclusión financiera antes de que comenzara la pandemia, beneficiando a muchos hogares de bajos ingresos y pequeñas empresas con habitual escaso acceso a las instituciones financieras tradicionales. En la Argentina el problema son los altos niveles de informalidad y, por ende, la escasa bancarización de trabajadores y trabajadoras. Según el INDEC, el efectivo se utiliza en el 69,4 por ciento de los gastos que se hacen en rubros de consumo masivo y para el resto utiliza medios de pagos electrónicos.
Los cálculos oficiales pre prandemia anticipaban que dos y medio de millones de personas estaban en la informalidad, la aplicación de un ingreso familiar de emergencia reveló que en esa situación se encontraban más de nueve millones de argentinos y argentinas. Con este bono de 10.000 pesos se amplió, a partir de la necesidad de girar esa ayuda, la bancarización. Sólo por el IFE la Anses bancarizó a dos millones de personas.
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Manual de uso
El Banco Central detalló los usos vigentes, que se extreman en el actual contexto de pandemia. En el caso de las tarjetas de crédito, la autoridad monetria que conduce Miguel Pesce aclara que todos los comercios, empresas, profesionales, monotributistas deben aceptar este medio de pago. No obstante, existen excepciones para localidades con menos de mil habitantes o en operaciones inferiores a 10 pesos. "El pago con tarjeta de débito no debe tener un monto adicional o recargo. También se puede utilizar para compras en línea", remarcan desde el Central. Las operaciones en cualquiera de las redes de cajeros automáticos no tienen costo.
La tarjeta de crédito permite comprar en comercios y tiendas on line, en una o varias cuotas, y también permite retirar efectivo en cajeros automáticos. Con el celular o la computadora se puede acceder al homebanking o banca móvil. A través de estas plataformas se permite, sin restricción horaria, transferir dinero, pagar impuestos y servicios, tomar préstamos, hacer plazos fijos tradicionales y en UVA, realizar y aceptas débitos directos. Desde las cuentas corrientes también se pueden librar cheques electrónicos (echeqs).
En los últimos años también creció el uso de la billetera electrónica, que permite realizar transferencias de celular a celular a través de una aplicación para teléfonos móviles. Se puede también adherir la tarjeta de débito, crédito o cuenta bancaria. Para los comercios existe también la opción de botón de pago. "Un comercio con tienda on line puede habilitar el botón de pago en línea para facilitar las transacciones desde su página web comercial", explican desde el Central.
Si bien la pandemia aumentará el uso de estos servicios, también plantea desafíos para el crecimiento de los actores más pequeños de la industria y ha resaltado el acceso desigual a la infraestructura digital. "Será necesario tomar varias medidas para garantizar la máxima inclusión en el futuro", aconseja el Fondo Monetario.
No es solo un desafío para la Argentina. El uso de medios electrónicos también responde a patrones culturales. Economías avanzadas y con bajo nivel de informalidad. En Alemania, Italia y Japón un 90 por ciento del total de transacciones se continúa realizando con dinero en efectivo. Antes de la propagación global de la enfermedad del Coronavirus, existían solo tres países donde los medios de pagos electrónicos superaban ampliamente al medio de pago tradicional en papel: Suecia, Corea del Sur y China, según un comparador financiero que realizó la analista Melisa Murialdo.