Tras finalizar las restricciones sanitarias que afectaban a su economía, China ahora se ve impactada por el deterioro en la actividad mundial y las ganancias de sus firmas industriales se desplomaron 20,6% anual en el primer cuatrimestre del año, según informó la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
El enfriamiento de la demanda y la deflación en los precios de salida de las fábricas se sintieron con fuerza en las finanzas de las manufactureras de la segunda economía mundial, reduciéndose 17,9% en el caso de las firmas estatales y 22,5% en las privadas.
De todos modos, en abril, último mes del periodo, la situación mejoró ligeramente: si se considera solamente a ese mes, los ingresos aumentaron 3,7% anual, tras el retroceso de 19,2% de marzo.
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De hecho, si sólo se tiene en cuenta al primer trimestre, los ingresos se redujeron 21,4% contra el 20,6% de los cuatro meses que abrieron 2023.
La débil recuperación de la demanda efectiva continuó pesando en la tasa de utilización de la capacidad, la cual, junto a la dificultad de reducir los costos, requiere que las industrias tengan más paciencia, analizó Bruce Pang, economista en jefe de para China en la consultora JLL, a la agencia de noticias Bloomberg.
Según la perspectiva de Pang, los ingresos industriales no retornarán al terreno positivo hasta el cuarto trimestre, y consideró que se necesita más estímulo y política expansiva por parte del gobierno chino a tal efecto.
Si bien las industrias tuvieron un repunte en su actividad luego del levantamiento de la política cero-covid, la coyuntura económica internacional de la cual es sumamente dependiente- afecta al crecimiento de las exportaciones, además de motivar la postergación de inversiones.
También tiene consecuencias en los precios de salida y en los márgenes: el índice de precios al productor o mayorista, registró una deflación del 3,6% en abril, la mayor caída desde mayo de 2020, poco después de iniciar la pandemia.
La geopolítica también juega un factor relevante en la medida de que Estados Unidos y otras potencias occidentales buscan reducir su dependencia de China en las importaciones de algunos insumos.
En tanto, del lado doméstico, el consumo sigue lejos de su potencial y el crecimiento de los últimos meses estuvo centrado en los servicios, más que en los bienes.
Como ejemplo, los ingresos de Lenovo, fabricante chino de computadoras y uno de los más importantes a nivel mundial, cayeron 75% en los primeros tres meses del año, signo, además, de la ralentización de ese sector en particular a nivel mundial.
Otro de los sectores más afectados, según los datos de la ONE, fueron las empresas fundidoras y laminadoras de metales ferrosos.
Beijing fijó una meta oficial de crecimiento de este año de alrededor de 5% y la recuperación tras las restricciones de los primeros meses del año llevó a bancos, organismos como el Banco Mundial y analistas a revisar al alza sus pronósticos.
Sin embargo, algunos de estos últimos ya revisaron a la baja sus previsiones tras un abril decepcionante en términos de datos de la economía: Nomura y Barclays redujeron sus previsiones del 5,9% y 5,6% a 5,5% y 5,3%, respectivamente.
Con información de Télam