Ganancia para pocos: el BCRA ofrece seguro de precios y crece la burbuja financiera de cortísimo plazo

Mediante el uso de seguros (put) que entrega el organismo se acortan los plazos de la deuda que compra hasta un día. En dos meses el Central más que duplicó la colocación de estos seguros de todo el año pasado. 

06 de marzo, 2024 | 00.05

La doble vara del presidente anarco-capitalista Javier Milei y sus contradictorias medidas quedan en evidencia a diario. En materia financiera, el Gobierno de La Libertad Avanza adoptó distintas medidas que buscaron secar la plaza de pesos mientras se licúan los ingresos y los ahorros de la población. En simultáneo, el Banco Central y el Ministerio de Economía empapelaron el país con seguros cotización para los inversores. En tan solo dos meses, la cartera que conduce Luis Caputo emitió opciones ‘puts’, un seguro de precios que entrega el BCRA a los bancos para tentarlos a que compren bonos del Tesoro en cada licitación, por más de 11 billones de pesos.

Este seguro le permite al inversor acortar el plazo de la deuda que compra: el Tesoro entrega bonos que vencen en 2026 o 2027, pero los bancos pueden, mediante este instrumento, volver a venderlos al Central solo un día después. Las sociedades de Bolsa y los inversores institucionales en el exterior ya pusieron en rojo sus semáforos financieros para inversiones en el país, por el riesgo de quedar atrapados en pesos con inversiones que, en principio, se presentan como de cortísimo plazo.  

Este mecanismo de reaseguro, para conseguir mayor adhesión a sus licitaciones y un ingreso de dólares financieros, es parte de una política económica que beneficia a un sector minoritario de altos recursos de la población en desmedro del conjunto de la sociedad. La bicicleta financiera que deriva de un dólar estable y tasas de interés que cuadruplican el ritmo de devaluación se va perfeccionando con el uso de derivados financieros que implican una elevada emisión de pasivos remunerados, esos mismos que Milei identificó como el principal problema del país.

La estrategia de combinar la colocación de nueva deuda y cubrir al inversor con seguros de posiciones bajistas (put), disminuyendo la inversión inicial y amortiguando la pérdida de valor temporal. Mediante este instrumento, la autoridad monetaria que conduce Santiago Bausili asume con este tipo de opciones financieras el compromiso de recomprar los bonos vendidos en el caso de una caída de los precios de mercado. Las opciones financieras son instrumentos que otorgan al comprador el derecho y al vendedor la obligación de realizar la transacción a un precio fijado y en una fecha determinada.

Es ampliamente utilizada por los brokers para obtener cobertura de sus inversiones. El put, en particular, es el derecho a vender un activo subyacente a un precio determinado en un momento definido en el futuro. En la práctica, funciona como una especie de seguro contra un ajuste futuro. Dadas las condiciones de incertidumbre política y económica acutal, la última manera de sortear la desconfianza de los inversores y convencerlos de hundir millonarias inversiones en el país es ofrecer totales garantías a los bancos de que los bonos que recibieron no van a perder valor por ningún motivo.

Dado que el propio contexto no asegura que no haya una pérdida de valor, Caputo y Bausili hacen uso y abuso de este instrumento que se lanzó por primera vez el año pasado por el gobierno de Alberto Fernández con el objetivo de ampliar los plazos de vencimientos con nuevas colocaciones en pesos en la previa a las elecciones. El Banco Central implementó la opción de venta (put option) sobre Títulos del Gobierno Nacional adjudicados a partir de julio de 2022 y que tengan vencimiento antes del 31 de diciembre de 2023 para todas las entidades del sistema financiero. El Gobierno libertario amplió la licitación de put para los bonos del Tesoro hasta diciembre de 2027.

Durante todo el año pasado, a través del rescate de letras, el Central emitió más de 5 billones de pesos, revela la agencia Bloomberg. Sin embargo, en tan solo dos meses, el Gobierno de Milei ya lleva más de 11 billones de pesos, elevando el stock a unos 16,3 billones, lo que genera una fuerte preocupación de los inversores institucionales, según información del Agente de Liquidación y Compensación (ALyC) Portfolio Personal Inversiones. Los informes de los bancos extranjeros, salvo Blackrock que lo mantiene en amarillo, ubicaron el semáforo financiero en rojo para las inversiones en el país por el abuso de inversiones de muy corto plazo y el riesgo de que quedar en medio de una devaluación o impago de estos instrumentos indexados.

Con este tipo de colocaciones, se acelera la bicicleta financiara. El ingreso de dólares para colocarse en bonos en pesos argentinos no responde a un cambio de expectativas sino al seguro que ofrece el país y les permite mantener vivo el carry trade. Dado que se pueden ejecutar en plazos muy cortos (hasta un día), los inversores especulativos se posicionan en pesos para aprovechar los altos rendimientos que ofrece la Argentina, con un dólar que esta misma práctica lo mantiene estable, y salirse en el momento en que las condiciones se modifiquen.

El principal objetivo de los put es reducir la volatilidad de los precios de los instrumentos del Tesoro. El otorgamiento de este seguro es uno de los factores detrás del “éxito” de cada licitación de Caputo. Los inversores compran los títulos sólo si están respaldados con el compromiso del Central de responder comprárselos a un precio pre-fijado en el caso de una venta masiva de bonos.

Esto les asegura una rentabilidad en dólares –por un tipo de cambio estable—con guarismos similares a los rendimientos en pesos. La propia adquisición del seguro (put) implica que el mercado anticipa un mercado en el mediano plazo a la baja. Con esta opción, cuanto más a la baja esté el mercado el día del vencimiento del activo subyacente (en este caso los bonos lanzados por Caputo) mayor beneficio habrá para el tenedor del seguro En caso de que, en la fecha de ajuste, el precio de mercado esté por encima del precio de ejecución tendrá una pérdida. Sin embargo, como los inversores compran tanto el activo (el bono) como su seguro, quedan cubiertos por cualquier movimiento.

De todos modos, el riesgo sobre el que alertan los brokers es sobre una devaluación discrecional y brusca del tipo de cambio que no les dé tiempo para que los inversores del exterior que ingresaron puedan “darse vuelta” (vender en pesos y volver a dólares) sin registrar una fuerte caída de su capital comprometido. Más allá de subirse a la bicicleta, los bancos de inversión advierten serios riesgos en el horizonte, ya sea por una devaluación o por una dolarización como pretende Milei… O ambas.