La cosecha de maíz en el centro y norte de la provincia de Santa Fe terminó esta semana con una producción total de 367.885 toneladas y un rendimiento promedio de 67,5 quintales por hectárea, lo que representa una merma del 27,8% en promedio respecto de la campaña anterior, informaron hoy voceros del sector.
El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción provincial y la Bolsa de Comercio de Santa Fe detalla que para la campaña que finalizó se sembraron un total de 88.000 hectáreas, en tanto se cosecharon para grano comercial 54.500 hectáreas.
Con la disminución del rendimiento del orden del 27,8% se recolectaron 265.133 toneladas menos de producción final que en la campaña precedente.
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De hecho, el informe precisa que el promedio recolectado por hectárea es el menor de las últimas seis campañas: en 2016/17 llegó a 78,5 quintales; en 2017/18 fue de 76; en 2018/19 de 95; en 2019/20 de 98,5 y en 2020/21 de 93,5.
En cuanto a la soja temprana, el movimiento de cosechadoras fue menor a la semana anterior debido a condiciones ambientales inestables, pocas horas de sol y altos porcentajes de humedad ambiente y de grano.
El grado de avance de la trilla llegó al 58%, con un progreso intersemanal de 13 puntos y un adelanto de 3 puntos porcentuales en comparación con la misma época de la campaña pasada.
En cuanto a los rendimientos, lo mejor se observó en los departamentos del sur del área de estudio (San Martín y San Jerónimo) con mínimos de entre 20 y 30 quintales, máximos de 45 a 48 quintales y lotes puntuales de hasta 58 quintales por hectárea.
En la parte central, en los departamentos San Cristóbal, San Justo, Castellanos, Las Colonias y La Capital hubo mínimos de entre 15 y 18 quintales, máximos que oscilaron entre 30 y 45 quintales, y lotes puntuales de entre 50 y 53 quintales.
Finalmente, en el norte, en los departamentos 9 de Julio, Vera, General Obligado y San Javier los mínimos estuvieron entre 10 y 12 quintales y los máximos entre 17 y 19 quintales por cada hectárea.
El trabajo señala que el 80% de los cultivares en pie se mostró en estado bueno a muy bueno, con algunos lotes excelentes, mientras que en el 20% restante el impacto de la ausencia de precipitaciones y el calor de la primera quincena del año dejaron indicadores muy marcados, con limitaciones en el crecimiento de las plantas, amarillamiento de las hojas basales y mortandad de plantas.
Con información de Télam