Tras la aprobación del Fondo, arranca la carrera para cumplir con la meta de reservas del tercer trimestre

El trimestre que cierra a fines de septiembre deberá mostrar una suba de reservas netas de u$s 4100 millones de dólares a contabilizar contra diciembre de 2021. En 15 días de septiembre ingresó más de la mitad de ese objetivo.

19 de septiembre, 2022 | 19.54

El cumplimiento de la segunda revisión de las metas acordadas con el Fondo fue aprobado, con asteriscos, por parte de los burócratas del organismo. Pese a la contabilidad creativa que se aplicó en el trimestre cerrado en junio, con pagos de energía pateados hacia adelante, el objetivo de reservas quedó a pasos de cumplirse. Casi 300 millones de dólares debajo bajo de lo pactado. Por lo poco significativa de la diferencia y por el riesgo de que otorgarle al país un primer waiver (exención o disculpa) a poco de rubricarse el acuerdo abriría una caja de Pandora, el Fondo hizo la vista gorda y hará el desembolso de 3900 millones de dólares, de los cuales tres cuartas partes irán para pagarle al propio organismo esta semana.

La señal es clara: que el país no se aparte ni un paso del programa acordado. Sin embargo, las expectativas están puestas en el tercer trimestre, período en el cual todavía las reservas se ubican por debajo de principio de año en unos 1500 millones de dólares. El dato favorable: en 15 días, con el dólar sojero, las reservas subieron en unos 2200 millones de dólares. El tercer trimestre, que cierra a fines de mes, deberá mostrar una suba de 4100 millones de dólares a contabilizar contra diciembre de 2021.

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En una conferencia fugaz que ofreció luego de reunirse con el presidente Alberto Fernández, la directora gerenta del Fondo, Kristalina Georgieva, aseguró que no habría una revisión de las metas, al menos, hasta ya iniciado el 2023. "Tenemos que entender cómo va a reaccionar la economía argentina a la guerra", fue el argumento de Georgieva, en referencia al conflicto bélico que enfrenta Rusia y Ucrania hace más de medio año y desató una escalada inflacionaria a escala global.

De las tres metas impuestas, hay una, la acumulación de reservas, -precisamente la que es menos manejable para el Gobierno- la que más se complica para cumplir. Esto se debe a que el impacto de la guerra fue un encarecimiento de las importaciones de energía, mientras que el beneficio que debió venir de mayores precios de los alimentos a escala global no puede ser contabilizado por la posición especuladora de una parte del sector agro productor. 

Aún lejos de conseguirse la meta, el pleno está puesto en la implementación de un dólar diferencial para el sector sojero, con el objetivo de estimular la venta de la cosecha por parte de los productores oleaginosos. "La mayoría de los objetivos del programa cuantitativo hasta fines de junio de 2022 se cumplieron", aseguró el comunicado del Fondo, aunque detalló como excepción "el piso de las reservas internacionales netas".

El organismo reconoció que el incumplimiento de esa meta, por 296 millones de dólares menos a lo previsto, se explica por "un crecimiento del volumen de importaciones superior al programado y demoras en el apoyo oficial externo". En este último caso, hizo referencia a los acuerdos firmados con otros organismos de crédito, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que vencen los pagos de energía pateados a Cammesa. 

"Un período de volatilidad en el mercado cambiario y de bonos fue detenido luego de medidas decisivas que corrigieron reveses anteriores y reconstruyeron credibilidad", reconoció el Fondo. La salida irresponsable de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, a lo que continuó una sucesión de designaciones hasta reordenar el equipo económico bajo el comando del ministro Sergio Massa, las reservas se desplomaron (hasta agosto último) en 3650 millones de dólares, descontando desembolsos del FMI, pasando de unos 40.150 millones a 36.650 millones. De ese desplome, en las primeras dos semanas de septiembre, se recuperaron unos 2200 millones. 

El stock de reservas al cierre de la primera quincena es de 38.117 millones de dólares, 1545 millones menos que en diciembre de 2021. Para el tercer trimestre, la acumulación de reservas contabiliza 4100 millones de dólares. Luce un objetivo imposible, aunque el batacazo debería aparecer en la segunda mitad del mes con el ingreso de los dólares de la soja. Aún restan unos 10.000 millones de dólares retenidos en silo-bolsas. Los productores de soja comercializaron casi 9 millones de toneladas desde el lunes 5 de septiembre, cuando entró en vigencia el Programa de Incremento Exportador (dólar sojero), que implementa un tipo de cambio de 200 pesos por dólar para las exportaciones de la oleaginosa hasta el 30 de septiembre próximo.

De acuerdo con las cifras de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el viernes se vendieron 615.678 toneladas de soja, con lo cual totalizan 8.839.095 toneladas en diez ruedas. Los cálculos oficiales daban cuenta de unos 22 millones de toneladas de la cosecha 2021-2022 aún en manos de los productores. El sector agroexportador ingresó 2200 millones de dólares en la primera semana y casi 1400 millones en la segunda semana de vigencia del esquema de retenciones "cero". Este lunes se sumaron 300 millones de dólares más. De esta forma, ingresaron hasta el viernes pasado divisas por 3564 millones de dólares, lo cual sobrepasa la mitad de la meta del Gobierno que estipulaba unos 5000 millones al anunciar la medida. El ingreso de dólares por las ventas al exterior le permitió al Banco Central (BCRA) engrosar sus reservas netas en 2400 millones de dólares en lo que va de septiembre.

Para cumplir con la meta del tercer trimestre, debería mantener el actual ritmo de liquidación, a lo que se sumaría los aportes de organismos de crédito, incluyendo el propio Fondo. Se necesitan 1300 millones de dólares para revertir la caída de julio y agosto y a partir de allí se contabilizará un ingreso neto positivo. El Fondo aprobó a nivel técnico la segunda revisión de la economía argentina y el directorio definirá la fecha para desembolsar 3900 millones de dólares del Acuerdo de Facilidades Extendidas. El Gobierno debe cancelar, con parte de ese monto, unos 2800 millones esta semana, de los cuales 895 millones operan este miércoles y 1727 millones, el jueves. La diferencia, unos 1100 millones de dólares en derechos especiales de giro --a lo que sumarían unos 500 millones del BID que se siguen dilatando--, permitirán un colchón hasta los próximos pagos. De acuerdo con datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), los vencimientos en moneda extranjera de septiembre ascienden a 4082 millones de dólares. 

Para el año próximo, cuando seguramente deban rediscutirse las metas del Acuerdo con el FMI, se estima, a diferencia de los últimos dos años, un mayor dinamismo de los volúmenes exportados (7,1 por ciento) que de los importados (2 por ciento), lo cual se traduciría en un superávit comercial que pasará de 7800 millones de dólares este año a cerca de 12.400 millones en 2023.