El primer ministro japonés, Fumio Kishida, anunció hoy un paquete de estímulo económico de US$ 113.000 millones para impulsar el crecimiento de la economía y contrarrestar el efecto de la inflación en los hogares.
"El paquete se espera que llegue a un total de 17 billones de yenes (US$ 113.200 millones", dijo Kishida en una conferencia de prensa tras una reunión del gobierno y responsables de su partido.
El gobierno de Kishida enfrenta el nivel de imagen más bajo desde la llegada al poder en 2021 debido al impacto de la inflación, que ronda cifras cercanas al 3% anual, un nivel que no se veía desde hace cuatro décadas.
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El primer ministro afirmó que uno de los pilares del plan económico es reforzar la capacidad de suministro de las empresas.
Aún no logramos un ciclo virtuoso de crecimiento. El mayor problema que tenemos es que los salarios corren por detrás de la inflación, sostuvo Kishida en declaraciones difundidas por las agencias Bloomberg y France Presse.
Si bien el gobierno anticipó que dará más detalles posteriormente, la prensa local anticipó que el programa alcanzará los US$ 249.000 millones si se incluye el aporte que hará el sector privado.
El paquete de medidas incluye una reducción al impuesto sobre la renta y la vivienda, y ayudas de hasta US$ 465 a los hogares de menores ingresos.
La reducción a los impuestos a los ingresos será de 30.000 yenes por persona (US$ 199) y la correspondiente a los impuestos residenciales de 10.000 yenes (US$ 66) por persona.
También se extenderán los subsidios que se aplican actualmente a los combustibles para evitar una escalada en sus precios, y se destinarán fondos para promover inversiones en sectores de alta tecnología.
Además, Kishida prometió aumentar el gasto en defensa, medidas para combatir la caída de la tasa de natalidad e impulsar la producción local de semiconductores de avanzada.
Se espera que los conjuntos de medidas impulsen a la economía en un 1,2% por año en los próximos tres años, según los cálculos gubernamentales.
Del mismo modo, se estima que reduzcan la inflación en un punto porcentual al mantener los subsidios energéticos.
Al mismo tiempo, los analistas aseguran que el plan también involucrará medidas para abordar la deuda del país, que se encuentra en un 255% del Producto Bruto Interno (PBI), según el Fondo Monetario Internacional (FMI), una de las tasas más altas en el mundo.
El paquete de estímulos deberá ser aprobado por el parlamento.
Japón sufrió el aumento de precios de las commodities desde la pandemia ya que a ello se le añade un debilitamiento de su moneda, que encarece las importaciones de energía y alimentos.
A diferencia de otros países, el Banco de Japón optó por mantener una política monetaria ultraflexible con tasas a niveles mínimos con la expectativa de estimular así la economía, lo que devaluó aún más al yen.
Esta semana, la moneda japonesa cayó a su nivel más bajo de este año respecto al dólar y al más bajo desde 2008 al compararla con el euro.
Japón, durante varios años, sufrió deflación, lo cual contribuyó a su estancamiento económico en comparación a otras potencias.
Con información de Télam