Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín intentaron garantizar el martes a los participantes que el evento de febrero funcionará casi con normalidad, con tiendas de recuerdos, puestos de cocina extranjera y cerveza, pero todo dentro de una burbuja autónoma.
Los Juegos se disputarán del 4 al 20 de febrero, sin espectadores foráneos y con tests diarios de COVID-19 para todos los participantes, ya que China mantiene una política de 'COVID cero', con algunas de las medidas más estrictas del mundo.
Sigue habiendo mucha incertidumbre en torno a cómo se celebrará el evento, incluida la forma en que se distribuirán las entradas a los espectadores locales, que serán separados de los atletas y otro personal en las sedes de la ciudad de Pekín y en Zhangjiakou, en la provincia de Hebei.
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"Nada ha cambiado en absoluto, solo las medidas de prevención del COVID, que son como ponerse un impermeable", dijo en una conferencia de prensa Xu Jicheng, un funcionario del Comité Organizador de Pekín.
Tales medidas, incluido el estricto aislamiento de quienes están fuera de los Juegos, podrían ser "un poco inconvenientes", reconoció.
Durante los Juegos, los deportistas, periodistas, el personal y los voluntarios permanecerán dentro de una "burbuja" bajo una denominada gestión de circuito cerrado.
Los servicios que replican los ofrecidos en Pekín, como su distrito de bares y el Mercado de la Seda, estarán disponibles dentro de la burbuja, dijeron las autoridades. También habrá tiendas de conveniencia y lugares de compras.
Xu dijo que el inconveniente de las medidas por el COVID-19 será pequeño en comparación con los avances en la salud pública, refiriéndose al mantra de los atletas "sin dolor no hay ganancia".
(Reporte adicional de Yew Lun Tian; editado en español por Carlos Serrano)