El británico Toby Roberts quedó tan sorprendido como todos los demás al colgarse el viernes la medalla de oro en búlder y dificultad en los Juegos de París, en un gran revés en el que el claro favorito, el japonés Sorato Anraku, se tuvo que conformar con la plata.
En una final para morderse las uñas que tuvo al público de la sede de Le Bourget en el borde de sus asientos, Anraku, el último en salir a competir, se quedó a las puertas de la victoria en el muro de dificultad para hacerse con el título.
Su prematura caída confirmó la victoria de Roberts, coronando al oriundo de Surrey como el primer campeón olímpico de búlder y dificultad, lo que provocó que el joven de 19 años se llevara las manos a la cabeza en señal de sorpresa.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
"Para ser sincero, literalmente no tengo palabras. Creo que nunca lo asimilaré", afirmó.
Preguntado por el momento en el que se dio cuenta que había quedado primero, dijo: "Estaba contento con la plata, así que me senté allí completamente feliz, y cuando me enteré de que había conseguido el oro, fue un momento increíble".
Con un total de 155,2 puntos en las pruebas combinadas de búlder y dificultad, Roberts superó los 145,4 de Anraku. El veterano escalador austriaco Jakob Schubert se colgó el bronce con 139,6 puntos.
La escalada deportiva hace su segunda aparición olímpica, pero los Juegos de París son los primeros en los que la prueba combinada de búlder y dificultad se ha separado de la de velocidad, como es habitual en este deporte.
En búlder, los atletas tienen un límite de tiempo para superar cuatro "problemas" en bloques en una pared de 4,5 metros de altura, ganando puntos en los agarres de mayor puntuación que consigan. En dificultad, su objetivo es escalar una pared de 15 metros lo más alto posible en un solo intento.
(Reportaje de Chang-Ran Kim; Editado en español por Héctor Espinoza)