El objetivo se cumplió. El Leeds United de Marcelo Bielsa llegó a la Premier League. Después un año en el que se quedó en la puerta y luego de mas de cuarenta partidos en esta temporada, el equipo del entrenador rosarino alcanzó la meta y lo hizo a su estilo. Más allá lo futbolístico -que es lo más importante- también se acomodó en un club que tiene una hinchada particular que, en medio de los reclamos sociales a nivel mundial, toma relevancia.
Una de las fotos más viralizadas durante la presencia del Loco en Inglaterra se tomó a mediados de junio. Antes del partido con Fulham, el entrenador se sumó a sus jugadores, puso una rodilla en tierra y mostró el apoyo al movimiento “Black Lives Matter”. La consigna mundial contra el racismo que se generó tras el asesinato de George Floyd en Estados Unidos. No fue solo en esa oportunidad, lo repitió cada vez que sus futbolistas hicieron el homenaje. Pero la de Bielsa no es la primera manifestación que tiene el Leeds contra el racismo. Es un eslabón de una historia de lucha que tiene este equipo inglés y que cuenta con un hito particular en la pelea contra la xenofobia y el segregacionismo cuando, a mediados de la década del ochenta, se plantó ante un avance de la extrema derecha.
En los años 80, con la expansión del “Thatcherismo” Gran Bretaña tuvo un quiebre interno que llevó a una fragmentación. Bajo ese entramado social que tuvo la explosión del conservadurismo, también había hinchas de equipos de fútbol. Entre todos ellos, los fanáticos del Leeds se ganaron la reputación de ser los más racistas. La barra hooligan conocida como “Leeds Service Crew” manifestaba públicamente su apoyo al nazismo y al partido “Frente Nacional”, que era el último refugio de lo más rancio de la derecha.
En los alrededores del estadio aparecían pintadas que, entre otras cosas, decían “Adolf es fanáticos del Leeds” y se vendían ediciones de “Mi Lucha”. Incluso, en varios partidos, hubo saludos nazis contra jugadores negros de otros equipos. Esta siniestra ideología comenzó a multiplicarse entre diversos equipos. Ante este avance, apareció otro grupo con ideas completamente distintas y formó el “Leeds Fans United against Racism and Fascism” (Hinchas del Leeds Unidos contra el racismo y el fascismo).
Ya organizados generaron diferentes propuestas para frenar este impulso. Lo primero que hicieron fue un “Fanzine”, una especie de folleto, que se llamó “Marching Altogether”. Se lo presentaron a los dirigentes del Leeds, junto con pruebas de que existía un creciente discurso nazi en el club y juntos empezaron actuar. La revista consistía en textos, chistes comentarios de partidos e historias antiracistas solapadas. Se repartía entre espectadores comunes que solo iban a ver a jugar a su equipo y que tenían ideas volátiles. Con caricaturas satíricas de hinchas nazis, con textos divertidos y, sobretodo, con apoyo de varios jugadores del club, empezaron a ganar adeptos. Dentro de la cancha, los cantos racistas fueron cada vez menos. Incluso, todo cambió cuando Vinnie Jones -uno de los jugadores más violentos pero más queridos del Leeds- comenzó a frecuentar centros de comunidades multiculturales para acercarlos al club.
Ya en 2020, en medio de la temporada que tuvo a Marcelo Bielsa como entrenador, apareció un uevo problema con el racismo que encendió las alarmas.. El arquero titular e indiscutido del equipo, Kiko Casilla, fue sancionado con una suspensión de ocho partidos. En un partido contra Charlton Athletic le dijo “maldito negro” al congoleño Jonathan Leko a la salida de un corner. Pasó el tiempo, la sanción se cumplió y corrió el rumor sobre un posible retorno a la titularidad. Sin embargo, los hinchas esta vez se plantaron. Aun en la lucha por el ansiado ascenso, iniciaron una campaña: “No lo hagas, Marcelo” para pedir que el arquero no sea titular. Finalmente, Casilla fue al banco.
“Bielsa ha mostrado un tipo diferente de liderazgo”, contó a El Destape Brendan Bonner, hincha, fanático y miembro de Marching out Together, un grupo de hinchas del Leeds que lucha y reclama por los derechos LGBT+ en la comunidad. “Se trata del juego de fútbol, el deporte y hacer el trabajo. Pero ha trabajado para construir una disciplina en el equipo y los seguidores. Eso incluye respeto”, sostuvo a este medio. Después de las sombrías etapas de la década del ochenta, el club bajo diferentes mandatos ha intentado acercarse más a distintas reclamos sociales.
En 2017 el propio Leeds impulsó, a través de un reclamo que se generalizó, una agenda más familiar y multicultural. Entre ellos estuvo el apoyo a Marching Out Together. Incluso desde 2018 es uno de los main sponsor del “Leeds Pride Festival” que es el festival del orgullo LGBT+ en la ciudad. No obstante, Bonner sostuvo a este medio que “sigue habiendo elementos de derecha, pero la mayorá de los fanáticos no se asociarán con ese grupo”. Además, indicó que “todavía no puedo caminar de la mano con mi compañero a un partido por temor a abuso verbal o algo peor”.
En medio de estos reclamos sociales, al club cayó Marcelo Bielsa que finalmente alcanzó el objetivo de ascender a la Premier League. Más allá de los resultados que, desde ya, son los que marcan el futuro de un entrenador al frente de un club, Bonner rescata que “ponerse de rodillas antes de los partidos es un buen ejemplo” y que “Bielsa fue una cita valiente y es el tipo de decisión que se necesitaba para impulsar un cambio”.