La periodista Morena Beltrán generó una fuerte polémica al defender el desembarco de las sociedades anónimas deportivas (SAD) en fútbol argentino, a través del gerenciamiento de los clubes, un proyecto que es el gran anhelo de Mauricio Macri y otros empresarios desde hace largos años.
En la Argentina las sociedades anónimas deportivas son una mala palabra porque los clubes funcionan como asociaciones civiles a cargo de los socios, que eligen a las autoridades que los representan. La función social de cada institución se maneja por fuera de la lógica mercantilista de solo darle prioridad a lo que genera ganancia. Por eso, llama la atención cada vez que una persona vinculada al mundo del deporte se posiciona claramente a favor de ese modelo. La periodista deportiva Morena Beltrán habló en Twitch sobre el tema y marcó su postura a favor de los clubes privatizados.
En una transmisión de Twitch, la joven periodista les preguntó a sus seguidores qué opinaban de los clubes gerenciados. Luego de eso explicó su posición al respecto. “Gerenciamiento tienen clubes como Defensa y Justicia y Talleres. Básicamente, los clubes que tienen mejor mercado de pases tienen en tiempo y forma y más jugadores pueden sostener”, opinó Morena. La periodista también obvió la situación que vivió Racing Club durante varios años, que afectó su patrimonio de manera considerable y significó un vaciamiento de la institución hasta que los socios dijeron "basta".
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El modelo de los clubes privatizados es un esquema de negocios que trató de imponer Mauricio Macri desde sus años en Boca hasta que llegó a ser el presidente de la Nación. El exmandatario intentó todos los medios para lograrlo durante su presidencia, pero encontró la resistencia de socios y dirigentes; antes había tratado de hacerlo como mandamás de Boca, luego de haber fallado en un faraónico proyecto que pretendía la compra de Deportivo Español y su traslado a Mar del Plata.
Sabiendo que hay intereses poderosos detrás de la defensa de esa idea, Beltrán abrió el paraguas antes de seguir con su comentario. “Entiendo que en Argentina decir ‘Sociedad Anónima’ es medio mala palabra, entre los hinchas sobre todo. Pero después hay un montón de dirigentes que se las mandan y tienen sus curros y no pasa nada”, expresó.
Luego marcó su preferencia en un modelo mixto a medio camino entra las asociaciones civiles y las sociedades anónimas. El ejemplo exitoso que utilizó para encolumnarse detrás es Talleres de Córdoba, que está manejado con lógica empresarial con un fondo de inversión que pone plata en el club.
El presidente de la "T" es Andrés Fassi, que fue votado por los socios, y era el candidato del macrismo para ir contra la AFA en su momento. Los inversores acercan jugadores y se llevan un porcentaje cuando los venden. Algo parecido ocurre en Defensa y Justicia con el empresario y representante Christian Bragarnik en Defensa y Justicia, el otro club elogiado por la periodista de 22 años. Ambas figuras son muy cuestionadas en el mundo del fútbol por sus manejos y existen dudas sobre los fondos que financian sus proyectos.
En un planteo de capitalismo extremo y desconociendo tanto el rol social de los clubes con fútbol profesional como el daño que una política así podría causar a las entidades barriales, Morena Beltrán finalizó su opinión marcando el final de la época de los clubes como asociaciones civiles. “Hay un sistema metodológico por el cuál se desarrolla y se rige el fútbol argentino que ya caducó. Que es obsoleto y hay todo tipo de pruebas de que es así”, sentenció.
La postura de la periodista puntualizó en los clubes de fútbol profesional, sin tener en cuenta el resto de las actividades sociales y culturales que realizan cada uno en su territorio. Esto función de contención va en aumento a medida que se pone el foco en las instituciones deportivas sin fines de lucro pequeñas. Estas son las que más sufrieron los tarifazos desde 2016, bajo la presidencia de Macri, cuando les llegaron cuentas de gas y luz impagables para sus presupuestos.
En el inicio de la pandemia en muchos clubes de barrio se realizaron ollas populares y más adelante fueron usados como centros de testo o vacunación. Todas estas acciones en beneficio de la comunidad no se realizaron en empresas vinculadas al deporte, como podrían ser los clubes gerenciados si se deja avanzar a ese modelo del deporte pensado netamente como ganancia y sin contemplarlo como una herramienta de inclusión social.
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