Por qué el fútbol de Europa le tiene miedo al avance de Arabia Saudita

El fútbol de Arabia Saudita se convirtió en algo más que una máquina de comprar jugadores. Detrás hay un plan que incluye a aquellos que manejan los clubes en Europa: entrenadores, managers y mucho más. Además: hay tradición futbolera.

26 de agosto, 2023 | 00.05

Uno de los primeros en hacer sonar las alarmas fue Pep Guardiola. "Arabia Saudita cambió el mercado, y los clubes de elite tienen que estar atentos a lo que está pasando", dijo el entrenador del Manchester City, cuyo principal accionista es el emirato de Abu Dhabi. Luego se fueron sumando voces. Klopp remarcó el problema que puede ser para Europa que el mercado saudí cierre tres semanas después del cierre en el viejo continente. "La UEFA debería encontrar alguna solución" dijo. No es noticia que el fútbol saudí está siendo un problema para todos. Sus dólares parecen ilimitados y cada vez mas jugadores deciden emigrar al gigante de medio oriente. En ese sentido, muchos hacen la comparación propiciada por las dos máximas figuras del fútbol: por un lado Lionel Messi en la MLS, y por otro Cristiano Ronaldo en la liga saudí. Dos gigantes, dos proyectos futbolísticos buscando la hegemonía. Sin embargo, un rápido análisis nos muestra que las diferencias son mucho mayores mas allá de estas similitudes. Por algo, los clubes europeos están poniendo el grito en el cielo con los árabes y no así con la MLS. A uno lo ven como una amenaza y al otro no, y esa es la principal diferencia que debemos remarcar.

Si la preocupación entre los clubes de elite europeos ya existía, la llegada de Gabriel Veiga al Al-Ahli terminó de detonar las alarmas. "Vergonzoso", comentó Toni Kross ante este movimiento, a modo de ejemplo. Y es que el joven mediocampista español de 21 años estaba vinculado con el Real Madrid, pero decidió finalmente partir hacia Medio Oriente. ¿Cuál es la relevancia de esta transferencia, y no por caso, la de Neymar al Al-Hilal? Esto muestra por qué el proyecto saudí va en serio: ya no sólo se lleva a jugadores pasados los 30 años, que buscan sus últimos momentos de gloria, como podría ser el caso de Cristiano Ronaldo o Benzema. Tampoco se queda en jugadores en su edad óptima, que estaban jugando hasta hace unos meses en los mejores clubes del mundo, como N'golo Kanté, Riyad Mahrez, Roberto Firmino, Sadio Mané o el mismo Neymar. Ahora también apuntan a las jóvenes promesas, compitiendo directamente contra esos clubes que, por años, sólo pensaban que tenían que competir entre ellos por los grandes talentos que da el fútbol global. Pareciera que por primera vez, el fútbol de elite europeo está sintiendo en carne propia lo que le hace a las ligas sudamericanas o de Europa del Este.

Al otro lado del mundo, Messi sigue siendo la estrella exclusiva de la MLS, en la que recién hoy hará su debut oficial. La revolución que causó la llegada de Lio al Inter Miami no puede ser soslayada, y dónde mas se puede apreciar su impacto es en el propio Estados Unidos, con sus partidos teniendo altos niveles de audiencia y estadios llenos con entradas que hasta cuatriplican su valor original. Es natural entonces que se busque una comparación entre esta liga y el fútbol saudí, porque parecen ser las dos ligas por fuera de las europeas que tienen un proyecto realmente ambicioso. Pero las disparidades, mas allá de esto, no pueden ser mas notorias.

La gran diferencia de la liga saudí con la MLS es que es una lucha desigual. El proyecto de la MLS y del fútbol estadounidense en general, aún con todo el apoyo federal que pueda tener, no puede competir contra toda la potencia de un Estado abocado completamente a la tarea de llevar su fútbol a lo mas alto posible. Mas cuando ese Estado tiene un plan a largo plazo que no está sujeto a los vaivenes de los cambios de gobierno, al menos en teoría. Y mas aún cuando los fondos de los que se disponen es algo que nunca vió el fútbol en toda su historia.

Tomemos el ejemplo de Messi. El Al-Hilal le ofrecía el contrato mas alto de la historia del fútbol: mas de mil millones de dólares por dos temporadas, financiados por el Fondo Público Saudí de Inversiones. Por el contrario, el salario anual del Inter Miami es "apenas" de 50 millones de dólares y para que sea un poco mas lucrativo, tanto el club como la MLS tuvieron que recurrir a diversos bonus e ingenierías financieras (como los aportes de AppleTV) para hacer la propuesta un poco mas tentadora. Claramente Messi no eligió al Inter Miami por el dinero, y ese es quizás el gran golpe para el proyecto saudí, que se imaginaba para esta temporada con el astro argentino, Cristiano Ronaldo y otras estrellas disputando su liga. Pero se ve claro que, al menos desde lo estrictamente económico, las diferencias entre ambas ligas hoy son abismales.

Otro tema que no es menor es que, sacando la disputa Messi vs CR7, lo que vemos es una liga saudí que revolucionó por completo este mercado de pases. Como dijimos al inicio, y sin pretender hacer un listado exhaustivo, en apenas dos meses jugadores como Benzema, Kanté, Mahrez, Ruben Neves, Koulibaly, Firmino, Mendy llegaron a la liga. La cereza que terminó de decorar el postre fue la llegada de Neymar al Al-Hilal, producto de una negociación que se aceleró cuando el equipo azul perdió la final de la Champions Árabe ante el Al-Nassr y los propios hinchas comenzaron a exigirle al presidente del club un fichaje de renombre (en el mismo mercado donde ya habían gastado mas de 150 millones de dólares en total). Hoy los cuatro equipos que están bajo la órbita del PIF (Al-Hilal, Al-Nassr, Ittihad y Al-Ahli) tienen planteles con un nivel de jerarquía que se podría considerar a la par de muchos equipos europeos. En ese sentido, si entre un equipo mediano de la MLS y uno mediano de la liga saudí, la diferencia decantaba para el primero, hoy por hoy pareciera que los mejores equipos en la liga árabe están a años luz de distancia de sus contrapartes en Estados Unidos.

Un detalle que se suele esquivar es que el proyecto saudí abarca a toda la liga y no sólo a los equipos mas grandes. A largo plazo, la idea es que los 16 clubes que juegan en la primera división tengan una situación similar: un plantel con 6 extranjeros de primer nivel (se irá reduciendo el número paulatinamente), con la estructura del club totalmente jerarquizadas (esto es, el scouting y las contrataciones) y enfocar el resto de los recursos en el desarrollo de los jugadores locales, que se beneficiarán también del aumento del nivel que debería tener la liga. Si no podés enviar tus jugadores a Europa para que suban su nivel, podés traerles Europa a su propia liga.

Se suele citar a China como ejemplo de por qué el proyecto saudí puede fracasar. Y si bien es cierto que hay paralelismos, también hay diferencias notorias. La principal son los montos: cuando China amenazó con llevarse puesto al fútbol, las principales transferencias se podían contar con los dedos de una mano. Ahora estamos hablando de una liga que en el lapso de unos pocos meses pasó a tener decenas de jugadores de primer nivel en su competición. Baste un jugador como ejemplo: Talisca. Quién era una de las grandes promesas del fútbol brasilero en su momento se fue al Guangzhou Evergrande por 22 millones de euros en 2018. En 2021, llegó a Arabia Saudita como una de las grandes incorporaciones del Al-Nassr. Hoy los rumores indican que es un jugador que podría dejar el club para hacer lugar a mas estrellas de primer nivel que se buscan contratar. De ser estrella a ser prenda de recambio.

La segunda diferencia, no menor, es que hay una diferencia de tradición que no se puede soslayar. El fútbol saudí, para pesar de muchos que piensan que nació este año, tiene clubes con grandes historias, fanáticos en toda la región y una cultura futbolística que mucho mas popular de lo que se suele pensar. Se está construyendo sobre bases mas sólidas, y sobre los errores que cometieron otros países, China incluído. Por eso se busca darle mas jerarquía a toda la estructura organizativa de la liga y los clubes. Se están buscando CEOs con experiencia en clubes de elite, y se está intentando canalizar de la mejor manera posible los fondos de los que se disponen. No es sólo cuestión de tener miles de millones de dólares, sino también de invertirlos bien.

Lo que estamos viendo ahora solo es, entonces, la primera parte de un plan mayor, que tiene un objetivo claro: convertir al fútbol saudí y no sólo a su liga en una referencia a nivel mundial. Los traspasos millonarios y los contratos exorbitantes buscan por un lado aumentar el perfil mediático de la liga, pero principalmente sumarle competencia futbolística. Y es que de algo no se está hablando: ¿por qué ahora sí los jugadores quieren ir a Arabia Saudita? ¿Es sólo por el dinero? Quizás habría que indagar en las promesas que le están haciendo los clubes a sus contratados, mas allá de los montos astronómicos que están pagando. Muchos de estos jugadores son gestionados por representantes que conocen bien el mundo saudí y saben que muchas veces lo que se ofrece en términos contractuales y lo que se termina recibiendo difiere. Sin embargo, no parece ser un impedimento esta vez para evitar que los jugadores se vayan.

Parte de esas promesas está la de incluir al fútbol saudí en el esquema europeo. El gran sueño de Mohamed bin Salman es un equipo árabe jugando la Champions League. Pero sabe que a pesar de que el costo económico de esa operación no es un problema, no es una tarea sencilla. Hacerlo implica un trabajo de lobby sobre la UEFA que, si bien ya marcó Qatar como hacer, se va a hacer cada vez mas complejo. Por otro lado, no sólo hay que convencer a los dirigentes, si no también al público general que vería esto como "otra intromisión" de los petrodólares en el fútbol. Y también, marcaría un precedente que podría poner en crisis a la organización actual del fútbol mundial. Por eso la apuesta es a crear una nueva competencia, que incluya a los equipos saudíes pero también sume a los europeos. Es en ese contexto que el Mundial de Clubes que propuso Infantino le viene como anillo al dedo, porque reemplazaría esas funciones. Y si bien esto también traería nuevos problemas, le abre la puerta a Arabia Saudita para cumplir lo que le está prometiendo a cada uno de los jugadores a los que apunta: profesionalizar y hacer el fútbol local cada vez mas relevante y competitivo a nivel global. Todas estas cuestiones, la MLS no las puede ni imaginar por ahora. Y esa es, quizás, la gran diferencia que se esconde tras la disputa entre Messi y Cristiano Ronaldo.

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