En la cabeza de Mario Diament la realidad sociopolítica argentina se traduce al lenguaje teatral con logradas piezas de teatro político y lleno de ingenio. Dos son las obras de su autoría actualmente en cartelera: en Crónica de un secuestro, Emilio Morel, un agente de seguros, es secuestrado sin causa aparente despertando sospechas en sus amigos y familiares sobre la verdadera causa detrás del macabro suceso; en El fixer, un "arreglaquilombos" y un periodista coinciden en un bar, donde reléen trágicos eventos de la historia reciente como los atentados a la embajada de Israel y la AMIA y, más cerca de la línea temporal, el enmarañado caso que terminó con la muerte del fiscal Alberto Nisman. En diálogo con El Destape el periodista y dramaturgo Mario Diament reflexionó acerca de las puestas ficcionalizadas que coquetean con la historia del país.
- Tanto en las obras de teatro El fixer como en Crónica de un secuestro conviven la ficción y la verosimilitud, ¿cuáles son los límites entre una y otra?
El fixer es, definitivamente, una obra apoyada en hechos recientes de la política argentina y éste fue su propósito original. Crónica de un secuestro lo es mucho menos. Aunque la idea me surgió a raíz del secuestro en Uruguay, en 1970, de Dan Mitrione, un funcionario de la embajada de Estados Unidos en Montevideo, que tuvo mucha trascendencia, la historia en sí plantea lo opuesto. Emilio Morel, el secuestrado, es un ser insignificante y esto es lo que genera la intriga de la historia.
En cuanto a verosimilitud, es una palabra interesante. La definición del diccionario es “Apariencia de verdadero o con posibilidad de ser creído”, lo que me parece es el propósito del teatro.
- Particularmente sobre El fixer, ¿de dónde parte la inquietud por escribir una obra que guardase relación con el caso Nisman?
Creo que la muerte de Nisman es uno de los hechos políticos más importantes de la historia argentina reciente y ninguna de las explicaciones a ese misterio me satisfacía. Era para mí un material formidable para llevarlo a escena y me permitía aventurar mi propia explicación, amén de crear un personaje que es un resumen de todos los vicios que políticamente nos afectan.
- ¿Qué lectura hacés del periodismo actual, en Argentina y en el mundo?
Creo que el periodismo está, universalmente, transitando una crisis sin precedentes como consecuencia de la emergencia de los medios sociales como Facebook, Twitter, Instagram o Tik-tok. Esencialmente, el periodismo ha perdido su papel de mediador entre los actores políticos y el público y considero que no encontró todavía una respuesta adecuada a esta nueva realidad. En el teatro, la relación entre el actor y el público es esencial. Si todos son actores, no existe el teatro. Lo mismo sucede con el periodismo.
- ¿Cuánto del periodismo se traspasa a tu dramaturgia?
Suelo decir que el periodismo y el teatro obran en mí como vasos comunicantes: uno alimenta al otro.
- Crónica de un secuestro. Funciones: viernes a las 22 horas en El Método Kairós Teatro (El Salvador 4530). Entradas en Alternativa teatral o boletería.
- El fixer. Funciones: sábados a las 20 horas en El Tinglado (Mario Bravo 948). Entradas en Alternativa teatral.