Una pintura de Edvard Munch que estaba escondida en un granero junto a una versión de su cuadro más famoso, "El grito", para mantenerlos fuera del alcance de los soldados alemanes en la década del 40, se venderá en una subasta y las ganancias se repartirán entre la familia del hombre judío que se vio obligado a desprenderse de la obra al huir de los nazis.
"Dance on the Beach" (Danza en la playa), tal el nombre del lienzo, es un colorido cuadro de más de cuatro metros de ancho que presenta varios personajes bailando en el corazón de un espacio verde. La ligereza que emana de la obra, realizada hacia 1900, contrasta con su historia.
La obra será subastada por la casa Sotheby's en Londres el 1 de marzo y se estima que alcanzará alrededor de 14 y 24 millones de dólares. Las ganancias de la venta se dividirán con la familia de Kurt Glaser -un destacado crítico de arte y coleccionista alemán que se vio obligado a vender la obra en Berlín en 1934 cuando huía de los nazis- y Thomas Olsen, un armador noruego y vecino de Munch, que compró la obra en una subasta de Oslo junto con otras piezas del artista.
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Según el periódico The Guardian, "Dance on the Beach" pertenece a una serie de otros once paneles diseñados para la decoración del teatro berlinés de Max Reinhardt, un célebre empresario teatral que le había encargado a Munch la realización de un friso para una de las salas del teatro. En 1912, cuando se renovó el teatro, los paneles se dispersaron y el lienzo fue adquirido por Glaser, director de la biblioteca de arte de Berlín y cercano al artista.
El intelectual alemán dedicó varias investigaciones a la obra de Munch y reunió varias de sus pinturas para su colección de arte, pero luego fue perseguido por los nazis por su origen judío, perdió su trabajo y su apartamento fue incautado. En ese contexto, el cuadro fue comprado en 1934 por un amante del arte noruego, Thomas Olsen, que también era vecino de Munch en Oslo.
El nuevo propietario decoró uno de los salones de su transatlántico con esta poética pintura, hasta que los bailarines del lienzo fueron objeto de la implacable censura artística ejercida por los nazis.
Después de que Gran Bretaña declarara la guerra a Alemania en 1939, Olsen escondió su colección durante la duración del conflicto en un granero apartado en el bosque noruego, donde también alojó "El grito", que Sotheby's vendió en nombre de la familia en 2012. Las ganancias fueron al museo de Petter Olsen en Ramme y la restauración de la casa de Munch allí, que estará abierta al público el próximo verano boreal.
Tanto Glaser como Olsen habían sido amigos y mecenas del artista, quien pintó retratos de sus dos esposas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis incluyeron el trabajo de Munch en su lista de "arte degenerado" y retiraron muchas de sus pinturas de los museos alemanes.
Se cree que las figuras de "Dance on the Beach" representan la inocencia, el amor, la vida y la muerte, temas recurrentes para Munch, quien afrontó varios dramas a lo largo de su vida: perdió a su madre cuando tenía cinco años y a su hermana mayor, nueve años después, ambas por tuberculosis, mientras que su hermana menor pasó gran parte de su vida en un hospital psiquiátrico.
"Junto a imágenes inmediatamente reconocibles como el grito, el vampiro, Madonna y las niñas en el puente, las representaciones de figuras bailando se convirtieron en un motivo clave en las obras del artista desde finales de la década de 1890 en adelante", aseguró Simon Shaw, vicepresidente de Sotheby's New York.
Con representaciones que aluden a "imágenes de la psique moderna", como lo expresó el propio Munch, la composición del panel presenta figuras bailando, con dos de los mayores amores del artista, Tulla Larsen y Millie Thaulow, en primer plano. Ambos asuntos terminaron en tragedia y angustia.
"La primera fue una aventura turbulenta que terminaría con Munch disparando su propia mano en el calor de la pasión, y la segunda era la esposa de su primo y el primer amor de Munch, señaló Shaw.
Es probable que Dance on the Beach despierte el interés mundial, ya que es la única parte del ciclo del friso que permanece en manos privadas. Todos los demás están en museos. Estará a la vista del público antes de la subasta en Sotheby's en Londres, del 22 de febrero al 1 de marzo.
Con información de Télam