Black Flag visitó por segunda vez Argentina tras su tardío debut en el 2020 -tan solo unos poquitos días antes de que comenzara la pandemia- e incendió el escenario de The Roxy Live en Palermo ante medio millar de espectadores que no se privaron de hacer la clásica "rondita hardcore". Con el guitarrista fundador Greg Ginn como principal atractivo de su visita, la banda con uno de los logos más reconocibles e icónicos del punk celebró los 40 años de su disco "My war" y aprovechó también para hacer un repaso por sus canciones más populares.
En medio del revival que experimenta el punk y el post punk en la música actual, con una escena under, y no tan subterránea también, que no para de crecer en todo el mundo y particularmente en Argentina, una de las bandas más legendarias del hardcore volvió al país. La excusa de su segunda visita de Black Flag a suelo porteño fue nada menos que el 40 aniversario de la grabación de "My war", segundo disco de estudio de la banda que tiene uno de los logos más legendarios de la música, creado por el gran Raymond Pettibon: esas famosas cuatro barritas negras con fondo blanco que aún es usual ver tanto en remeras como en tatuajes.
El flyer que invitaba al concierto era claro y contundente con su propuesta: "Dos sets, más de 2 horas de punk". La presencia de Greg Ginn, guitarrista fundador y único miembro que se mantuvo en todas las formaciones a lo largo de los años, era el principal atractivo junto a la promesa de que tocarían completo "My war", un disco atípico para su obra.
Sin muchas palabras al público que los fue a ver y con un Mike Vallely que respetó a rajatabla la interpretación original de Henry Rollins, la banda de Hermosa Beach -que completó su formación con el bajista Harley Duggan y el baterista Charles Wiley- repasó uno de sus trabajos que más marcó a las generaciones posteriores, especialmente para las bandas que surgieron de Seattle en los 80 y 90. Es que así como la primera parte de "My war" siguió lo que habían iniciado en "Damaged" (primer disco), la segunda parte bajó la velocidad y se acercó más a los sonidos lentos y pesados que popularizó Black Sabbath.
Tras un cierre de la primera parte del set en un ambiente sumamente pesado, el cantante agradeció escuetamente y avisó que se tomarían unos 20 minutos para volver a escena. La pausa duró un poco más, pero el regreso fue a puro hit y el público supo retribuir con la clásica "rondita hardcore", agite y emoción.
Así llegaron "Nervous Breakdown", "Fix" y "Wasted", entre muchos otros. Obviamente, los momentos más festejados, con un pogo salvaje por supuesto, llegaron con "Gimmie, Gimmie, Gimmie" y "Six Pack". Con un Greg Ginn impecable y un sonido lo necesariamente alto como para este estilo de música, Black Flag se despidió por segunda vez de su público argentina con "Depression" y el extenso cover de "Louie Louie", que incluyó algún sentido solo del legendario guitarrista. De esta forma, una de las bandas más icónicas de la escena pesada mundial demostró una vez más su cariño hacia quienes se hicieron presentes en la calurosa noche del Roxy Live en Palermo.