Los juicios de lesa humanidad desde la literatura: cuando las palabras desbordan las salas

30 de marzo, 2023 | 18.33

El lenguaje periodístico y el judicial prevalecen al momento de narrar las audiencias de los juicios de lesa humanidad, pero ¿qué aportan la literatura o el teatro para dimensionar las palabras que pronuncian testigos o sobrevivientes en esas salas cargadas de la intensidad del testimonio que busca más interlocutores que jueces o fiscales? Sobre esto conversaron con Télam Mónica Zwaig, Raquel Robles, Félix Bruzzone y Cécile Dazord, quienes mañana compartirán mesa en la Noche de las Ideas.

"Nunca más. Victoria Ocampo, cronista en los juicios de Núremberg. Escritores en las salas de audiencia" es el título que los reunirá mañana a las 18.30 en la porteña Alianza Francesa de avenida Córdoba 946, donde quienes quieran participar podrán retirar entradas desde las 18 en el lugar.

"La narrativa que prevalece sobre las audiencias es la narrativa periodística clásica. Sigue siendo un lenguaje periodístico muy atado a los datos duros de las audiencias y de las causas. Me parece interesante la presencia de escritores en salas de audiencia porque tienen otras herramientas de lenguaje y no están tan atados tampoco a la obligación de relatar hechos tal como hay que relatar", dice Zwaig, abogada, actriz, dramaturga y traductora.

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Zwaig es también impulsora de la obra "Cuarto intermedio, guía práctica para audiencias de lesa humanidad" junto a Bruzzone, hace ya cinco años, en espacios que van desde la Ex Esma, pasando por la Universidad Nacional de Hurlingham hasta el teatro Picadero.

En diálogo con Télam, Zwaig, nacida en Francia durante el exilio de sus padres pero instalada hace ya varios años en la Argentina, asegura que "sigue siendo difícil difundir la obra y superar la barrera del prejuicio negativo de que se trata de una obra sobre juicios de lesa humanidad, entonces va a ser un bajón".

"Nos enfrentamos a este prejuicio desde el inicio, la gente que la viene a ver por lo general sale contenta, la pasa bien diría incluso, pero a pesar de una buena recepción por el público que viene y por la prensa, sigue siendo un desafío convocar al público. Nos sirvió mucho hacer circular la obra por distintos teatros y lugares y ahora nos sirve mucho hacer funciones en un lugar grande como el Picadero porque atrae también otro público. Recién ahora siento que estamos logrando llegar a un público más nuevo para nosotros", reflexiona.

Bruzzone -hijo de padres desaparecidos y autor de una obra que incluye el volumen de cuentos "76" y las novelas "Los Topos", "Barrefondo" y "Campo de Mayo"- coincide con Zwaig en que la presentación en el Picadero, con actores de la película "Argentina, 1985", implicó un cambio en la circulación de la obra: "Los juicios de lesa humanidad tienen su germen en ese juicio, entonces establecer ese lazo era interesante, habida cuenta de que estaba esa película que tiene un componente ficcional y documental bastante importante y en eso se parece a lo que hacemos con 'Cuarto intermedio'".

Por su parte, Cécile Dazord -curadora y museóloga especializada en arte contemporáneo que desde 2019 vive en Argentina-, cuenta que aprovechó “el cambio de país y de continente” para desplazarse “ligeramente y por un tiempo”, desde ”el arte contemporáneo hacia archivos y derechos humanos” y que fue en 2021 que se acercó al Museo Sitio de Memoria de la ESMA.

Justo en ese momento, el Museo des Archives nationales de France (en Paris y Pierrefitte-sur-Seine) presentaba una muestra basada en los registros audiovisuales de la justicia francesa desde 1987: horas de fragmentos de videos de juicios sobre crímenes de lesa-humanidad filmados en tribunales en Francia.

"De ahí nació el proyecto 'Juzgar y filmar los juicios por crímenes de lesa humanidad-Francia, Argentina, Chile' que se desarrollará primero en Buenos Aires, en la Alianza francesa, bajo la forma de un ciclo de cinco encuentros entre el 20 de abril y el 22 de junio próximos; luego como muestra en el Museo de la Memoria de los Derechos Humanos en Santiago de Chile, de 6 de septiembre al 10 de diciembre, es decir, a 50 años del golpe militar en Chile y 40 de la vuelta a la democracia en Argentina", explica Dazord. El encuentro de mañana es el lanzamiento de este ciclo.

¿Qué narrativa, qué escritura prevalece sobre las audiencias y qué aportan la literatura o una propuesta como "Cuarto intermedio" para retomar la palabra pronunciada en las salas?

"Prevalecen las crónicas. Hay una poética del testimonio que es interesante rescatar no solamente por las voces de quienes hablan sino por la literatura en el sentido de un texto que utiliza procedimientos técnicos con el objetivo de generar un efecto. Creo que va más allá de la retórica, pero la literatura utiliza otras estrategias". La que habla es Raquel Robles, escritora, referente de H.I.J.O.S e hija de Flora Celia Pasatir y Gastón Robles, detenidos y desaparecidos el 5 de abril de 1976.

El 2 de agosto de 2020, vía Zoom por la pandemia, fue testimoniante en la megacausa Campo de Mayo y rompió con la tradicional forma del testimonio. "¿Dónde están mi mamá y mi papá? Estoy en pelotas frente a la Justicia", dijo y se quitó la ropa al finalizar su declaración, llevaba los nombres de 500 desaparecidos y desaparecidas escritos en su cuerpo.

A casi tres años, recuerdo ese día como "un momento de muchísima intensidad, tenía un texto que quería leer que era la investigación sobre Campo de Mayo" y cuando le dijeron que no podía leer, todo cambió.

"Sentí que transmutaba, me poseyó un saber que no sabía que tenía y dije todo lo que quería decir. El presidente del Tribunal me interrumpía y eso me puso mucho más en eje y enfática y clara sobre lo que quería decir. Dos amigas me habían escrito todo el cuerpo con los nombres de la causa. No sabía cómo iba a sacarme la ropa. Fue muy orgánico y fui creciendo, creciendo en esa retórica”., rememora.

“Dije que no puede ser que siga preguntando lo mismo que preguntaba a los cuatro años, dónde está mi papá, dónde está mi mamá. Bueno, ante la justicia yo me siento así. Lo dije y me saqué la ropa y fue muy muy alucinante para mí. Performático en el sentido más literal de haber terminado una función. Todo lo puesto ahí se condensa y cierra. Lo recuerdo como una cosa muy del cuerpo. Me sentí habitada por una voz, mi cuerpo alojaba y dejaba salir eso de esa manera", repasa la autora de "Papá ha muerto", "Perder" y "La última lectora".

Para Dazord, "la prensa y las producciones culturales (en particular, cine, teatro, literatura) cumplen un papel decisivo para transmitir entre un público más amplio lo que se juega y se registra en el seno de los tribunales. Los archivos de juicios no sólo inspiran a los artistas, pero los artistas vehiculan representaciones de los archivos y así, los hacen circular".

La museóloga cita como ejemplos el cine de ficción o documental y recupera la experiencia de Georges Méliès, “quien presenció numerosas audiencias del caso Dreyfus y realizó una reconstitución a posteriori. 'El juicio de Núremberg' fue filmado con un equipo dirigido por el cineasta americano John Ford, quien dirigía los servicios cinematográficos del ejército de EEUU. El reciente éxito de la película de Santiago Mitre, ‘Argentina 1985’, es sintomático del fuerte interés del público por los juicios".

La francesa cuenta que armó este ciclo con Zwaig basándose en las crónicas de Victoria Ocampo en el juicio de Nüremberg, para "reflexionar sobre el lugar de los escritores en las salas de audiencias, con respecto al de los periodistas o historiadores, con respecto a las filmaciones". Por eso argumenta que invitaron a dos escritores, Bruzzone y Robles, que "tienen ambos una historia y un trabajo literario vinculado a la dictadura". "La misma Mónica Zwaig, francesa de padres argentinos radicada en Argentina desde hace 15 años con un pie en los juicios de lesa humanidad y otro en la literatura y el teatro, me pareció la persona ideal para llevar a cabo un tal ciclo", agrega.

Sobre esa pregunta por la literatura y los juicios de lesa humanidad, Robles recuerda el testimonio en tercera persona de uno de los sobrevivientes que logró escapar del centro clandestino de detención Mansión Seré.

"Esa estrategia es algo que quienes escribimos nos preguntamos mucho. A esta altura ya no hay una verdad que vaya a modificar el resultado de los acontecimientos. Cuando se llega a la sala de audiencias lo que se intenta es dejar un testimonio de lo vivido -dice-. El modo de contar, de traficar esa verdad, de que llegue a sus destinatarios, que no son los jueces sino el pueblo, quien uno imagina que va a leer en el futuro esos registros, viaja por un texto que tiene que ver con el objetivo de la literatura que es transmitir un sentimiento, una sensación a quien no la ha tenido".

"Algo de la realidad es transformado en un objeto que pueda ser agarrado por otro, otra y que se pueda transmitir eso, ya sea un sentimiento, un modo particular de haber atravesado eso que nos tocó vivir, ya involucra al arte. La otra información, la que sería despreciable que tuviera herramientas del arte, es la información que tiene el enemigo. Lo que nosotros tenemos para dar no es información, está más cerca del arte", señala Robles.

Con información de Télam