(Por Emilia Racciatti) Editor, historiador y, desde hace cinco años, director general del Fondo de Cultura Económica (FCE), Paco Ignacio Taibo II defiende la importancia de la lectura de ficción, dice que se necesita "una izquierda que lea ficción porque hay demasiada izquierda que lee ensayos del siglo XIX y son muy aburridos" y reivindica al género policial en Latinoamérica por su capacidad para poner el acento en la que considera "la verdadera pregunta que no es quién mata, sino por qué".
De este género y de la crónica como fuentes de imaginación política hablará mañana con la periodista Cecilia González, en una actividad que forma parte del festival Proyecto Ballena que comenzó el sábado 13 y se extenderá hasta el domingo 28.
Para el autor de biografías como las de Pancho Villa o el Che Guevara, sus viajes a la Argentina ya no son "visitas específicas" sino que desde hace muchos años se trata de viajes sostenidos en el tiempo en los que su agenda se amplía.
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Esta vez, la conversación con González, mañana a las 18 en el auditorio del Centro Cultural Kirchner, no es el único motivo por el que está en Buenos Aires, también vino a presentar "Sabemos cómo nos vamos a morir" (Planeta), un ensayo sobre el levantamiento del gueto de Varsovia, en el que recupera los días de un grupo de jóvenes, dirigidos por Mprdejái Anilevich, que se prepararon para enfrentarse a la genocida maquinaria nazi en 1943.
"Al dirigir el Fondo, estoy al frente de una organización muy extraña que tiene 115 librerías en México, cuatro en Colombia y un centro cultural como en Argentina, o sea: dirijo una transnacional de izquierda. Decían que no había pero hay una. Viajo de manera muy irregular de acuerdo a los requerimientos de la dirección del Fondo de Cultura Económica y trato de hacer coincidir las actividades y responsabilidades", dice a Télam en el patio de la Librería del Fondo en el barrio porteño de Palermo.
Tras varios vasos de Coca Cola y acompañado por varios cigarrillos, Paco Ignacio Taibo cuenta que más allá de su agenda como editor y director de este proyecto editorial, está escribiendo tres novelas de las que no piensa adelantar nada. "No se cuentan novelas empezadas porque les haces el maleficio", advierte.
De buen humor y con ganas de conversar, el también autor de la serie protagonizada por el detective Héctor Belascoarán Shayne, que incluye novelas como "Días de combate", "Algunas nubes" y "Desvanecidos difuntos" y llegó a Netflix protagonizada por Luis Gerardo Méndez, habla sobre la circulación de libros y el debate cultural y político en esta coyuntura en la que hace hincapié en la educación sentimental como clave de lectura.
-Télam: Está hace unos días en Buenos Aires. ¿Llegó a visitar la Feria del Libro?
-Paco Ignacio Taibo II: Sí, muy mercantil para mi gustó. Vengo de las ferias de México que son más el modelo que queremos.
-T: ¿Cuál es ese modelo?
-P.I.T: Gratuitas, públicas y con debates centrales sobre literatura y política. El corazón de las ferias son los grandes debates. Tienen que ser abiertas, piensa, reúnete con 20 jóvenes en el suelo a hablar de fútbol. ¿El libro tiene que ser un transporte que transporta todo? Historias de mierda de autosuperación, cómo curarte del cáncer poniéndote piedritas en la cabeza, la chatarra que se produce en la industria editorial de América Latina es infumable. La cantidad de libros basura que hay. Los booktoubers que ahora son los dueños de la crítica literaria, lo cual no está mal, estaba peor cuando no había crítica literaria.
-T: En una entrevista con Télam decía que era el dueño de sus lecturas pero la tarea de editor dejaba de serlo. ¿Qué implica eso?
-P.T: Qué cosas tan inteligentes digo de repente. Soy muy buen lector de ciencia, ficción, novela policial, tengo el mapa de la literatura testimonial latinoamericana pero soy pésimo lector de filosofía. Debe hacer 30 años que no abro un libro de filosofía. Significa que si soy editor tengo a alguien que lee filosofía inteligentemente. No trato de modelar la editorial a mi estilo.
-T: Y en ese rol de editor, pensado como una tarea abierta, ¿hubo algún movimiento del Fondo de Cultura Económica que lo haya sorprendido en este tiempo?
-P.T: Iniciamos una filosofía de crear clubes de lecturas en barrios, en comunidades aisladas. Y así empezó a proliferar en México. En cuatro años tenemos 12 clubes de lectura en el país. Y siguen. Discutimos y de repente creamos una serie de clubes de lectura en pueblos costeros de Veracruz, de enseñanza media básica. Preguntábamos qué querían leer y cuántos eran. En uno, por ejemplo, nos dijeron que eran 15,13 niños y dos viejos. Me reúno con los coordinadores de los clubes de población de pescadores y digo les voy a mandar "El viejo y el mar" de Hemingway. A cada club de lectura le regalamos 35 libros, para que se arme lo que llamamos biblioteca semilla para que empiecen a rodarlos entre ellos, luego conectamos un club con otro para que se cambien libros. Al tiempo de iniciado este movimiento tuve una reunión con los clubes de lectura de pescadores de Veracruz y me dijeron que a muchos les había gustado "El viejo y el mar" pero dijeron "¿Historias de pescadores acá? Naaaa". Entonces pregunté qué querían leer y me dijeron sobre dragones. Hago una rapidísima reflexión y nadie quiere hablar del mundo que conoce sino del que no conoce, nostalgia no es lo que tienes, lo que tuviste sino lo que nunca vas a tener y les mando libros de dragones, claro. Esas cosas te sorprenden todos los días.
-T: En Argentina, el FCE está dando una políitca de reediciones muy fuerte que permite volver a conseguir libros de la Serie del recienvenido de Ricardo Piglia, por ejemplo.
-P.T: Sí, o "El Conde de Montecristo", sobre todo cuando descubrieron que habían estado leyendo las ediciones resumidas volvimos a editar y a la mitad del precio, en México, de manera radical. Por estas cosas, la derecha mexicana todos los días me insulta.
-T: La reedición parece ser algo cada vez más necesario ante la preponderancia de la novedad permanente como algo clave de esta industria.
-P.T: Además, la industria editorial creó en los últimos años una mecánica terrible: sacó este libro el lunes, el martes está en las librerías y dos meses después se salda, seis meses después se destruye. Nosotros dijimos: en librerías nuestros libros tienen un año y medio de vida y después empezamos a pensar si saldamos.
-T: ¿Qué opina de la adaptación de Belascoarán que llegó a Netflix, intervino en el proceso?
-P.T: Estoy contento, me parece que se generó un fenómeno divertido que es que los que vieron la serie compraron el 4. No intervine. Aprendí que el cine es obra de un director y las novelas mías. Que él las dirija como le parezca. Si la veo como la interpretación de mi libro, me jodí y estoy viéndole peros todo el rato.
-T: ¿Qué le interesa especialmente del policial como género?
-P.T: El policial logró poner en el centro la verdadera pregunta que no es quién mata sino por qué. El policial latinoamericano, que endurecimos en los 70 y reendurecimos en los 80 y superendurecimos a fin de siglo, puso la pregunta en el por qué. Porque una sociedad construye el crimen y éste viene de arriba hacia abajo y puede ser un crimen de Estado. Es una pregunta que es válida para el mejor policial. Necesitamos una izquierda que lea ficción porque hay demasiada izquierda que lee ensayos del siglo XIX y son muy aburridos. En lugar de "El Capital" de Marx léete los poemas de Ho Chi Minh. La izquierda de los 60 tenía una virtud y es que leía mucho, ficción, testimonio. Leía educación sentimental. Una izquierda sin educación sentimental es lo más parecido a la derecha que yo he visto en mi vida. Quiero hablar de qué hablaban los siete enanitos cuando andaban por el bosque volviendo de la mina en la versión original. No lo que dice Disney que cantaban. Eran enanos, eran proletarios y cantaban la Internacional. Esto te lo permite la ficción. Camaradas, volvamos a la ficción. Es una era de los amores políticamente correctos, no. Volvamos a la de cortarte las venas por penas amorosas. Volvamos a la ficción.
-T: ¿Por qué en este libro no optó por la ficción?
-P.T: No podía hacer ficción con esto. Hay veces en las que la ficción te fortalece la historia, hay veces en que la debilita. Era una historia tan dura que la ficción la debilitaba.
-T: Va a participar del Proyecto Ballena que en esta edición tiene como eje la pregunta por la imaginación política, ¿cómo opera en ese punto la ficción?
-P.T: Vengo a defender a los enanos de Blanca Nieves contra Walt Disney. Volvamos a la ficción y a la educación sentimental. Solo puedes ser de izquierda si asumes como eje fundamental de tu pensamiento político la educación sentimental.
Con información de Télam