"Pablo Picasso. Libro de las conversaciones", da título a una publicación que, a 50 años de la muerte del genial y controversial artista español, compila una serie de entrevistas y conversaciones realizadas entre los años 1913 y 1971 que recuperan su voz, muchas de ellas traducidas por primera vez al castellano, obra del investigador malagueño Rafael Inglada.
El libro, que en España publica la editorial Cántico, reúne 120 charlas en primera persona de Picasso (1881-1973) que salen a la venta en el marco del Año Picasso, que no sólo se encargó de celebrar al genio artístico que concibió al "Guernica" como una declaración visceral contra el fascismo -probablemente uno de los cuadros más célebres del siglo XX-, sino que puso en jaque su figura de la mano del revisionismo feminista, en exposiciones hechas en algunos de los principales centros artísticos del mundo, de Barcelona a Brooklyn y de Málaga a París, señalándolo, como mínimo, de misógino.
En diálogo con medios de prensa internacionales, Inglada describió al Picasso de su compilación como "un hombre parco al dar sus opiniones", que "no era amigo de conceder entrevistas" y al que "nunca le gustó hablar de su obra ni hacer teorías", aunque si "estaba cómodo" se lo descubría con "mucho humor" y "muy irónico".
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
El libro -que reúne entrevistas y conversaciones informales con amigos- se presenta al público como "la mayor antología editada hasta ahora en el mundo con las palabras del artista", si bien por estos días compite con un volumen que "reúne por primera vez en castellano toda su producción literaria", se lee en el diario La Vanguardia.
El propio autor de esta compilación hace referencia a ese otro libro, sin intención aparente, cuando en una entrevista a la prensa local cuenta que Picasso aseguraba que su "obra literaria" era tan extensa como la de pintor, porque materialmente dedicó el mismo tiempo a ambas actividades.
Los artículos compilados por Inglada, un trabajo que le llevó más de dos años, no son los conocidos ni emblemáticos del artista -no se trata de entrevistas ni conversaciones con Brassaï, Françoise Gilot, Roberto Otero o Palau i Fabre-, sino que son textos encontrados en diarios satélite, algunos no centrales, escritos en francés, inglés, alemán, italiano, polaco o neerlandés, algunos de ellos reeditados más de cien años después de haber sido publicados por primera y última vez.
Con información de Télam