El bar notable que brilla con noches de tango e historias de Carlos Gardel

Las noches de tango en uno de los bares notables porteños son una cita obligada para todos los amantes de la música ciudadana y del buen comer.

02 de diciembre, 2024 | 19.35

Los bares notables de la Ciudad de Buenos Aires son sitios históricos para los amantes del tango y uno en particular se destaca por sus noches de show y una oferta gastronómica bien porteña. Una de las esquinas emblemáticas del 2x4 está en Boedo, es una pulpería que mantiene su pasión centenaria por el 2x4 y un recuerdo imborrable de Carlos Gardel y otras figuras de la música nacional. 

En el centro de Boedo se puede visitar una esquina mítica que guarda entre sus paredes un legado que trasciende generaciones. El popular Bar Quintino es un espacio donde la historia, el tango y la buena mesa se mezclan para ofrecer una experiencia única. Su menú típico, que eligen cientos de vecinos, tangueros y turistas cada semana, se destaca con platos clásicos como el vacío con papas y el singular "borrachín".

Según cuentan sus dueños, alguna vez fue una pulpería con palenque para caballos y años más tarde se convirtió en un almacén de ramos generales. Ahora brilla como un rincón muy emblemático de la Ciudad de Buenos Aires, cargado de tradición y mucho sabor. El interior del Bar Quintino conserva la esencia de viejas épocas con postigones de madera, su patio interno que evoca a tiempos pasados y un escenario donde el tango reina cada sábado por la noche. 

Además, un imponente mural de Carlos Gardel preside el salón, para rendir homenaje al género que inmortalizó a Buenos Aires en el mundo. Sin dudas, las noches de tango en el Bar Quintino son una cita obligada para los amantes de la música ciudadana. Ese escenario estelar recibió a grandes figuras del 2x4 a lo largo de los años y todavía es un espacio ideal para disfrutar de espectáculos íntimos y auténticos.

El Bar Quintino fue fundado en 1908.

Como buen local gastronómico porteño, también se rinde tributo a la pasión argentina por el fútbol, ya que se ven camisetas y banderines de equipos locales e internacionales en las paredes. Aunque el lugar especial es para el Club San Lorenzo, vecino ilustre del barrio. Podemos señalar que entre sus visitantes históricos se cuentan leyendas como Homero Manzi, Cátulo Castillo, Enrique Cadícamo y futbolistas de la talla de Ernesto Grillo, Tucho Méndez y el Charro Moreno.

En tanto, el Bar Quintino ofrece una experiencia completa con sus emblemáticos platos, como el vacío con papas, el matambre y las pastas caseras, que son los favoritos de los comensales. Y como cierre de lujo se destacan los postres típicos como el dulce de zapallo, budín de pan, el tradicional vigilante de queso y dulce, y el singular “borrachín”, que consiste en un bizcochuelo con cognac. Este lugar notable está ubicado en Carlos Calvo 4002 y abre sus puertas de lunes a viernes de 08:30 a 15:30 y los sábados a las 21. Para reservas se puede consultar al 1151225294.

El histórico bar notable que guarda anécdotas de Carlos Gardel

En el corazón de la Ciudad de Buenos Aires se encuentra otro comercio gastronómico que trasciende las fronteras de un simple bar. Se trata del bar notable El Celta, ubicado en la esquina de Sarmiento y Rodríguez Peña, que con su rica historia y su ambiente cargado de nostalgia, es un verdadero ícono porteño que resiste el paso del tiempo. Incluso guarda las anécdotas de un vecino muy famoso del barrio: Carlos Gardel.

Fundado a mediados del siglo pasado por un inmigrante asturiano, este rincón de la ciudad se convirtió rápidamente en un punto de encuentro para vecinos y artistas. Sus paredes, adornadas con chapas publicitarias vintage, retratos de músicos legendarios y objetos cotidianos de otras épocas, cuentan la historia de una Buenos Aires que ya no existe, pero que sigue viva en la memoria colectiva, como el Zorzal Criollo.

Por esto, los vecinos todavía recuerdan las tardes en las que el destacado actor Osvaldo Miranda compartía desde una mesa anécdotas e historias sobre el mismísimo Carlos Gardel, a quien describía como “el vecino de acá a la vuelta”, según destaca el libro "Bares Notables de Buenos Aires".